3

115 12 1
                                    

Para mi alivio, el resto del día transcurrió tranquilo, incluso me sentí bien, más al saber que Retzu se fue en su limusina a mitad de la jornada escolar, quizás porque se sentía incómoda, pero no me importa. Mejor para mí.

El día transcurrió tranquilo y pude pasar el resto del día con Zushi.

La hora de la salida había llegado y Zushi me preguntó algo que todavía no tenía decidido del todo.

— ¿Y vendrás a mi fiesta de cumpleaños? —preguntó Zushi, se le escuchaba muy emocionado.

Faltaban dos meses. Los nervios me invadieron por no saber que responder.

— Creo que sí podre. No estoy muy seguro.

Zushi rio dulce. 

— Perdona si te presione en responder. Aún tienes dos meses. Lo dices por qué puede que estés ocupado, ¿no es así? 

— Sí —asentí apenado. No me suena bien rechazar la invitación de cumpleaños de mi amigo —. Tú cumpleaños cae en un sábado, y puede que este ocupado.

— Lo comprendo, pero... dejando de lado que es mi cumpleaños, creo que deberías tomarte un descanso. Trabajas demasiado, Gon. Un día casi te quedaste dormido en el aula. 

Ese recuerdo aun me avergüenza tanto que siento mis mejillas arder.

— Fue sin querer, me quede despierto hasta tarde porque no me organice bien para los exámenes. Y lo digo en serio.

— Pero nos avisaron con un mes de antelación, Gon.

— Aun así...

— ¡Gon! —gritaron a sus espaldas.

La voz me hizo estremecer en mi sitio. 

— Oh, lo siento, ¿Interrumpo? —preguntó Killua al ver a Zushi conmigo en los casilleros de zapatos.

Miré confundido a Zushi por un segundo; él también se veía confundido. Killua casi nunca nos hablaba más que para saludar o para trabajar en el aula.

— No, no es nada —contesté, sin querer mirar a Killua, guardando mis zapatos en el casillero —. ¿Qué sucede?

— ¿Podemos hablar un momento? —preguntó Killua.

Mis huesos se tensaron con solo la idea. La escena de la mañana aún me hacía sentir incómodo, pero tenía que acabar con el tema de una vez. Conozco a Killua perfectamente y se que no dejará de insistir hasta que cumpla lo que quiere, algo que en el fondo me ha motivado a hacer todos mis deberes: ir a la escuela, ayudar a mi tía en el negocio y a hacer uno que otro recado para ayudar a mi abuela con algo extra aparte del negocio familiar.

Doy un gran suspiro y cierro mi casillero con llave.

— Está bien.

— Bueno, entonces te esperó en la entrada, Gon.

— Sí —respondí, viendo como Zushi se iba a las rejas del colegio a esperarme.

Los nervios se me pusieron de punta con solo pensar que hablaría con él por el tema. Solo espero poder evitar el tema del negocio de mi familia. Killua siempre trata de hacerse responsable de las acciones de Retzu, con lo que no estoy de acuerdo. Él no tiene la culpa de que ella lo haya seguido hasta un colegio público.

Aclaré mi garganta.

— Bueno, ¿de qué quieres hablar?

— ¿Es cierto lo que dijo Retzu?, ¿Su mamá quiere comprar el bar de tu tía?

"Mierda...", maldije en mis adentros.

Tomé aire y proseguí con un suspiro:

— Sí, es cierto. Pero no me gustaría hablar de ello, Killua. Si te me acercaste solo para hablar de eso mejor me voy.

"Que vergüenza..."

Me di media vuelta para irme, pero mi cuerpo freno sin voluntad. Un apretón en mi antebrazo me detuvo y al girar hacia Killua para decirle que me soltará, me tope con sus ojos brillando con la luz naranja amarillento del sol de la tarde, y al instante me calle para escucharlo. Me puse nervioso con tan solo verlo que aparte la mirada.

— Gon, escúchame. Puedo ayudarte si deseas.

— ¿Ayudarme?, ¿En qué?

— Con el negocio de tu tía. No es justo que Retzu te trate así por eso.

— Killua, no es necesario —dije.

— Solo quiero ayudar.

— Te juró que estamos bien —espeté con paciencia—. Así que no te preocupes.

Me solté de su agarre y empecé a irme con algo de fastidio, disimulando.

"Ahora le tengo lástima a todos..."

— Gon, habló en serio.

— Y entiendo tus buenas intenciones y las agradezco, pero no las aceptaré —recalqué, volteándome en su dirección en el umbral—. Lo haré cuando lo quieras hacer por ti mismo, y no porque te quieras hacer responsable de todo lo que hace Retzu. ¡No es tú deber, tú no tienes la culpa de que las plagas lleguen por cuenta propia! Llevas así más de un año entero y a mí no me gusta eso. 

—¿No te gusta qué? —inquirió confundido.

Entonces apreté los labios antes de seguir hablando.

"No me gusta que te sientas culpable por ella..."

Killua estaba algo perplejo.

— Por nada...

"Tú, siendo tan bueno, no te debes martirizar por eso..."

— Estamos en el mismo salón... Para nadie es un misterio que te responsabilizas de todo lo que ella hace... —se excusó—. Por eso te lo digo así... Y creo que no soy el único que se preocupa. Nos vemos.

No le di tiempo para responder. Me fui corriendo con Zushi sin mirar atrás. Tenía que volver rápido a casa para ayudar a mi tía con el bar, sin olvidar mencionar que debo terminar la tarea.

Aún no me creo que por el estrés me haya atrevido a gritarle a Killua. Le había demostrado como me siento al respecto... Tanto tiempo guardándome mis comentarios sobre la situación por la que Retzu le hace pasar a Killua... para gritarle sin querer en una de mis pocas interacciones con él...

Maldita sea.  

"En serio me amargas la existencia, Retzu..."



Cadenas inquebrantables || KilluGon || YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora