— Usted no se queda atrás, Villa. — dijo el de sombrero riendo.
— ¿Qué? ¿Ahora yo que hice? — dramatizó.
— ¡Que no hizo! — dijo el de gafas.
— ¡Ay, Villamil! Dígame que no hizo nada malo. — advirtió el manager.
— No, no hice nada malo.
— Solamente estuvo abrazando a Erika todo lo que pudo. — dijo Martín acercándose a los demás.
— ¿Cómo? — preguntó Malaver sorprendido — ¿De qué tanto me perdí?
— No se perdió de nada interesante. — dijo Villa evadiendo el tema de Erika puesto que se ponía nervioso.
— Villamil, usted pasó abrazando a Erika, ¿le parece que no es interesante? — dijo el manager con obviedad.
— Ya, no lo molesten, no ve que se sonroja "papi". — dijo haciendo comillas con sus dedos.
— Grac… ¡Isaza! — dijo Villa.
— ¿Ocupa que le ayude en algo? — preguntó riendo.
— Con ustedes no se puede, mejor ya me voy. — se levantó del sofá.
— ¿Le gusta Erika? — preguntó el de gafas arqueando una ceja.
Villamil ya iba para su habitación, pero al escuchar la pregunta de su amigo se volteó y los cuatro lo miraban expectante.
— ¿Qué? No, claro que no.
— ¿Entonces por qué se sonroja? — preguntó Martín aguantando su risa.
— Ya mejor vaya, Villamil. — dijo Pedro.
— Gracias.
Villa se dirigió a su habitación totalmente sonrojado por los comentarios de sus amigos.
Con Yisley y Erika
Salieron del departamento y se dirigieron al centro comercial, al llegar fueron a la tienda que frecuentan.
— ¿Qué te parece esta blusa? — preguntó la castaña.
— Está muy linda, mira este pantalón.
— También está muy lindo.
Las amigas continuaron escogiendo las prendas y luego salieron de la tienda con algunas bolsas.
— ¿Vamos al cine? — preguntó la pelinegra.
— Vamos.
— Aún no me creo que pasamos casi un día completo con Morat.
— Es que es increíble, son geniales.
— Sí, y mucho más con lo que pasó entre tú y Marto.
— Fue lindo, pero nada comparado con lo que pasó entre tú y Villa, es que ¡Juan Pablo Villamil Cortés estuvo abrazando todo lo que pudo a mi amiga! — exclamó la castaña.
— Sh. — pone su dedo índice sobre sus labios — Te pueden escuchar.
— Pero nadie sabe quién es Juan Pablo.
— Yisley. — dice arqueando una ceja.
— Bueno, probablemente si sepan quién es. — dice sonriendo y encogiéndose de hombros.
Al llegar al cine compraron lo que cada una iba a comer, seguido a esto entraron a un pasillo donde las paredes eran rojas y tenían las películas próximas a estrenar.
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Destino incierto
Random¿Se han preguntado cómo sería tener una relación amorosa con tu ídolo? Bueno, en esta historia tendrás la respuesta. Sin embargo, no empezarán de la mejor manera, por ello tendrán un DESTINO INCIERTO Y como no siempre tu mejor amiga o amigo comprend...