Y es que no solo me sentía humillada, me sentía como la persona más patética del mundo. No sabía ni como defenderme, solo dejama que se burlaban de mi y ya. ¡Agh! ¡Odio tanto eso de mi! ¡Que imbecil soy!
Y como si fuera poco, no solo Nathalie estaba ahí diciéndome sus estupideces pero que a la vez, esas estupideces ponían por debajo del suelo mi autoestima, si no que, estaba toda la escuela viendo, ¡Todos!
Queria llorar, gritar, patalear, de todo. Quería estar en paz, pero lo que menos tenía en ese momento era paz.
Solo paz, no pido más.
Paz.
Eso fue lo que sentí cuando me senté sola en la grama detrás del colegio. El viento hacia que se erizara los vellos de mi piel, hacia que mi cabello volara, y me hacia sentir bien.
Tenía tantas cosas que pensar, como por ejemplo: la últimas palabras que me dijo Nathan antes de irse, y dejarme aún más confundida.
Pude reflexionar muchas cosas, una de esas es que no todo será para siempre, dentro de mi, en lo más profundo, sé que yo me pondré igual de bonita que las demás adolescentes. Solo necesito fe en mi.
También, pude recordar mi pasado.
Mi primer amor.
Steven Sherpard.
Yo tenía 12 años cuando, en mi salón de clases, anunciaron que un nuevo niño se uniría a nosotros. Me había dado igual, sería uno más que se burlaria de mi físico como todos. Recuerdo que estaba anotando los apuntes de matemáticas.
—Bien estudiantes, tenemos un nuevo compañero—anunció la profesora, todos voltearon a ver, curiosos. Excepto yo— adelante Steven.
Todos empezaron a murmurar, algo que me sorprendió porque una chica dijo: "Es lindo". Y por curiosidad, alcé la vista.
Y tenía toda la razón.
No era lindo, era un jodido Ángel caído del cielo.
Recuerdo que era más alto que todos los varones de mi salón, su cabello era negro y un poco largo, y ¡Oh por Dios! Lo que más me sorprendía eran sus ojos, era como el azul del mar, preciosos. Sentia que de alguna forma, él podía hipnotizar con ellos, y es que, después de una semana, tenía miles de niñas detrás de él. Y una de esas niñas, era yo.
Pensé que tal vez él me podía dar una oportunidad, que él se podría enamorar de mi y después, cuando crecieramos, íbamos a tener una casa enorme, con dos perros, un gato, y Hámster. Tenía las esperanzas, y es que, para ese año, tenía por lo menos un poco más de confianza en mi.
Le hacía cartas con mucha brillantina, obvio no dejaba mi nombre en las cartas, pues tenía miedo a que se burlaba de mi. Cuando se distraía, le dejaba ma carta escondida en su bolso, y así hacia todos los días.
Tenía fe, de que él no sería igual que el resto.
Estaba tan equivocada.
Hasta que un día, todo lo que yo sentía por él, se fue. Así como también se fue mi confianza en mi misma.
Un día, todos estábamos fuera en la cancha haciendo deporte. Ese día le había le había escrito una carta—como de costumbre—, pero esta vez, ya no iba ser anónimamente, le iba decir quien era quien le escribía todas esas cartas. Estaba nerviosa, mucho lo diría yo, pero siempre con las esperanzas de que él me iba a elegir a mi, entre todas las chicas que estaban detrás de él.
Que ingenua era.
Recuerdo que le había dicho a mi profesora que iba al baño, fue una mentira, porque en realidad me dirigía al salón en donde estaban todos los bolsos. En donde estaba el bolso de Steven. Había llegado al salón, y me puse a buscar su bolso, fue fácil, pues ya sabía en donde se sentaba.
Parecía una loca acosadora, lo sé.
Estaba apunto de abrir su bolso y guardar la carta en él, cuando de pronto, escuché un sonido.
Alguien había entrado.
No estaba sola.
Y no era uno, eran cinco personas.
Dos niñas y tres niños (uno de ellos era Steven) entraron al salón riéndose a carcajadas, cuando me vieron, alzaron una ceja.
Me habían encontrado con la mano en la masa.
Rápidamente me alejé del bolso de Steven, y escondí la carta detrás de mi. Pero ellos ya me había visto, y se acercaron a mi.
—¿Que estás haciendo?—preguntó uno de ellos.
—N-nada—los nervios me estaban traicionando.
—¿Qué tienes detrás de la espalda?—preguntó una niña, que no recuerdo actualmente su nombre.
—No es de tu incumbencia—respondí.
Los cincos niños me había rodeado, no tenía escapatoria.
De pronto, siento que alguien me arrebata la carta. Era un amigo de Steven. Se la intenté quitar, pero él era más listo.
—Con que una carta, ¿eh?—dijo, y yo ya estab muriendo de la vergüenza—vamos a ver a que dice la carta.
—¡No, por favor!—supliqué— ¡Devuélvanme la carta!
—Silencio querida compañera, a ver, vamos a ver que dice—empezó abriendo el sobre y sacando la nota que tenía dentro, luego afinó la voz y empezó a leer la nota— No te sabría explicar las emociones que siento cuando estoy cerca de ti, eres como un Sol que ilumina mis mañanas. Siento que eres diferente al resto, y eso es lo que más me enamora de ti—todos empezaron a reírse, y yo ya estaba llorando, el niño sigue leyendo — tus ojos azules me hipnotizan por completo, y tu voz parece una melodía. Espero que después de esta revelación, pudiera tener la dicha de ser más que amigos. Porque sería lo mejor que me pudiera pasar si tú sintiera lo mismo que yo siento por ti. Te amo Steven. Con amor: Leyla.
—¡Awww! La niña esqueleto está enamorada—dijo una niña y todos empezaron a reírse a carcajadas, incluso Steven.
—Pobrecita, piensa que puede tener algo con Steven—dijo la otra niña.
—No, no, lo peor es que piensa que Steven siente algo por ella—y eso fue la cuchillada que recibí en toda mi alma.
Salí corriendo del salón, con las voces de las carcajadas de los niños en mi mente. Recuerdo que me metí en el baño, y me puse a llorar sin parar, llamé a mi mamá y le dije que me viniera a buscar, porque supuestamente estaba mal del estómago, que claramente era mentira, lo que quería era estar lejos de esos niños, de las personas y del mundo.
Cuando llegué a mi casa, subí rápidamente las escaleras, y me sumergí debajo de las sabana, a seguir llorando. En ese momento, las poquita confianza que tenía en mi, se esfumaron.
Hasta el día de hoy, hasta que alguien me dijo: "Sé la flor que resalta entre la maleza".
Y seré la flor que resaltará entre la maleza.
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Disculpen si tardé en traer un nuevo capítulo, es que mi laptop se dañó y pues la están arreglando.
Prometo que pronto traeré un nuevo cap lo más rápido posible.
Mientras tanto, espero que hayan disfruto de este.
¡Mucho besos y abrazos!
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Chica Flaca [COMPLETA]
Teen FictionBORRADOR Esta historia es un borrador, por lo tanto, contiende muchas faltas ortográficos. Poco a poco las iré arreglando. ♡♡♡ Algo que ella no aceptaba, era su cuerpo. Lo veía tan diferente a las demás, que se sentía excluida. Quería ser como ella...