●NACE UNA GUERRERA (DEL MUNDO DE "MESTIZA")●

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●NACE UNA GUERRERA (DEL MUNDO DE MESTIZA)●

Mi madre me obligaba a quedarme callada siempre. Si me hablaba yo debía responder justamente con lo que ella quería oír y no más. Cuando no me hablaba debía quedarme en mi lugar callada y muy quieta, como una estatua.

Creo que la razón por la que Hades terminó aceptandome fue porque eramos demasiado similares. Él no hablaba y yo no lo hacía, él no me saludaba y yo tampoco, me alimentaba sin decir nada y yo comía en silencio cual animal asustado.

Los recuerdos tormentosos de mi transición me atacaron cuando calcine a toda mi familia en casa. Se supone que al huir me sentiría libre, siempre imagine que sería así, pero en lugar de eso me llego la sensación de estar prisionera en mi pasado traumático.

La verdadera pesadilla llegaba cuando era la hora de dormir, no hubo noche en la que no me levantara gritando ni noche en la que Hades no se sentara en silencio en una silla frente a mi cama a esperar que volviera a dormir.

Al principio no decía ni hacía nada, solo se sentaba y me observaba, cuando nuestras miradas se encontraban él asentía levemente como diciendo "aquí estoy, no me iré". Con el paso del tiempo se fue acercando más, se sentaba en mi cama, luego tomaba mi mano y me besaba el dorso con ternura, a veces acariciaba mi cabello y sonreía.

¡Oh Dioses! No sabes cuánto amé esa sonrisa, desde el primer momento en que la vi se quedó grabada en mi mente, con el fuego intenso de una nueva emoción... cariño. Una sensación muy extraña para ambos.

—Quisiera que fueras a la escuela, me parece que te haría bien salir de esta casa y relacionarte con personas de tu edad... –me mira mientras sirve el desayuno en un plato con adornos comestibles para llamar la atención de un niño– Podrías hacer amigos y aprender cosas nuevas, puede ser divertido.

—Sé lo que dicen los personas de mi... y de ti. –picoteo la comida y lo miro directo a los ojos– Haré lo que me pides, pero no creo que sea buena idea.

Por alguna razón a Hades le molesta que lo miren a los ojos, tal vez cree que es un desafío o un insulto que se atrevan si quiera a pensarlo. Pero cuando yo lo hago me mira como si importará, como si realmente tuviera valor que yo sea capaz de mirarle sin sentirme presionada o aterrada como suele pasar con el resto.

—Ambos sabemos quieres somos, no me conoces ni yo te conozco, pero estamos solucionando eso. –toma mi mano magullada y la acaricia como si fuera un cachorro herido– Cuando te encontré juré protegerte, y pienso cumplir esa promesa sin importar cuanto tenga que arriesgar o perder en el camino.

—Si acepto salir... –suspiro y tomo un trozo de fresa del plato ahora destruido– ¿Qué haré? ¿Qué voy a estudiar?

—Bueno, eres una niña y necesitas educación básica. –toma un poco de café y suspira– Sé que dijiste que no quieres ser tratada con privilegios, pero debes aceptar que necesitas más protección que cualquiera y no por privilegio sino por mera necesidad. –acaricia mi cabello con ternura– Estas en el foco mediático, nadie aprueba mi decisión de acoger a alguien tan inestable como tu y no pienso buscar esa aprobación, solo quiero darte una vida... la vida que tanto mereces. –el teléfono suena y sonríe de lado antes de ir a la oficina.

—Tal vez sea mejor la muerte, así no causaría problemas. –gruño para mi a la vez que como algunos frutos rojos– La muerte resulta tentadora y hermosa, pero no soy capaz de tomarla.

Cerbero se acerca y empuja mi pierna con su nariz húmeda para llamar mi atención. Me mira con esos ojos que me derriten el alma y gruñe suavemente en un intento de ser tierno.

REX CUENTA HISTORIASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora