CAPÍTULO 26

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Zack.

Despierto lentamente, todo parece más grande, volteo a un lado y noto que estoy en el piso recargado en la puerta, ahora recuerdo como termine aquí y todo lo que paso anoche, por desgracia.

¿Por qué tuvo que decepcionarme así? ¿Qué hice mal?

Alguien toca la puerta, me pongo de pie torpemente y me quedo observando, tal vez sea ella.

—Zack, soy Anthony, abre.

Dudando abro y dejo que pase.

—Am... Zack...

Lo tomo rápidamente del cuello de su chaqueta apretándolo con fuerza y lo azoto con violencia contra la pared.

—¡No! ¡No lo digas! ¡No quiero escuchar tus estúpidos "te lo dije"! Y tampoco que me vengas a decir que tuviste razón todo este tiempo.

—Tranquilo no vengo a reprocharte nada— dice asustado.

Ya no tengo más fuerzas así que lo suelto y me dejo caer en el sofá, Anthony me acompaña y se sienta a lado mío.

—Solo...— continua—. Quería saber cómo estás.

—¿Cómo crees que estoy? Todo el mundo tenía razón y yo tuve que ir como un estúpido detrás de ella sin hacer caso en lo que me decían.

—Estabas enamorado, era obvio que no hicieras caso, el amor nos vuelve ciegos, es como si nos pusiéramos una venda en los ojos.

Nos quedamos en silencio por un largo rato. Ya no quiero pensar más en lo que pasó, pero esas imágenes siguen reproduciéndose una y otra vez, pareciera que nunca van a terminar.

—Anthony, ¿y cómo sabes lo que pasó?

—Mel me llamo anoche.

Lo más seguro es que ya toda la escuela lo sepa.

—¿Sabes quién era ese chico? — me atrevo a preguntar no muy seguro si quiero saberlo.

—Ryan West.

Al escuchar su nombre fue como sí el peso del mundo cayera sobre mí y ese mundo era el mío con Jade. Todo este tiempo ella siguió enamorada de él, yo solo fui su juego, su pañuelo desechable, alguien a quien podía sacar provecho porque sabía que no había cosa que no pudiera hacer por ella.

—Claro, ahora entiendo— llevo mis piernas hasta mi pecho y me encojo de hombros.

—Tranquilo.

—Ella parecía más feliz con él— aquí vienen otra vez las estúpidas lágrimas.

—¡Vamos! No puedes quedarte aquí.

—No quiero salir— me levanté del sofá y me dirigí a mi habitación—. Cierra bien cuando salgas.

Jade.

Todos están aquí hablando de lo increíble que fue la fiesta y de repente todos ponen su mirada sobre mí cuando digo las palabras "terminé con Zack porque me besé con Ryan". Mel es la primera en acercarse y rodearme con su brazo mientras que Amelia se sienta a mi lado y toma mi mano.

Les cuento todo más a detalle y cuando termino todos están sorprendidos.

—Wow, si nos hubieras dicho desde un principio que Zack iba a ser tu juego no nos hubiéramos encariñado tanto con él— dice Louis

—Eso es verdad— lo apoya Math.

—Jake podrías...— Amelia le señala con la cabeza a ese par.

—¡Bien! Hora de irnos— sujeta a ambos por el cuello y los arrastra fuera del departamento—. Jade si necesitas algo llámame.

Amelia se levantó y se acerca a él para susurrarle algo al oído, él asiente y se marcha, después ella vuelve conmigo. Hubiera querido esos dos fuéramos Zack y yo.

—¿Ya hablaste con él? — pregunta.

—Lo intente, pero no quiso escucharme y no creo que quiera hacerlo nunca.

—¡Perfecto! Entonces nunca más vuelvas a intentarlo.

—¿De qué hablas Andrew? — dice Mel molesta.

—Lo que escucharon, tienes prohibido hablarle.

—¡Tú no puedes prohibirme eso! ¡No eres mi padre!

—No lo digo por ti.

—¿Disculpa? — respondo.

—Andrew creo que ya debemos irnos— comienza a decir Amelia poniéndose de pie y arrastrando a Andrew a la salida.

Después de que se van, todo queda en silencio, Mel no dice nada, esta como ausente y mis lágrimas vuelven a salir.

—¿Sabes Mel? Siempre tuve miedo de que algo como esto pasara, que lo lastimara, que lo decepcionara, de romper su corazón. Porque desde la primera vez que nos miramos supe que él era el indicado, porque me miró de una forma distinta a la que todos lo hacían, y ese día fui a buscarlo a la enfermería solo para volver a ver su mirada y asegurarme de que fuera verdad.

Imágenes de ese día y de los que le siguieron invaden mi cabeza, sus perfectos ojos mirándome, su risa, como me abrazaba y besaba, sus sorpresas, como de ser completos desconocidos pasamos a hacer el uno para el otro. Lo voy a extrañar, no, necesito hacer algo.

—Yo voy hablar con él.

—¡No Melanie!

La puerta del departamento se abre y por un segundo creo que es él, pero no, resulta ser ¿Anthony?

—¿Qué haces aquí? — le dice Melanie molesta.

—Vine a ver como estaba Jade.

—¿Qué? — dije.

Debí haber estado ciega para no darme cuenta que yo no le agradé desde el primer momento en el que me vio con Zack.

—Lo sé, tal vez mi manera de actuar contigo es como si tú no me agradaras, pero si tú haces feliz a Zack, que es como mi hermano, me importas.

—¿Cómo está? — es lo único que se me ocurre decir.

—Mal, está muy triste. Cree que todo este tiempo estuviste jugando con él.

—No, no es verdad ¿a caso no se lo demostré? Yo lo amo.

—Ah...

—Cállate Anthony o si no voy a golpearte duro— lo reprime Mel.

—Lo que iba a decir es que, lo mejor sería que esperarás hasta mañana.

—Está bien— respondo.

—Estará más calmado.

—Y tú necesitas descansar, ven te llevaré a tu cuarto.

Mel me tomó de los brazos para ponerme de pie, entonces recordé lo que hay en mi habitación y opuse resistencia.

—Mejor aquí.

—¿Por qué no en tu habitación?

Caminamos los tres hasta mi habitación para mostrarle la sorpresa que Zack me había dejado.

—¡Oh mierda! ¿Qué quieres hacer con esto?

TENÍAS QUE SER TÚ #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora