Capítulo 2

682 13 3
                                    

-Lucia- se ahogo como en un grito la voz de la abuela -¿Acaso sigues con la idea de salir con este tiempo?

-Tal vez abuela, pero tu no debes de estar levantada soportando frio-

Lucía hizo sonar el timbre que comunicaba con el servicio y casi de inmediato apareció una mujer impecablemente vestida.

-¿Desea algo señorita?-

-Si, lleva a mi abuela a si habitación, sirvele el té y dile a Denisse que le haga compañia-

María salio agitando sus voluptuosas caderas, tenía unos pequeños ojos negros ante los cuales no pasaba nada desapercibido.

Lucía salio a tomar un poco de aire, su pasado la tenia abrumada.

Bajo lentamente los escalones de la mansión y se encontro con Denisse

-No te preocupes no tardo, estaré cerca en el centro comercial ordenando mis ideas y tomando un capuccino - se despidió Lucía de ella.

Denisse la miraba extrañada, acababa de llegar y ya quería salir de nuevo, ¿Que se traia en la mente Lucía que procedia de esa forma tan desconcertante? Sentía algo de inquietud ¿Que le estaría pasando?

-Si quieres te acompaño- se apresuro a decir

-Será en otra ocasión, hoy quiero estar sola- respondió Lucía

Lucía comenzó a caminar en medio de una diminuta llovizna apresurando su paso.

Mientras tomaba su café llevó a ella un pensamiento que consideró oportuno a su mente, necesitaba relajarse, descansar, encontrar algo que la sacara de la rutina, si, eso era pero... ¿A donde iría? A su mente llego "Taganga" habían allí unas hermosas cabañas, el ambiente era rustico y salvaje, producida un aspecto muy bello y el mar bastante agitado lucia una gama de azul intenso entrelazado de varios matices.

Miro su reloj que marcaba las 11:15pm.

Salio rápidamente y en ese instante se desato un fuerte aguacero, a pesar de que llevaba un grueso abrigo el frio resbalaba penetraba haciendo temblar su piel.

Al momento de haber llegado las luces estaban apagadas, entro silenciosamente y se dirigió a su habitacion.

Los rayos iluminaban la estancia y los truenos habían vibrar los ventanales, cerró bien las cortinas y se envolvió entre sus sabanas; fue una noche intensa, el viento parecia gemir y paso varias horas sin poder conciliar el sueño.

Amanecio y un rayito de sol se poso sobre su mejilla anunciandole que un nuevo día había comenzado.

-¿Se puede pasar?- escucho detrás de la puerta

-Si, adelante, pase

-te he traído un cafesito para que despiertes tu mente- dijo Denisse

-gracias, ¿Como ha amanecido mi abuela?-

-Aún sigue dormida, seguro la tempestad de anoche la desvelo, porque siempre a esta hora se encuentra caminando por los pasillos, revisando si hay una flor nueva en su jardin; ya María esta preparando el desayuno y Walter limpiando la suciedad que arrastro la lluvia en los prados.

-Mejor cambiate para que me acompañes a hacer una reservación- Dijo Lucía a Denisse

Pasado InciertoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora