~¿Qué es la vida sin un poco de riesgo?~ S. B
Dale un espacio a la imaginación y disfruta de estas ideas que salen de mi cabeza. Espero sean de su agrado.
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-No puedo, Sirius, realmente no puedo- Decías con la voz temblorosa mientras eras arrastrada por tu novio por las calles- En serio, estoy hablando muy seriamente.
-Y yo también- Dijo Sirius con una felicidad muy grande en su voz- Vamos, será divertido, te van a encantar. Mis padres son muy amables e increíbles y mis hermanos...¡Mejor velo por ti misma!
No querías arruinar este momento, Sirius se veía muy emocionado a pesar de ser tú quien se oponía a tal propuesta. Desde hacia varias semanas que Sirius estaba de terco con que conocieras a sus padres, ya sabías sobre los tratos que recibía en aquel lugar que obligatoriamente llamaba casa y sobre todo lo mucho que odia aquellas ideas de sus padres sobre los muggles y los nacidos de estos.
Tú eras un claro ejemplo de aquella "sociedad", por así decirlo. Hija de muggles pero con sangre mágica corriendo por tus venas. Te daba miedo pensar lo que podían hacerte, ¿Lanzarte un Crucio? ¿Cortarte lentamente el cuello? ¿Torturarte?
¡Merlín! Pensar en eso sólo te daba mas miedo del que sentías en aquel momento.
A pesar de todas tus quejas e intentos por hacer que Sirius regresé sobre sus pasos, nada sirvió de mucho.
-Cariño, juro que olvidé algo en mi casa, es muy importante, será mejor volver- Decías desesperadamente jalando a tu novio del brazo. Al ser más fuerte y alto que tú, literalmente lo único que le hacías era cosquillas, parecía una torre hecha de cemento que se quedaba completamente plantada en el piso.
-¡Vamos, nena, estamos cerca!- Exclamó entre risas por tu paranoica expresión. Abriste los ojos como platos.
-¡Oh rayos! Me duele la cabeza, debo ir a ver a un médico ahora mismo antes de que...¡AH! SIRIUS ORIÓN BLACK, BÁJAME AHORA MISMO- Chillaste golpeando su espalda con tus puños.
Sirius soltó unas carcajadas caminando contigo sobre su hombro, no hacía caso a tus quejas y parecía divertirse mucho con la situación.
-Black, ya veras cuando me bajes, juro que te mataré- Espetabas sin dejar de golpear al pelinegro- ¡Sirius!
-Está bien, está bien, ya te bajo- Dijo el muchacho dejándote suavemente de nuevo en el suelo. Lo miraste con tu ceño fruncido y los brazos cruzados haciendo un puchero con tus labios.
-Eres un desgraciado, maldito hijo de...
-¡Sirius, cariño!- Exclamó alguien a tus espaldas interrumpiendo tu sinfín de insultos. Lo que viste después, te dejó completamente anonadada.
Una mujer de mayor edad salió corriendo de una casa, mejor dicho mansión, y apretó al pelinegro en un abrazo de oso sin dejar de besar todo el rostro del muchacho.
-Volviste más temprano, ¿todo está bien? ¿Tienes hambre? ¿Quieres que te prepare algo...? ¡OH MERLÍN! ¿Acaso es...?
-_____, te presentó a la mejor madre que puede existir en el mundo, Mamá, ella es _____, mi novia- Dijo Sirius con aquella sonrisa gigante de satisfacción.
