1

210 24 5
                                    

Me miro al espejo y me siento mal conmigo mismo. Parezco un muerto viviente y deprimente. Es hilarante en siquiera pensar que puedo sonreír con total honestidad. Ni siquiera mi propio amor platónico lo cree.

No creo que él siquiera sienta algo por mí. Es tan callado y tan tranquilo ante todo lo que hace, que es casi imposible saber lo que piensa de los demás, o en caso de las mujeres, saber a quién le gustaba Killua Zoldyck.

Él me empezó a atraer desde del año pasado, cuando tenía quince. La verdad es que no recuerdo mucho el motivo por el cual me empezó a llamar la atención. La reflexión más grande de mis sentimientos hacia él, fue quizás que ese chico albino era todo lo que yo quería ser. Le digo amor platónico, como una forma de burlarme de mis propios sentimientos, debido a que aún sigo algo confundido. No sé si solo siento admiración hacia su persona o si de verdad es algo más. Él parece la representación de todo lo perfecto que hay en este mundo. No solo yo opinó eso, sino que también los demás. Más de las chicas que de chicos. Y si tuviera que opinar, dejando de lado todo tema subjetivo, debo admitir que es cierto de alguna manera.

Una chica en específico, compañera de clases, Retzu, también es la que hace que me confunda al respecto de lo que siento. Ella tiene la sospecha de que él me puede gustar solo porque me le quedo mirando en unas ocasiones en las que no me doy cuenta, por lo que no se piensa dos veces en insultarme o en decir que solo estaba confundido, lo que de cierto modo llegó a creer. Ella actúa un poco tóxica, y más si se trata de Killua. Era obvio que ella gustaba de él, como la mayoría de las chicas de la clase. Killua lo sabía y por ese motivo no le hacía caso, pero eso no es impedimento para que ella de sus opiniones despectivas a los demás. Motivo por el que estaba sola y no tenía amigos. Nadie quería estar cerca de alguien tan narcisista.

El director, según rumores, fue sobornado dos veces por la madre de Retzu, Shezen, en quejas de padres diciendo que Retzu molestaba a sus hijos, pero la verdad es que no había pruebas de ello, ya que Retzu no era de ese tipo de personas que agrede físicamente, sino de forma emocional, lo que llevo a los padres a solo cambiar a sus hijos de escuela. Raras veces le plantaban cara, pero igual el temor que muchos tenían en meterse con ella era grande. Su madre era una modelo algo reconocida en Japón, que mima demasiado a su hija, y siempre ha intentado arruinar el negocio de mi tía Mito-san. Razón por la que actualmente, la pequeña cafetería de mi familia, y su único sustento económico, está por quebrar. Sorprende mucho lo que puede hacer la reseña de un famoso en las redes sociales como facebook, Twitter, Instagram o Tik Tok.

En otras palabras, era difícil llevarle la contraria a la "reina". Hubo ocasiones en las que, en los cambiadores al acabar las clases de educación física, llegué a escuchar a Killua hablando con los demás.

- ¿Cómo te puedes sentir culpable por algo que no hiciste, Killua? -preguntó su amigo. Un chico rubio de ojos grises, usando una toalla envolviendo su cintura, mostrando su delgado cuerpo formado por el ejercicio que hace en los entrenamientos de básquet. - Entiende que tu no tuviste la culpa de nada.

Todos le prestaron atención a la pregunta del chico, Kurapika Kurta.

- Opinó lo mismo. -mencionó otro chico secándose el cabello al salir de las duchas. - Fue decisión de esa acosadora seguirte. No es como si tu se lo hubieras pedido. No tienes la culpa, amigo.

- Sí. -asintió otro chico, y soltó un leve suspiró a modo de broma. - La verdad yo también me cambiaría de colegio con tal de estar lejos de esa chiflada. Mejor díselo a tus padres.

- Ya se los dije, pero no me creen. Retzu actúa como una blanca paloma delante de ellos. Mis propios padres se creen el cuento de que ella es un ángel caído del cielo. -exasperó cacheteando ligeramente la puerta de su casillero, intento sacar su frustración, espantando a algunos presentes con el estruendo del metal chocar.

- Ánimo, amigo. Solo no hay que meternos con ella y todo saldrá bien, después de todo solo nos queda un año más de escuela y serás libre de ella. -dijo Kurapika.

- Sí, eso esperó.

Cuando escuché eso, entendí el motivo del por qué Retzu no estudiaba en un colegio prestigioso. Killua justamente se había metido apropósito en un colegio pagado por el estado, pero jamás se espero que ella lo siguiera y que fuera capaz de estudiar en un colegio así. Por eso se quejaba todo el tiempo de la calidad de las instalaciones..., lo cual de cierto modo comparto, pero no despreció.

Con cada día que pasa no puedo evitar pensar en que Retzu es como una maldición andante que ahora se ha adherido a mí, y que incluso se ha visto con el derecho de despreciarme cada vez que nos topamos en los pasillos, en el salón o en el patio del colegio; en especial desde que se enteró de que soy el sobrino de la persona a la que su madre desprecia tanto como para querer arruinarle la vida. Y es que no lo entiendo, ¿Qué le hizo mi tía a esa mujer famosa?

Mi familia literalmente tiene menos que la suya, ¿Por qué tanto odio?, ¿Por qué mi tía se deja odiar y despreciar?, ¿Por qué mi tía me dijo que no sintiera odio ante nadie?, ¿Por qué está ocurriendo todo esto?, ¿Por qué me siento... tan mal?



Cadenas inquebrantables || KilluGon || YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora