Habían salido temprano de casa, antes de que los demás se levantaran. La nieve había alcanzado también la ciudad, y Yoongi había salido a fumar un cigarrillo antes de que les sirvieran en café. Tenía las manos frías y temblorosas, de modo que Seokjin le acercó el encendedor a los labios.Era muy pronto y el aire estaba helado, pero aún así gozaban de cierta tranquilidad. Seokjin recordó que, al despertarse, sus dedos seguían entrelazados con los de Yoongi. El chico de cabello blanco se había disculpado, aunque sin necesidad, y le había explicado que se trataba de un hábito inconsciente que tenía. Habían discutido en broma porque Seokjin insistió en que era adorable, y después se habían vestido para buscar el café donde Yoongi recordaba haber ido con Namjoon hacía algunos años.
Era tal y como lo recordaba. Un lugar con una estética muy definida, mesas de madera rústica y estanterías repletas de libros, con olor a café y a bollería artesanal. Evocaba a Namjoon, evocaba a una definición vaga de hogar, no por ello menos satisfactoria. Seokjin había nacido y crecido en Seúl, pero no solía salir mucho, o al menos no con compañía, así que jamás había estado allí antes.
Entraron de nuevo y Yoongi le prestó sus terrones de azúcar, porque prefería el café amargo. Eran aún esas horas de la mañana en las que el silencio es casi natural, porque uno empieza apenas a despertar de veras y prepararse para la miseria de un nuevo día. Yoongi todavía le contagiaba los bostezos de vez en cuando, y los dos reían suavemente.
Había blanco en la repisa de la ventana y estaba nevando levemente. La ciudad se veía tan hermosa que resultaba irreconocible, y Yoongi llegó casi a olvidarse de que se suponía que tenía que regresar a casa.
-La carretera seguirá bloqueada-dijo Seokjin, con un suspiro-. Lamento mucho no tener un helicóptero en mi patio trasero para llevarte...
-Me decepcionas, Kim Seokjin-bromeó Yoongi, negando con la cabeza.
Seokjin se echó a reír, pero Yoongi estuvo dándole vueltas a lo que acababa de decir. Pensó que las palabras elegidas podían haber sido desafortunadas, malinterpretadas. Seokjin decepcionaba constantemente a su padre, casi cada vez que respiraba, y Yoongi no quería parecérsele ni en broma. Quería ser la mejor versión de sí mismo y no meter la pata con Seokjin. Sabía que su nuevo amigo no era muy dado a hablar de lo que sentía, que era reservado porque no quería preocupar a las pocas personas que lo hubieran escuchado y ayudado. Y siempre es más difícil ayudar a una persona que insiste en que está bien y no necesita ayuda, pero Yoongi, como ya le había dicho, estaría a su lado, y no lo heriría jamás de manera deliberada.
Después del café, una conversación sobre música en la que se intercambiaron varias recomendaciones terminó con Seokjin prestándole a su amigo uno de sus AirPods e intercalando playlists mientras paseaban por el parque, casi completamente blanco por la densidad de la nieve. Yoongi no tenía certezas de cuando podría regresar a casa, y seguramente no sería aquella noche, pero pasear a pocos metros de Seokjin en silencio, conectados por una canción, era algo tan simple como perfecto.
Los niños que solían jugar en el parque estaban construyendo figuras y jugando a golpearse con bolas de nieve, y habían dejado los columpios desatendidos. Yoongi limpió los asientos y empezó a balancearse en uno de ellos, y Seokjin lo imitó. Movió ligeramente la cabeza con el ritmo de la canción que estaba sonando en aquel momento, procedente de la playlist del mayor. Era una canción pop de un grupo de chicas, con una melodía pegadiza. La clase de canción que puedes escuchar y disfrutar sin que te haga pensar demasiado.
Seokjin cambió de canción y se dio cuenta, observando la pantalla de su telefono, de que era cuatro de Diciembre, y se cumplían veintisiete años desde su nacimiento. Era normal que lo olvidara, porque casi nadie solía felicitarle. Cuando su madre aún vivía con ellos, le regalaba muchas cosas en su cumpleaños, pero después del divorcio, el señor Kim había dejado de recordarlo o mencionarlo. Después de todo, el chico ya tenía la cuenta bancaria lo suficientemente llena como para comprarse lo que quisiera, y a él no se le pasaba por la cabeza la idea de gastar tiempo o dinero en alguien que, después de todo, veía más como un útil o una inversión que como su hijo.
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Losers (MY+KSJ)
FanfictionYoongi y Seokjin se conocen por casualidad, y conectan enseguida. Seokjin no puede enamorarse de Yoongi porque eso no es lo que se espera de él. Yoongi no debe enamorarse de Seokjin porque siempre termina herido cuando se deja guiar por el corazón...