◇AL OTRO LADO◇

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AL OTRO LADO

—¡Madre, ya he llegado! –grito una vez y no hay respuesta– ¿Má? –otra vez sin respuesta– ¿Dónde te metiste?

Camino por la casa y veo la cama desordenada, ella jamás la dejaría así, pero lo que más llama mi atención es que las sábanas se dirigen al baño.

—¿Ma? –la voz se me corta– Ya me asustaste y sabes que odio eso. –gruño y me acerco al baño con extrema cautela– ¿Ma...?

Cuando abro la puerta veo a mi madre sentada en un rincón con la garganta degollada y una pequeña caja en la mano izquierda, mientras que la mano derecha tiene uno de los cuchillos que recién compré,

Su rostro esta pálido, sus ojos están enfocados en la nada y mantiene un gesto pasivo, con las comisuras un poco alzadas como si estuviese sonriendo orgullosa.

—Ay ma, ¿pero qué has hecho? –una lágrima sale y mi corazón se resquebraja aunque ella parece tranquila.


°•°•°•°•°•°

Después de dos semanas de haber enterrado a mi madre, aún soy incapaz de abrir la pequeña caja que encontré entre sus fríos dedos.

Siento miedo cada vez que la miro, hace una semana que el rostro de mi pobre madre me atormenta en mis sueños y cada vez que intento comer algo el estómago se me revuelve como si fuese a salir de mi garganta para huir.

Nadie más que mis amigas me ha visitado, me obligaron a dejar de trabajar por miedo a que tomará una mala decisión, pero es peor no hacer nada. El silencio y la tranquilidad me hacen más ruido.

—Debes abrir la caja. No puedes simplemente observarla y ya. –dice Bety mientras deja las bolsas de la despensa frente a mi– Vamos, no te va a morder.

—No se si estoy preparada, Bety. –recargo mi cabeza sobre mis manos y se la extiendo a ella– ¿Puedes hacerlo por mi?

—Oh por favor Sarabi, no puedes pedirme eso. Tu mamá lo dejo para ti, no para mi. –tamborilea sobre la mesa y comienza a guardar las cosas mientras silba alegremente.

—Entonces tendrás que soportarme mientras observo esa cosa por días enteros sin parpadear. –me encojo de hombros indiferente– Tengo todo el tiempo del mundo hasta que me haga vieja y muera.

Se detiene, toma la caja de mala gana y comienza a quitar la cinta mientras murmura insultos y hace gestos.

—No puedo creer que seas tan cobarde. –cuando quita la cinta me mira y yo asiento– Sea lo que sea espero que te deje dormir y comer, pareces alma en pena. –quita la tapa y luego ríe– Sólo es una vieja llave mohosa.

Me la pasa y palmea mi hombro para posteriormente guardar los aperitivos en su lugar.

—Este tipo de cerradura nunca la había visto, parece muy vieja, más que mi madre. –la analizo con cuidado, ella se acerca y hace lo mismo.

—¿Crees que sea de esta casa? –toma la caja y saca un papel– Genial, debe ser la nota de suicidio.

—Mi madre no se suicidó, creo que fue más un sacrificio. Yo vi su cara congelada en felicidad, tal vez se sintió amenazada y prefirió proteger lo que sea que la llevó a cortarse el cuello como un pollo. –Bety abre la nota– Ve tu a saber si estaba drogada.

La lee en silencio, alza las cejas con indignación y luego me la muestra como si lo escrito fuera aún más loco que la llave:

"Confía en ti, no te rindas y por primera vez en tu vida no dejes que el miedo te paralice. Ellos te lo explicarán, pero primero debes buscarlos.
-Zira Queen ⚜️"

REX CUENTA HISTORIASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora