El dragón bajo mi piel

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Estos días de primavera eran realmente bellos: las flores abriendo sus delicados pétalos, las hojas de los árboles retomando aquel brillante color verde, los insectos, sobre todo las mariposas y las abejas, revoloteaban alrededor de los retoños qu...

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Estos días de primavera eran realmente bellos: las flores abriendo sus delicados pétalos, las hojas de los árboles retomando aquel brillante color verde, los insectos, sobre todo las mariposas y las abejas, revoloteaban alrededor de los retoños que crecían conforme pasaban estos días.

Los TIMOS ya habían pasado, esas semanas de arduo estudio por fin se habían ido dándole paso a la tranquilidad. Ya no había estudiantes mordiéndose las uñas desesperados, o con un color pálido en los rostros. Todos se despejaban un rato de las clases y sobre todo los exámenes, pasando un rato en las afueras del castillo, sintiendo la primavera y las frescas brisas recorrer su cuerpo. Claro, como siempre debía de haber su excepción.

Sirius Black se encontraba sentado en una de las mesas de la biblioteca, cosa bastante rara en él. Era una de las pocas personas que no disfrutaban del día en el lago negro o los jardines, obviamente había más personas y entre ellas se encontraba su mejor amiga _____ y Jimmy, aquel idiota de Hufflepuff, como Sirius le llamaba.

Ambos muchachos se encontraban encorvados leyendo tranquilamente un libro, la cercanía en ellos era bastante grande. El pelinegro los veía desde su lugar con furia, sobre todo al tejón; Sus manos estaban fuertemente apretadas en un puño haciendo que sus nudillos se vieran blancos y su respiración era profunda, como si intentara controlar sus impulsos de ir a zarandear al chico.

-¿Sirius?- Dijo una voz a sus espaldas- Te estamos buscando desde hace rato.

El pelinegro apenas despegó la mirada de la pareja dirigiéndola levemente a sus espaldas- Hola, Lunático- Dijo para luego volver a posar toda su atención en los chicos encontrados a varias mesas de donde él estaba.

-Nos preguntábamos si querrías ir un rato al lago negro, ya sabes, a disfrutar el día, o tal vez te guste hacer alguna broma- Ofreció Remus Lupin con las manos dentro de sus bolsillos. Se le hizo un poco raro que su amigo mantenga la vista en algún otro lugar que no sea él, frunció su ceño y tomó asiento a un lado de su amigo- ¿Canuto?

-Mhmm- Gimió Sirius como respuesta.

-¿Escuchaste lo que dije?

-Mhmm- Volvió a gemir el pelinegro como respuesta sin despegar la vista de la pareja. Remus se dio cuenta de las manos apretadas de su amigo y seguidamente posó su mirada en los ojos fijos de Sirius. Siguiendo la dirección a la que el pelinegro miraba, se dio cuenta del verdadero problema y el por qué de la actitud extraña de su amigo.

-¿_____?

-¿Qué cosa?- Preguntó Sirius llevando su atención al licántropo.

-_____- Repitió Remus señalando con su cabeza a la pareja. Las mejillas de Sirius tomaron un leve color rosa que obviamente Remus no pasó desapercibido.

-No es nada- Dijo el pelinegro bajando la mirada a sus manos. Al notar lo blancas que estaban, aflojó aquel apretón abriendo y cerrando varias veces sus manos- ¿Cómo me encontraste?

Sirius Black One-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora