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La campana sonó, dando el aviso de que el receso había empezado, y Gon, simplemente, tomó su bento y salió del salón para irse a la parte trasero de la escuela. Zushi no lo siguió, pues antes de ingresar a clases, Gon le habló de la decisión de su tía, y él se puso muy feliz por ello; por lo que decidió no molestar y quedarse en el salón a esperarlo cuando él y Killua terminarán de hablar. 

Gon, al llegar a la parte trasera, decidió esperar, pero admitió que la inquietud no lo dejaba tranquilo, sobre todo por Retzu.

A pocos minutos, Killua se presentó en una esquina, viéndose un poco paranoico con sus alrededores, como si se escondiera de algo, y Gon se dio cuenta de que, al parecer, no era el único paranoico.

Ni bien las miradas de ambos se cruzaron, Killua se acercó a Gon.

- Hola -saludó.

-Hola -respondió Gon-. No te siguió nadie, ¿no?

- Espero que no. Y bien, supongo que..., me citaste aquí para responder a mi propuesta, ¿no?

<<Si que va a lo directo.>>, pensó Gon.

- Sí.

- ¿Y bien?

Verlo a los ojos puso a Gon algo incómodo y apartó la mirada a otro lado, no se sentía capaz de mantener la mirada fija por largos periodos de tiempo.

- Bueno... Mi tía ha decidido aceptar tu propuesta.

Los ojos de Killua parecieron iluminarse a pesar de que su cerquillo le cubría un poco los ojos de la luz del sol.

- Pero eso ya lo tendrás que hablar con ella.

- Entonces creo que esto le puede gustar -dijo, sacando su teléfono de su bolsillo.

- ¿Qué cosa? -preguntó Gon, confundido.

Killua tecleó en la pantalla táctil del celular y luego le mostró una página web. Gon quedo extrañado.

- Sé que me adelante, pero es lo mínimo que hice para ustedes, por si me rechazaban.

- ¿Hiciste? -inquirió Gon. Luego, leyó el nombre de la página, lo que lo dejó completamente impresionado. La página era del nombre del negocio familiar: "Freecss Coffee"-. ¿Le creaste una página web a nuestra cafetería?

- Sí, es una buena forma de atraer publicidad por internet. Por el momento solo tiene una reseña, pero eso irá cambiando poco a poco. Tuve que usar otro correo electrónico para eso.

Gon tomó el celular de Killua y, al ver la única reseña que había en la página, perteneciente a un tal K.Z, supo de quién era. Inevitablemente, Gon miró a Killua con muchos pensamientos por su cabeza. Killua solo le sonrió.

- ¿Qué dices?, ¿Te gusta? -preguntó.

Gon no sabía que decir.

-Ehm...

- Ahí podrán colgar las fotos de sus pasteles, sus bebidas, los libros que tienen, podrán publicar ofertas, y si desean en un futuro puedo hacer que tengan una página para hacer pedidos de delivery.

-Si que te lo pensaste mucho... -dijo Gon, algo impresionado.

- Solo es la primera fase. Aun hay mucho por hacer.

- ¿Cómo que cosas?

- Publicidad por ejemplo.  Lo que les empobreció el negocio fue la crítica de la señora Shezen, ¿no es así?

- No tanto, pero sí.

- Entonces si yo hago una reseña positiva desde su página o en otra conocida..., ¿Crees que eso los apoye bastante?

- ¿En serio harías eso?

- No es como si no tuvieran buen servicio y que sus pasteles supieran mal, a mi me gustaron.

Gon miró la página pensativo.

- ¿Los hace tu tía?

- En la mayoría de veces sí, mi abuela y yo a veces la ayudamos cuando tenemos tiempo.

- Pues estaban deliciosos. Solo que para hacerlo necesitan manejar bien las redes sociales.

- Estábamos inscritos en una donde la gente podría hacer reseñas de nuestro negocio, pero mi tía la cerró para que nadie más viera esa reseña... -Por un momento, Gon sintió melancolía-. Creíamos que eliminando nuestro perfil, nada más pasaría, pero... no fue del todo así. Atendemos a algunas personas, pero no son tantas como deberían ser.

Killua lo vio comprensivo y palmeó su espalda. Gon, al sentir esas palmadas, sintió como su espalda se arqueaba un poco por no esperárselo. Fue algo extraño, pero reconfortante y consolador de alguna manera.

- Pero eso puede cambiar. Y necesitarán mucho trabajo por hacer.

- ¿Cómo cuáles?

- ¿Te parece mejor si les explico a tu tía y a ti en conjunto más tarde?

- Claro.

Y así fue. Luego de la escuela, Gon regresó a su casa  y le informó de todo a su tía, y ella, para recibirlo, decidió preparar un pastel de chocolate, ya que Gon le había dicho que a Killua le habían gustado sus postres. Su abuela, como pudo, trató de dejar todo limpio hasta la llegada de Killua mientras Gon atendía a los clientes. Y Zushi... él quiso unirse para apoyarlos en lo que hiciera falta. 

Al principio, Gon no lo creyó necesario, pero aceptó porque sería difícil hacerlo cambiar de opinión.

Luego de un rato, llegó Killua, usando una ropa muy casual con un gorro rojo y unos lentes negros de sol para cubrir su identidad. Sin embargo, no vino solo. A su lado, estaba Kurapika Kurta, y eso, sin lugar a dudas, sacó de su calma a Gon. Eso no se lo esperaba.

- Buenas tardes, señorita Mito -saludó Killua, inclinándose con Kurapika levemente ante Mito y Abe-. Lamentó llegar algo tarde, pero tenía que hacer unas cosas.

- No es ningún problema, adelante.

- Yo no sabía que vendrías, Kurapika -se aventuró Zushi, con una sonrisa.

- Killua solo dijo que me necesitaba, no me espere llegar aquí -dijo, mirando los alrededores-. Lindo lugar por cierto. Se ve hogareño y acogedor.

- Muchas gracias -dijo Mito, sonriendo.

- Bueno, empecemos de una vez. Tenemos mucho que abordar.

- ¿Y por qué estoy aquí, Killua? -preguntó Kurapika.

- Tu padre pinta casas y otros sitios, ¿no?

- Sí, ¿por qué?

- Ya lo verás.

Ver la emoción en los ojos de Killua le pareció hipnotizante a Gon, no solo por el hecho de que ese era el Killua habilidoso y lleno de confianza que siempre demostraba ser, sino porque, por lo que tendrían que hacer en el negocio, estaba algo asustado, pero no por miedo o algo por el estilo, sino por la mera emoción de querer saber lo que pasaba por la cabeza de Killua.

Cadenas inquebrantables || KilluGon || YaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora