|| 𝓒𝓪𝓹. ²² || [REESCRITO]

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“Tenemos que hablar.”

|| 𝓟𝓸𝓿 𝓐𝓵𝓮𝔁𝓪𝓷𝓭𝓮𝓻 ||

Coloco el plato con fruta picada junto a unos waffles frente a mi pequeña Ali.

—Aquí tienes, princesa —dejo el vaso con jugo de naranja junto a su plato.

—Gracias, papá —me sonríe—. ¿Dónde está Lulú? —me observa atenta.

Estaba a punto de decir que no sabía pero Lucy se hace presente en mi campo de visión, lo cual me hace sonreír.

—Allí está, cariño —termino de acomodar la mesa.

—¡Hola, Lu! —exclama la pequeña de dorados cabellos.

—Buen día, princesa —Lucy besa la frente de mi hija—. Pero que bella que estás —observa la vestimenta de Alison.

—Tú igual, Lulú —sonríe con timidez.

—Tienes el desayuno servido, bella —le informo y me observa algo apenada.

La observo con atención y noto que tiene la mochila colgada sobre su hombro.

—¿Ya tienes que irte? —asiente ante mi interrogante—. Bella... —se acerca a Ali y besa su coronilla.

—Nos vemos pronto, princesa —ignora que llamé su atención antes.

—Hasta luego, Lulú —besa la mejilla de la chica dueña de la mirada que me lleva hipnotizando hace meses.

Lucy se iba a acercar para despedirse de mí pero yo me levanto de mi lugar.

—Te acompaño a la salida —Lucy asiente lentamente—. En seguida vuelvo, princesa —Ali asiente.

Salimos con Lucy y nos quedamos en el recibidor del lado de fuera de la casa.

—¿Por qué no te quedas a desayunar, bella? —ella baja su mirada.

—Necesito volver a casa, mi madre llamó y me necesitan allí —sé que está mintiendo, lo noto en la forma que muerde su labio.

—Cuando estábamos en la ducha vi cicatrices en tu abdomen... —musita y ella asiente.

—Tengo un gato —me sostiene la mirada—. Ese gato tiene uñas y me ha pegado algún que otro arañazo, italiano —analizo su rostro, sus expresiones.

—¿Estás segura, bella? —me acerco peligrosamente a sus labios.

—Mucho —menciona con total seguridad—. Tengo que irme. Adiós —deja un casto beso sobre mis labios y desaparece.

|| ... ||

Muestro mi gafete de visitante al guardia de seguridad que se encontraba junto a la puerta del salón de visitas y me permite el paso.

Al entrar logro divisar sentada a una esquina del lugar, con la cabeza apoyada sobre un gran ventanal. Camino hacia allí y me siento frente a ella, sus ojos caen lentamente sobre mí.

La veo totalmente cansada, siento que está más arruinada que antes.

—Hola, Alessia —se endereza en su asiento y me desafía con la mirada.

—¿Tú qué mierda haces aquí? —indaga en un tono brusco.

—A saber si estás avanzando de la forma correcta —respondo de la forma más simple.

AMOR CLANDESTINO © #1 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora