37. En el santuario Egipcio

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Moisés cometió la mayor estupidez, al relatar exactamente el lugar en que habían enterrado el cuerpo. Yunet lo escuchó todo, y después se lo contó a Paser, este aceptó ser un títere más en sus planes, se lo contaría al soberano.

Mientras tanto Disebek y la princesa Henutmire hablaban en sus aposentos.

-¿Estás seguro, Disebek?- decía la princesa

-Bakenmut vio cuando Moisés se acercó al artesano.

-¿A su padre?

-El mismo que estuvo aquí reparando la estatua

-¡Por Isis!

-Era su padre

-Ahora sí no se va olvidar de este asunto

-Hemos perdido el control de nuestro hijo -dijo el general haciendo una pausa- ya no, no sé que más hacer.

-Pues tienes que hacer algo Disebek, no puedes darte por vencido, ¡Tienes que hacer algo!

-¿Y qué debo hacer?- dijo el general alzando la voz de la misma manera que lo había hecho la princesa

-¡La culpa es tuya Disebek!

-¿La culpa es mía?

-Tú no amaste a nuestro hijo en cuanto llegó a palacio.

-¿Pero de qué hablas? Yo crié a ese chico como si fuera mi hijo. Fui su maestro, su padre, su general. ¿Tienes idea de lo difícil que era para mí no preocuparme por Moisés en medio de una batalla? ¿De lo difícil que era tratarlo como un soldado normal? Cuando en el fondo, en el fondo quería sacarlo de una batalla y llevarlo a un lugar seguro. Soy su padre tanto como tú eres su madre.

La princesa Henutmire bajó la mirada y se sentó.

-¿Qué hicimos mal Disebek?

-Nosotros hicimos lo que pudimos, mi amor.

Ya que en palacio no se hablaba de otro tema a parte del príncipe hebreo, en los aposentos reales no era la excepción

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Ya que en palacio no se hablaba de otro tema a parte del príncipe hebreo, en los aposentos reales no era la excepción. La reina Tuya intentaba convencer al rey de que había sido muy duro con Moisés.

-No es posible que no sientas nada por tu nieto, nada de cariño, nada de afecto, nada- decía la reina

-Llegué a admirar a Moisés -dijo finalmente el faraón con la mirada perdida, provocando una enorme sorpresa en la reina- me sorprendió cuando demostró ser un bravo guerrero, y también por haberse convertido en el mejor arquitecto del reino.

-¿Y entonces? No entiendo como es que...

-Tuya -interrumpió el faraón- ¿No te has dado cuenta? Que por como ha reaccionado ante la esclavitud de los hebreos, Moisés tiene todo para convertirse en un lider peligroso de esta gente maloliente. Tiene la cultura y preparación de un príncipe Egipcio, nunca me perdonaré el haber permitido que eso sucediera y no estoy hablando de la molestia que me presente una familia hebrea, sino de la posibilidad de una revuelta. Se trata de la seguridad de Egipto.

A donde vayas: Moisés & NefertariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora