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Incluso aunque el local cerró, todos terminaron agotados. Ese mismo día no solo organizaron sobre las pinturas y el mural que pintaría el papá de Kurapika, sino también coordinaron sobre la página web y sobre la limpieza y salubridad del lugar, y eso es poco, por no mencionar el marketing y analizar los libros que podrían atraer a los lectores. Ellos tenían varios, pero Killua tenía algo de razón en una cosa:

- Todos estos libros se ven bien, y es bueno que los tengan en buen estado, pero no a todos les pueden gustar. El mercado es más grande de lo que parece, y en su mayoría lo que más leen los japoneses son mangas y revistas. Obviamente también leen libros, pero si quieren llamar la atención a su biblioteca tienen que poner más cosas. Tal vez... podríamos hacer una colaboración más adelante para promocionar libros de ciertas editoriales a las personas. Sería interesante -decía Killua, perdido en su mundo.

Gon, con solo oír las posibilidades que él se planteaba, quedó algo impresionado, eso es algo que jamás habría tenido la osadía de pensar, porque siempre se empezaba de a poco desde abajo, y ellos estaban muy abajo.

Mito y Abe estaban impresionadas por la confianza del muchacho, y Zushi solo se le quedo viendo con admiración, porque para Kurapika era normal ver un mar de ambiciones en Killua.

- Pero eso lo podemos ver más adelante. De momento solo encarguémonos de pintar el local.

- Sí, mejor paso a paso, por favor -pidió Mito.

- Bueno, entonces eso sería todo por hoy, ya es algo tarde y le prometí a Kurapika que lo llevaría a casa -dijo Killua, escribiendo en su celular.

- ¿Seguros que estarán bien? -preguntó Abe.

- Sí, no se preocupen, Gotoh ahora viene por nosotros.

- Este... Killua, si no es mucha molestia -empezó a decir tímido-. ¿Podrías llevarme también a mi a casa? Se me pasó un poco la hora y mi madre se enojará si llegó muy tarde.

- Claro. ¿Cuál es tu dirección?

Y mientras Zushi le decía la dirección de su casa, Gon no pudo evitar mirar a Killua. Sin lugar a dudas, era imposible no admirar lo inteligente que era. Solo pudo sonreír cuando lo vio irse luego de un rato en el que Goth, su mayordomo, llegó para recoger a Killua y de paso llevarse a Zushi y a Kurapika.

- ¡Nos vemos en la escuela! -se despidió Zushi.

- Sí, nos vemos -respondió Gon.

Ni bien se fueron, Mito captó la atención de Gon.

- Tienes buenos amigos, Gon.

Gon volteó a verla mientras su abuela iba entrando a la casa.

- Por parte de Zushi sí, y de Kurapika un poco, no nos hemos hablado casi nada, pero si hablas de Killua... N-no sé si me consideré su... amigo, tía.

- Bueno, tal vez está siendo muy solidario con nosotros, pero nadie lo hace porque sí. Quién sabe, tal vez él si se quiere volver tu amigo, pero no le dejas.

Gon, con solo pensar eso, sintió un poco de conflicto. Tal vez sea eso porque se siente así con Killua, ¿Por qué quiere tener una amistad con él? La verdad era que... no sonaba mal.

Gon sonrió leve.

- Tal vez... No lo he pensado.

Mito sonrió también.

- Lo supuse, pero mejor piénsalo después. Ahora ayúdame a guardar todo en la nevera.

-Sí.


- Oye, Killua. Gracias por ayudar a Gon y a su familia.

Killua lo vio curioso.

- La verdad, me preocupaba Gon desde hace un tiempo, y me sentía impotente de no poder ayudarlo. Es que es muy terco, y cuando tiene algo en la cabeza es muy difícil hacerlo cambiar de opinión.

Cadenas inquebrantables || KilluGon || YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora