AMOR CLANDESTINO © #1 [✓]

|| 𝓒𝓪𝓹. ³⁵ || [REESCRITO]

AVISO: CAPITULO LARGO Y CON MUCHAS EMOCIONES.

"Horas mortales."

|| 𝓟𝓸𝓿 𝓐𝓵𝓮𝔁𝓪𝓷𝓭𝓮𝓻 ||

Estoy preparándome un café mientras veo como Alan duerme en el sofá.

Me acerco con mi taza de café en la mano, doy un golpe en el sofá causando que Alan se despierte.

-Despierta... -me siento en el sofá-. Debemos continuar -doy un sorbo a mi café.

-Si, en un segundo -dice frotando sus ojos-. Voy al baño -se levanta y desaparece.

Comienzo a teclear en mi ordenador y con mi teléfono vuelvo a marcar su número, pero unos golpes en la puerta me desconcentran, me pongo de pie y abro, allí delante están Ali y Alessia, mis ojos se dirigen a Ali.

-Pequeña -me arrodillo a darle un gran abrazo.

-Hola, papi -dice alegre.

-¿No estabas con tu abuela, cariño? -mi hija va a responder, pero Alessia interrumpe.

-Alison, ve a tu habitación -demanda con frialdad-. Debo hablar con tu padre.

-Sí, mamá -responde desganada y se dirige a su habitación.

-¿No podrías hablarle de mejor forma? -frunzo mi ceño enfadado-. ¿Y qué haces tú con la niña?, estaba con tu madre y ella tenía prohibido dejartela si aparecías de tu escapada -ella ríe.

-Yo manipulo hasta a mi madre, cielo -me observa y segundos después la tengo encima de mí besándome, rápidamente la aparto.

-¿Estás demente? -exclamo observándola con mala cara-. No te amo -recalco cada palabra-. No quiero estar más junto a ti; así que, en cuanto más rápido firmes los malditos papeles, mejor será para mí -hablo molesto.

-Se te pegaron estupideces de tu novia imbécil -hace una mueca de asco.

-No me gusta que hables de esa forma de Lucy -la señalo con mi índice.

-Por favor... -rueda los ojos-. Es una imbécil y tú igual -me observa con desagrado de arriba a abajo.

-¿Fue Stuart quién te ayudo a escapar? -no responde.

Entrecierro mis ojos y puedo observar que tiene una pulsera que reconozco en su muñeca, nuevamente vuelvo a mirar sus ojos, esta vez con odio.

-¿Qué hiciste con Lucy? -escupo.

-¿Yo? -se hace la desentendida-. No me acercaría a esa zorra, quizás se me pega algo de ella -escupe con asco.

-No vuelvas a llamarla de esa forma porque ella no es así -menciono entre dientes, enfadado-. Y sé que algo tienes que ver, no creo que ella te haya obsequiado su pulsera favorita -elevo su muñeca y la señalo-. Pulsera que yo mismo me encargue de obsequiarle -ella zafa su muñeca de mi mano.

Esa pulsera iba a juego con el collar que le había obsequiado meses atrás, jamás creí que la vería en la muñeca de Alessia.

-Eres un imbécil -escupe con rabia, se voltea y comienza a caminar; rápidamente voy detrás de ella y la sujeto por el brazo.

-¿Qué demonios le hiciste? -siento como mi enfado va aumentando.

-¿Y a ti que mierdas te importa? -aprieta sus dientes.

-Me importa porque... -mis palabras se cortan-, ella me importa y quiero saber que rayos le hiciste -mis nervios se están perdiendo.

Alessia me observa con odio y luego habla.