51. Juego perdido

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Nefertari se arrepentía de haber salido de su habitación, ese encuentro con Zur, aunque le había tranquilizado saber de Moisés, no le había agradado del todo

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Nefertari se arrepentía de haber salido de su habitación, ese encuentro con Zur, aunque le había tranquilizado saber de Moisés, no le había agradado del todo. Se sintió un poco incómoda, sobre todo cuando él intentó acercarse a ella.

Y tenía razón en sentirse de esa manera. Ya que en cuanto terminaron su plática Zur, y otros hombres de la realeza que habían observado a Nefertari, fueron a hablar con el rey Balac y comenzaron a halagarla frente a él y a mencionar hermosa que era, acto que despertó nuevamente el deseo que el rey había olvidado por haber estado ocupado en las incursiones militares. 

-¿No crees que deberíamos invitarla a cenar?

-Definitivamente tenemos que invitarla

El rey decidió acercarse a ella, y le pareció que invitarla a un banquete real sería el primer paso. Nefertari recibió la invitación por medio de un guardia que llegó a su habitación, y por razones obvias, no podía negarse. Lo que tanto temía estaba sucediendo.

Esa noche Nefertari se presentó a la sala del trono para el banquete real, iba con un vestido sencillo, propio del lugar, hacía tiempo que había dejado guardados sus atuendos Egipcios. No quería llamar la atención por lo que el vestido era de un color tenue y sin adornos, tampoco mostraba mucho de su cuerpo, no quería que su indumentaria diera a pensar que estaba insinuando algo.

Después de atravesar las puertas de la sala del trono, pudo apreciar la opulencia del lugar, cosa que no había notado la primera vez que había estado ahí debido al nerviosismo, las lámparas hacían resplandecer más el oro de los adornos en la sala y el bullicio la hizo pasar desapercibida. 

Zur fue el primero en verla llegar, se levantó a saludarla y le ofreció un asiento junto a él, que Nefertari aceptó. En el extremo de la mesa la reina Elda y el rey Balac la observaban, en diferente sentido claro está. 

Al observarla con más detenimiento Zur notó que al no traer el khol en los ojos, el tinte que tanto caracterizaba a los Egipcios, no se parecía tanto a Moisés, quien también había dejado de usarlo en el campo de batalla, y comenzó a poner en duda la versión de que fueran hermanos. 

-He notado que dejaste de pintarte los ojos... -comenzó a decir Zur

-Oh, sí. En Egipto lo usamos como una especie de protección, ya sabes por la infecciones que podríamos contraer en nuestros ojos, pero... se me ha terminado. 

-Aquí nuestras mujeres también usan otro tipo de pinturas, aunque por otras razones -Zur rio y Nefertari lo acompañó

-Bueno, tal vez aquí no sea necesario 

-Tal vez -dijo él-. Además te sienta bien el estilo de Moab -dijo señalando su vestido antes de tomar un sorbo de la copa de vino que tenía en su mano 

-Oh, gracias -dijo Nefertari riendo mientras miraba su vestido como si no lo hubiera hecho antes-. La comida está deliciosa -dijo para cambiar el tema

-Lo está -dijo él asintiendo antes de ser interrumpido por el rey

-Zur, ¿me permites la compañía de la hermosa dama? -dijo antes de que Zur asintiera y se levantara de su asiento dando espacio al rey

-Nefertari, ha pasado tanto tiempo... ¿Cómo te has sentido en palacio estos días?

Nefertari tragó saliva antes de contestar. 

-Muy bien, majestad -dijo ella tratando de no hacer contacto visual con él 

-¿Qué tal ha estado todo? ¿Cómo te han tratado?

-No hay manera de agradecer la forma en que me han tratado en este lugar, todos han sido muy amables...

-Quiero hacerte saber que si te han tratado de esa manera ha sido por mí, además de que sí hay una manera de agradecer... ¿Qué te parecería una cena? Sólo tú y yo, solos, ¿Qué dices?

Nefertari se quedó sorprendida, no esperaba una invitación del rey, menos tan pronto. 

-Eh, yo...

-¿Es muy rápido? Porque podría ser en dos días si te parece mejor...

-Yo... No sé, si mi hermano estaría de acuerdo.

-Por favor, Nefertari, eres una mujer adulta, independiente, lo cual debo agregar me gusta mucho, además de muy bella...

Nefertari se sentía atrapada, no quería verse tan renuente a la invitación del rey, pero a la vez tenía miedo de lo que el rey pudiera intentar después. 

-Su esposa -dijo Nefertari volteándola a ver mientras se encontraba con la mirada escrutadora de la reina-, ¿Estaría de acuerdo?

Balac soltó una risa sonora.

-¡Por supuesto! Ella siempre está abierta a la posibilidad de una segunda esposa, además sabe que como hombre tengo... necesidades -dijo antes de hacer girar el vino en la copa que sostenía y darle un sorbo

Nefertari trató de ocultar su mirada de desagrado, aunque no estaba segura de haberlo logrado.

-Entonces... ¿Qué dices? -siguió el rey al notar el silencio de Nefertari-. Debo decirte que no aceptaré un no como respuesta 

Nefertari estaba asustada, pero aún así decidió aceptar, temía por ella, pero también por las represalias que podía acarrear a Moises si ella se negaba.

-Estaría encantada -dijo fingiendo una sonrisa

-Nos vemos en dos días, Nefertari. Enviaré a un guardia por ti esa noche, no tengas miedo de lo que pueda pasar

Bueno, aprovechando que tengo inspiración les dejo otro capítulo, quiero decirles que he leído cada uno de sus comentarios y los tomaré en cuenta, y si no es en este fanfic tal vez en otro de los que tengo en borradores (los que me siguen desde ha...

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Bueno, aprovechando que tengo inspiración les dejo otro capítulo, quiero decirles que he leído cada uno de sus comentarios y los tomaré en cuenta, y si no es en este fanfic tal vez en otro de los que tengo en borradores (los que me siguen desde hace tiempo saben que antes tenía como diez historias más de Moisés & Nefertari publicadas jaja que oso) cuando termine esta novela. Nuevamente, gracias por leer y dejen sus comentarios por favor que eso es lo que más motiva a la hora de escribir el siguiente capítulo 😊

A donde vayas: Moisés & NefertariDonde viven las historias. Descúbrelo ahora