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Mi sonrisa se agrandó cuando vi a mi abuela atravesar la puerta. ¡La extrañaba tanto! Su casa queda a siete horas de transcurso en autobús, así que no la veo casi, y hoy, que por fin la veo después de cuatro meses, estoy más emocionada que nunca. Mi abuelo viene detrás de mi abuela, quejándose de las tantas maletas que traían ­—abuela había insistido en traer cuatro maletas, cuando lo más probables es que se queden una semana y media como máximo—.Mi papá se dirige a ayudarlo, pero mi abuelo le responde con un: "¡yo puedo, yo puedo! Todavía me puedo limpiar el trasero yo mismo, así que también puedo con las maletas" Antes las negaciones de mi abuelo, mi papá no tuvo de otra que dejar que el abuelo lleve las maletas al corredor. Mi abuela se me acerca me abraza fuertemente, a pesar de tener sesenta años, todavia tiene una fuerza que ni yo misma tengo —de lo debilucha que soy, ¿que fuerza tendría yo?— yo le devuelvo el abrazo, y luego, me empieza a llena el rostros con besos cariñosos.

—¡Mi niña! Que grande estás—me observa de pies a cabeza con sus dulces ojos de color miel, tan parecidos a los de mi mamá.—Yo le respondo con una sonrisa, porque de verdad no sabía que responderle a su comentario de lo grande que estoy, así que solo le otorgo una sonrisa sincera—.

Después de que mi abuela esparciera sus besos en toda mi cara, me apretó suavemente la mejilla, y se dirigió a saludar a mi mamá y luego a mi papá —que le insistía a su suegro que se sentara en el sofá para que descansara, pero este se negó nuevamente, —mi abuelo podía ser testarudo algunas veces— mi abuelo se acercó a mi y me dio un abrazo cálido.

—Mi nieta está bella—dijo, ­­—y aunque eso era mentira porque, ¿Quien va ser bonita cuando su cuerpo es un palillo? Solo me limité a asentir, y también le regalé una sonrisa, aunque esta era forzada.

Luego de que conversaramos un rato, pregúntandoles a mi abuelos de como estaba la señora Laura —que estaba enferma de una pierna, pero por suerte, ya se encontraba mejor—, y también les pregunté de como estaba Brandon —el perro que mis abuelos tienen de mascota— pero ellos se miraron a los rostros un poco incómodo, y cuando vi que mi abuela agachó la cabeza, triste, supe que algo había pasado, y no era nada bueno.

—... A Brandon...—mi abuela intentó hablar, pero sus labios las traicionaron porque estos temblaron,  se detuvo, pareciera que le costaba explicar, se aclaró la garganta y continuó—: lo envenenaron.

Mis ojos se abrieron de sorpresa, ella —entre tantas llamadas que le hicimos nunca nos mencionó que la mascota de la casa, el que habría crecido junto a los nietos, el que nos hacía reir con sus travesuras cuando nos reunimos toda la familia en la casa mi abuelos, la mascota o mejor dicho: una parte de nuestra familia, se había muerto—. A lo mejor no nos quiso decir para no preocuparnos, y hacernos sentir triste, y eso lo entiendo. Mis ojos empezaron arder, y ya sabía que dentro de poco vendría las lágrimas, pero las retuve, no era momento de llorar, además, ya Brandon se encuentra en paz, y a él siempre lo vamos a recordar, y a tener en nuestros corazones.

Siempre.

—¿Y supieron quienes fueron lo que los envenenó?—habló mi padre, sacándome de mis pensamientos, y haciendo que el silencio, se esfumara.

—Sí,—asintió mi abuelo—hasta los demandamos, pero en la comisaría no le tomaron importancia. Al parecer no saben que una mascota, es una famila, por ende, nos habian matado una familia—negó varias veces en desacuerdo, lo mismo hizo mi padre.

Sé que mi abuelo fue uno de que les más afectó la muerte de Brandon, pues él le tenía mucho aprecio a la mascota, era como un bebé para él, y, que se lo hayan matado, a su bebé, debió dolerle. Y mucho.

Me compadezco con mi abuelo, le arrebataron su amigo especial. Su mejor amigo.

—Bueno, dejemos a un lado la tristeza, a Brandon siempre lo vamos a tener en nuetro corazones, y ahora va a estar en paz—dijo mi mamá, y se levantó del sofá—ahora, vamos a prepara la cena, que los demás invitados no van a tardar en llegar.

Chica Flaca    [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora