Es un sábado y el sol resplandeciente se cuela a través de mis cortinas, dándole así una iluminación natural a mi cuarto. Es un día tranquilo, con un ambiente cálido.Me encuentro sentada en mi cama, con los piernas cruzadas y con los codos apoyados en mis muslos. Estoy sujetando una foto de cuando era bebé, era linda y tierna. ¿Por qué no podía seguir así? ¿Por qué tenemos que cambiar cuando crecemos? ¿Por qué no permanecemos así de tiernos lindos al crecer?
No lo sé. Pero lo que sé, es que hoy no quiero estar triste por mi autoestima, hoy quiero despejar todos pensamientos negativos.
Así que admirando la foto con una sonrisa, escucho que mi celular emite una llamada entrante, dejo a un lado la foto, y agarro mi celular.
Es Delia.
-¡Preciosa!-grita con su voz chillona, y me alejo un poco del celular, hasta que deja de gritar y me vuelvo a colocar el celular en la oreja-Voy en camino a tu casa, no tengo nada que hacer en la mía.
Delia nunca tiene nada que hacer en su casa, pero yo tampoco, así que me alegro, porque así no hacemos nada juntas aquí en mi casa, pero estamos en compañía.
-Está bien, te espero.
Cuelgo, y dejo el celular en donde estaba. Luego agarro la foto y la guardo en una cajita de metal de color lila, que ahí tengo lo más preciado. Siempre guardo fotos importantes, cartas que me han dejado mis padres cuando estaban de viaje, y flores marchitas, que por alguna razón, me gustan como se ven dentro de la cajita.
A los minutos, Delia llegó. Cuando me vió esbozó una sonrisa, y luego me abrazó. Subimos a mi cuarto, y aquí estamos, sin hacer nada, pero juntas.
-Ayer se mudaron unos vecinos nuevos-comenté.
-Ah sí, creo que los vi cuando venía-sonrío- Uhh y hay un chico lindo-me dice, y me da un ligero codazo.
-Ni siquiera tiene expresiones, siempre anda con su cara de: todos me caen mal. Ni se te ocurra hablarme-dije imitando a una voz masculina, Delia suelta una carcajada-ellos ayer estuvieron en mi casa, pero el ni siquiera habló, solo dijo que se llama Nathan, pero nada más eso.
-Bueno, pero no debes negar que no es lindo-respondió ella, levantando las cejas de arriba a abajo rápidamente.
Pues, no me había puesto a pensar en eso. Y a decir verdad, él no está nada mal.
-Bueno sí, puede ser que esté lindo-respondí encogiéndome de hombros sin darte tanta importancia al tema.
-Pronto veré a una Leyla súper enamorada-sonríe.
-Ni lo pienses, no es mi tipo.
-Claro, claro.
Las dos soltamos unas carcajadas. Luego me tendí en la cama, mirando al techo, lo mismo hace Delia. Nos quedamos en silencio por un rato.
Hasta que ella rompe el silencio.
-¿Comemos pizza?.
***
Después que me diera una ducha, y me pusiera una ropa cómoda, vinimos a la pizzería. Delia se sienta en enfrente de mi.
-¿Que pizza van a querer?-preguntó el mesero.
Delia y yo estamos viendo lo que se encuentra en el menú.
-Hmm ¿pedimos la que tiene queso, y mozzarella?-le pregunté a Delia, sin despegar la vista del menú.
-No me apetece,-frunce el ceño-¿que tal el de pepinos, y anchoas?.
-Tampoco me apetece.
Delia y yo siempre hemos sido así, nunca tomamos una decisión rápidamente. Luego de un buen rato en tomar una descripción, por fin elegimos la pizza, una de maíz y queso.
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Chica Flaca [COMPLETA]
Teen FictionBORRADOR Esta historia es un borrador, por lo tanto, contiende muchas faltas ortográficos. Poco a poco las iré arreglando. ♡♡♡ Algo que ella no aceptaba, era su cuerpo. Lo veía tan diferente a las demás, que se sentía excluida. Quería ser como ella...