|| 𝓔𝓹𝓲𝓵𝓸𝓰𝓸 ||

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"Un final deseado."

|| 𝓟𝓸𝓿 𝓛𝓾𝓬𝔂 ||

Hoy era el día, el gran día por el cual tanto ansiaba su llegada, el día que siempre pensaba en como sería el día que sucediera y hoy, por fin, voy a estar viviendo esa experiencia inolvidable; me casaré con el hombre que amo. No voy a mentir, estoy demasiado nerviosa, mi corazón late con fuerza y mi nivel de ansiedad  danza al compás de mis pensamientos, los cuales se encuentran tratando de concentrarse en que todo saldrá bien y será un día mágico.

Me encuentro frente al espejo, mientras que Carina está a mis espaldas ajustando los últimos detalles de mi vestido a la vez que Isabella acababa con lo que quedaba de mi maquillaje que era el labial.

Mi vestido de novia es un sueño hecho realidad, diseñado; el corpiño ceñido abraza mi figura con encajes intrincados que se extienden hacia mis hombros, creando una ilusión de delicadas flores.

La falda fluye suavemente en línea A, con capas de tul que añaden un toque etéreo a cada paso. El escote en forma de corazón realza mi feminidad, mientras que la espalda descubierta aporta un toque sutil de sensualidad. Las mangas hacen que mis hombros realcen y se vean delicados.

Completo el look con una cola majestuosa, ricamente bordada, y la paleta de colores es un blanco puro que resalta mi luminosidad. Este vestido es la personificación de la elegancia, la modernidad y la eterna belleza atemporal, una elección perfecta.

—Perfecta —Isabella deja el labial sobre el mueble que había en la habitación—. Aún más hermosa que siempre —le sonrío.

—El vestido ya está cerrado, solamente falta el tocado —Carina observa a Amelia.

Amelia había sido la encargada de peinarme y conseguir el tocado perfecto; se acerca hacia mí con él en las manos y lo deja encima de mi cabello.

—No puedo creer que eres la primera en casarse de nosotras —Amelia limpia una lágrima que estaba asomándose—. Te ves espléndida, Lulú —yo la envuelvo entre mis brazos.

—No llores, Amy —balbuceo y acaricio su espalda—. Ninguna de las cuatro podemos llorar hoy, se nos correrá el maquillaje y nos volveremos monstruos —todas reímos.

—Lulú tiene razón —habla Carina—, hoy es un día para celebrar, si se llora que sea de felicidad, pero en la ceremonia —señala hacia la puerta—. Cómo tus damas de honor, tenemos que acompañarte de la mejor forma y llorar por tristeza no es uno de los caminos correctos —acomoda una de mis ondas sobre mi hombro.

—Tenemos como amiga a la novia más linda de todas —Isa da un suave toque sobre mi nariz.

—Gracias por acompañarme siempre, chicas —las tres me sonríen.

—¡Abrazo de chicas! —exclaman ellas y me envuelven en un gran abrazo.

—Ya dejan afuera de los abrazos —aparece George y reímos.

—¡Ven aquí, tonto! —dice Isabella y George se acerca con pequeños saltitos, también lo abrazamos y comenzamos a saltar de alegría.

Se escuchan unos golpes en la puerta y Theo aparece con una sonrisa nerviosa.

—Lamento interrumpir —Amy se acerca a él y besa su mejilla—. Pero quería hablar con mi hermana antes de salir hacia la iglesia.

—Claro, renacuajo —volteo hacia él.

—Nosotros iremos a ver qué los niños estén impecables —se despiden de mí—. Te veremos en la iglesia, reina —yo asiento ante el comentario de Isa.

AMOR CLANDESTINO © #1 [✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora