Narra Yisley
Estaba sentada en la sala del departamento con mi amiga, viendo entrevistas de los chicos, que a decir verdad eran bastantes graciosas, habíamos hecho el aseo del depa juntas, mientras escuchábamos canciones de Morat. Estábamos tranquilas, hasta que a mi celular empezaron a llegar varias notificaciones de Instagram, y todas de la misma persona.
— ¿Quién es? — preguntó confundida.
— Laura. — respondí con una media sonrisa.
— ¿Laura? — asentí — ¿Qué te dijo?
— Que por mi culpa Martín terminó con ella, que me metí en su relación y bla bla bla.
— Pero sabes que no es cierto, Martín te lo dijo.
— A veces dudo de eso, ella tiene razón.
— Claro que no tiene razón, Martín dijo que no fue tu culpa. .
— A mí no me importa lo que haya dicho Martín, Laura tiene razón, por mi culpa terminaron.
— Debes entender que no fue tu culpa, solo lo hace para que te sientas culpable.
— Sea lo que sea, fue mi culpa, ¿me podrías entregar la carta? Por favor.
— ¿Para qué?
— No quiero que se la entregues a Martín.
— ¿Por qué? ¿Qué decía esa carta?
— Puras tonterías.
— Tonterías que sentías en ese momento, porque si no fuera por eso, no la habrías escrito.
— Ya no importa, solo dámela, por favor.
— De acuerdo.
Narra Erika
Me levanté del sofá y me dirigí a mi habitación, saqué la carta del sobre y puse en él una hoja en blanco, sea lo que sea que quiera hacer, no lo permitiré.
Salí de mi habitación, esta vez debía fingir muy bien.
— Toma. — le extendí el sobre.
— Gracias. — lo empezó a partir en muchos pedazos, hasta que quedó hecho trizas.
— ¿Qué hiciste?
— Solamente me deshice de la carta, no quiero que él la lea. Gracias por todo. — me abrazó y luego se dirigió a su habitación.
— ¿Qué haces?
— Haciendo mis maletas.
— ¿Por qué o qué?
— Me regresaré a Costa Rica mañana, a primera hora.
— Pero aún quedan dos semanas.
— Lo sé, pero no me puedo quedar más tiempo. Lo lamento, pero solamente quiero regresar a casa, no quiero seguir pensando en Martín.
— ¿Piensas que por irte a Costa Rica dejaras de pensarlo?
— Así es.
— Estás mal.
— Probablemente, pero ya no hay marcha atrás.
Salí de su habitación y me dirigí a la mía, necesitaba que Martín estuviera al tanto.
— Bueno. — escuché a Martín del otro lado.
— Martín, crees que haya posibilidad de venir a México.
— ¿Por qué?
— Es Yisley, está a punto de hacer una locura, ¿crees poder venir?
— Sí, claro, voy a hablar con Pedro y los demás.
— De acuerdo, gracias.
— Gracias a ti por avisarme.
Colgué la llamada y me puse a ver una película, mi amiga seguía haciendo sus maletas.
Colombia
Narra Martín
Me apuré para conseguir un vuelo, no sabía que tipo de locura quería cometer Yisley.
— Papo. — dije tocando la puerta de su habitación.
— Pasa.
Ingresé a la habitación y me senté en una esquina de su cama.
— Necesito ir a México.
— ¿Por qué? — preguntó confundido.
— Es Yisley, su novia me dijo que si puedo ir.
— Aún no es mi novia, pero espero que pronto lo sea.
— También espero que Yisley pronto acepte ser mi novia.
— ¿Ya habló con ella?
— Sí, se siente culpable, cree que por culpa de ella Laura y yo terminamos.
— Pero explícale que no fue por eso.
— ¿Crees que no lo hice? Le expliqué, y me pidió tiempo, estoy dispuesto a esperarla el tiempo que sea necesario, solo quiero que estemos juntos.
— ¿Entonces qué espera? Vámonos ya para México.
— ¿Vámonos?
— Sí, vamos a preguntarle a Pedro, no crea que me voy a desaprovechar la oportunidad de ver a Erika.
— Bueno, vamos.
Salimos de la habitación y nos dirigimos a la sala, ahí estaban los demás.
— Pedro, ¿cree que haya posibilidad de que nosotros dos vayamos a México?
— ¿Qué tienen que hacer?
— Tengo que arreglar unos asuntos, Villamil solo me va a acompañar.
— Si pueden, solo no hagan ninguna bobada.
— No haremos nada.
— Yo les consigo el vuelo, vayan a hacer sus maletas.
— ¿Podemos ir nosotros también? — preguntaron mi hermano e Isaza al unísono.
— ¿Y ustedes qué tienen que hacer?
— Yo quiero ver a Nath.
— Y yo a Monse.
— De acuerdo, vayan a hacer sus maletas. Nos vamos ahorita.
— ¿Nos vamos?
— Sí, prefiero acompañarlos, yo me quedo en el hotel y ustedes hacen lo que tengan que hacer.
— Está bien, gracias. — dijimos al unísono.
Me dirigí a mi habitación y alisté mi maleta, no me tardé tanto.
[…]
Pedro consiguió el vuelo, por lo que ya habíamos llegado a México, le pedí a Erika la dirección de su departamento y junto con Villa nos dirigimos ahí. Era media noche, pero no podíamos esperar.
Tocamos el timbre y Erika nos recibió.
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Destino incierto
Random¿Se han preguntado cómo sería tener una relación amorosa con tu ídolo? Bueno, en esta historia tendrás la respuesta. Sin embargo, no empezarán de la mejor manera, por ello tendrán un DESTINO INCIERTO Y como no siempre tu mejor amiga o amigo comprend...