Zack.
Me toma de la mano, de un salto nos levantamos, comenzamos a correr por los campos de fútbol y mientras lo hacemos siento que, aunque hace solo una semana nos conocimos de una forma más formal, nuestras almas ya se conocían, sé que compartimos el mismo espíritu salvaje sediento de libertad.
—Llegamos, primera parada.
Nos encontramos afuera del salón de cómputo escondidos bajo la única ventana que hay y hablando en voz baja.
— ¿Y bien? — pregunto.
—Mira allá, la chica con las puntas del cabello rosa, ¿la recuerdas?
Me asomo por la ventana tan discretamente como puedo y veo a la chica.
—Claro.
—Su nombre es Amelia, nuestra "Robin Hood".
—¿Qué? ¿Es en serio?
—Muy en serio.
— ¿Se roba las pertenencias de los demás? — digo alterado.
— ¡Zack! ¡Claro que no!
— ¿Entonces?
—Es la mejor en eso de las computadoras, encontró como entrar al sistema de la escuela, cambia nuestras calificaciones cuando es necesario y desvía los recursos para hacerle mejoras a la escuela, como comprar nuevas pizarras, computadoras, inmobiliario, etcétera.
—¡Increíble!
—Ahora, ¿ves al rubio de allá? El que tiene la camisa negra.
—Sí es ¿Jake?
—¡Lo recuerdas! genial, él es novio de Amelia.
—¿Qué? pero en el almuerzo casi no cruzaron palabras.
—Se quieren a escondidas, no demuestran su amor frente a nosotros.
—¿Por qué?
Jade se colocó a mi lado y ahora ambos estábamos viendo con mucho cuidado por la ventana.
—No les gusta supongo, pero cuando están a solas... ya te imaginaras. No mejor no lo hagas— ambos reímos.
—Ya entiendo, Jake me pareció... agradable.
—Lo es, es un buen amigo, amable con todos, mantiene el equilibrio en el grupo, ya sabes a lo que me refiero.
—¿Hace que todos mantengan los pies en la tierra? — dije alzando una ceja.
—¡Exacto! O al menos eso intenta, ahora vámonos.
Después de cruzar una vez más la escuela llegamos afuera del laboratorio en dónde Jade me empujó contra unos arbustos para ocultarnos.
—Creo que acabo de enterrarme una rama— digo un poco adolorido y apartando una rama que me roza el abdomen.
—¡Lo siento Zack! — responde Jade preocupada—. ¿Estás bien?
—Sí.
—Bueno, ahora... am... ¡allá! tercera y cuarta mesa.
—Claro, lo tengo.
—Él chico del cabello rojo es Louis, agradable pero rudo, nunca intentes meterte con él o terminarás más que golpeado.
—Entiendo— mejor me mantengo alejado.
—¿Y ves al castaño que está a su lado?
—Eh... sí, ¿el de los ojos verdes?
—Exacto.
—Él y Louis ¿son hermanos? ¿O algo así?
Tuve que preguntar porque se nota que en algún momento él también tenía el cabello teñido como Louis y ahora solo le quedan restos de pintura, además de que ambos tienen unos ojos verdes muy parecidos.
—¡¿Verdad que lo parecen?!— Jade voltea a verme emocionada por mencionar algo que de seguro ella también había pensado—. Pero no, él es Math, cuidado cuando él y Louis estén juntos.
—De acuerdo...
—Tranquilo— ríe—. No te asustes, ellos nos cuidan y defienden.
—No me asusté.
—Lo que digas, mira allá, la chica de los ojos azules y cabello rubio. Ella es...
—Ali— la interrumpí inconscientemente.
— ¿Ya se conocen?
—Eh... no, bueno digo sí, todos la conocen.
—Pero "Ali" solo le decimos nosotros, sus amigos.
—Ali, Alice, es lo mismo, lo escuche en el almuerzo.
—De acuerdo...— dice Jade no muy convencida.
Pero claro que conozco a Alice. Salimos por un tiempo, claro, a escondidas, tenemos historia, como sea. Algún día se lo contaré a Jade.
—Y, por último, los mejores, Andrew y Mel.
—Tus mejores amigos, ¿no?
—Así es— dijo con una orgullosa sonrisa—-. Podré hablarles a demasiadas personas, pero siempre serán ellos dos los primeros con los que me junte para todo y con los que comparta los mejores momentos. Son increíbles, sé que se van agradar.
—Sí...— si tal vez Andrew no me tratara tan mal y se le quitaran sus aires de superioridad, claro que me agradaría y nos llevaríamos increíble.
Casi como si estuviera leyendo mis pensamientos Jade agrega.
—Ya sé, Andrew, yo lo haré entrar en razón. Ya verás— dice mientras me da un beso en la mejilla con el cual me regresa la sonrisa al rostro.
Y me di cuenta que en realidad con lo que hizo me dio a conocer una pequeña, pero muy significante parte de ella, una parte que la hace ser como es.
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TENÍAS QUE SER TÚ #1
JugendliteraturDestino. Suerte. Coincidencia. Un castigo... Puede ser lo que hizo que las vidas de Zack Reynolds, un chico que vive ilusionado y Jade Wood, una chica que pensaba en todo menos en el amor, se encontraran. Provocando un torbellino de emociones en am...