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LLEGAMOS A LAS MIL VISTAS.
AAAAAAAAAAAAAAA.
*Inserto sticker de grito de perra loca*
JAKAJAKAAJJAJA muchísimas gracias, por esto les traje un nuevo capítulo sin ser viernes.
¡Que disfruten!
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Había llegado exhausta después de que me encontré con Delia. Había sido una tarde agradable, pero por alguna razón, cuando entré a mi habitación, empecé a sentir una sensación extraña en el pecho. De igual forma, no le di importancia, me tumbe sobre mi cama y ahí me quedé hasta quedarme casi dormida.

Dije: “Casi" porque en realidad no logré dormirme por una llamada entrante de mi celular que llamó mi atención.

La sensación  de mi pecho aumentó, eso hizo que una corriente de nervios pasar por mi vertebral. Con un poco de duda sujeté el celular con mis manos, y cuando vi el nombre de la persona que me estaba llamando, fruncí el ceño.
No me esperaba una llamada de ella a esta hora.

—¿Aló?

—Layla, querida—habló la mamá de Nathan un poco sobresaltada—Te llamaba porque Nathan ya apareció, pero ahora me tiene más preocupada que antes.

Eso hizo que mis nervios aumentaran cada vez más.

Por mi mente pasó que unos tipos lo agarraron y lo golpearon sin parar, hasta dejarlo casi muerto.

Sacudí mi cabeza para alejar aquel terrible pensamiento.

—¿Qué pasó?

—No sé, creo que llegó borracho y en su rostro se ve que está muy desanimado. Me tiene muy preocupada.

Bien, que Nathan esté borracho no se me hubiera pasado ni en mil años por la cabeza, así que yo también me preocupé.

Solo había una cosa, ¿Para qué me llamaba la señora Dania?

—Oh, y me llamaba porque…

—Porque el te mencionó.

Eso hizo que arrugara mi frente, confusa.

—¿Cómo así?

—Cuando se fue a su cuarto, yo me fui detrás de él, y en unos de sus balbuceos que soltaba, te mencionó. Entonces se me dio la idea de llamarte para que…

De repente la voz de la señora Dania cambió, ahora se escuchaba como si estuviera apenada por algo.

—¿Para qué?

—Para que vengas y hables con él.

Eso me tomó por sorpresa. Nunca me había imaginado ir a la casa de Nathan, sin embargo creo que hoy será la primera vez. No pienso dejar a ese chico solo en las condiciones que está, bueno, aunque solo no está, tiene a su mamá, pero presiento que ese chico está pasando por algo fuerte y si el ha estado para mi, me toca a mi estar para él.

—Bien, en cinco minutos llego.

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Pensé que pedir permiso iba ser algo difícil, pero cuando me asomé en la puerta del cuarto de mis padres, ya mamá sabía, la señora Dania se había encargado de mi permiso.

La casa de Nathan no quedaba lejos de la mía, quedaba muy cerca, así que si, en cinco minutos había llegado, pero todavía no había entrado a su casa. Estoy situada en frente la puerta, sin hacer nada. En mi mente pasó varias veces en devolverme, pero ya estaba aquí, y Nathan necesitaba de alguien que lo escuchara, y si no quería hablar, necesita de alguien que esté para él y que sepa que no está solo.

Chica Flaca    [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora