°LA FUGA°

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°LA FUGA°

—¡Feliz cumpleaños! –gritan mis compañeros de encierro. Me doy vuelta confundida. ¿Es hoy? –Pide un deseo Magna y luego sopla esta vela imaginaria.

Frunzo el seño con diversión, el pastel que me ofrecen esta dibujado en una hoja de papel con crayones, un pastel un poco... abstracto si soy sincera.

Cierro los ojos con fuerza y soplo, todos ríen y aplauden a su vez.

—Tal vez algún día podamos celebrar tu cumpleaños como debe de ser. El pastel vuelve a ser de papel, lo siento. –Asha baja la hoja con tristeza y yo la abrazo.

—Es un buen regalo. –aprieto sus hombros con cariño y paso a abrazar a Kadim, luego a Ossma, después a Syndra y al final abrazo a Rikker.

—¿Qué pediste? –susurra con emoción Ossma y Rikker interrumpe con un carraspeo.

—Ossma, el deseo no se puede decir en voz alta porque sino no se cumple. –niega con la cabeza decepcionado como si fuera una regla básica que olvidó por completo.

—Está bien, Rikker. –los miro a todos con una sonrisa culposa– De todos modos no se cumplirá. –ladean la cabeza con curiosidad y yo miro mis manos, aún tengo la piel de los nudillos abierta y algunas costras secas consecuencia del entrenamiento– Pedí que todos pudiéramos salir de aquí algún día.

—Si lo pides con suficiente fuerza tal vez se cumpla. –dice Syndra mientras me da otro abrazo rápido.

Me miran compasivos y yo sonrió como si no importara, aunque realmente me parte el corazón.

Nadie sale de aquí porque estamos enfermos, cada uno de nosotros está infectado con un virus, estamos en aislamiento, un aislamiento permanente y estoy harta.

—Los doctores dijeron que hoy era tu cumpleaños, pero nos prohibieron un pastel de verdad con velas de verdad. Dicen que es peligroso aunque les aseguré que no íbamos a causar un accidente. –Kadim rueda los ojos enfadado– Tal como sucede cada puto año.

Los doctores son los que nos mantienen seguros en este lugar. Desde que tenemos memoria hemos permanecido aquí, no sabemos cuántos años con exactitud, sin embargo, entendemos que han sido muchos.

Si lo que dicen los doctores es cierto y hoy es mi cumpleaños, tendría ya 26 años. Pero no sabemos qué hora o día es, tampoco en qué estación estamos o en qué lugar del mundo nos encontramos o de qué nacionalidad somos cada uno y tampoco sabemos si tenemos una familia que piense en nosotros fuera de estas blancas, pulcras y terriblemente aburridas paredes.

Lo único que sabemos es que estamos enfermos -no sabemos de qué- también que nos tratan bien y nos mantienen en forma. Tenemos un estricto régimen de ejercicios y dieta, comemos cosas raras y tenemos sueños extraños, pero eso es todo.

Los doctores nos explicaron que comer carbón, carne cruda y minerales en bruto es necesario para obtener energía de la madre tierra, porque según ellos no hay mejor lugar para obtener vitaminas que de la misma naturaleza que nos dio la vida.

Además de eso, estudiamos lo más básico de la cultura humana y lo digo de esa forma porque no formo parte de su sociedad, no conozco otra cosa fuera de este agujero esterilizado, solo a mis cinco amigos y al montón de doctores a los que no les conozco el rostro porque siempre usan máscaras oscuras que los cubren por completo y trajes blancos de protección.

Siempre he sido fácil de controlar, me he comportado de forma dócil porque aunque logrará salir de aquí no tendría a donde ir, estaría sola y no es que aquí la esté pasando mal, pero en los últimos años... creo que mi docilidad se terminó.

REX CUENTA HISTORIASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora