Sin poder creer lo que estoy viendo doy pasos lentos hacía tras sin conseguir decir ni una palabra por la impresión.
Escucho sin previo aviso como el pomo de la puerta suena mientras esta comienza a girarse.
Lentamente empieza abrirse, una sensación de miedo corroe todo mi cuerpo mitras lentamente voy dándome la vuelta mirando hacia ese lugar en concreto.
Un castaño pelo apoyado sobre sus hombros acompañado de unos ojos brillantes, sin quitarme la mirada de encima y un rostro sin reaccionar posa delante de mí.
"Lo... lo siento." Sin pensárselo intenta cerrar la puerta, pero la deja entornada y termina yéndose corriendo.
"¿Qué...? ¿Qué acaba de suceder...?" Sin conseguir entender nada de un momento a otro me encuentro en una habitación en la cual acabo de despertar e inesperadamente una niña a terminado irrumpiéndome.
Lentamente comienzo a acercarme a la puerta, extiendo mi brazo para dirigirlo al pomo, pero mi inseguridad termina arremetiendo contra mí.
No soy consciente de lo que puedo encontrarme al otro lado, ni quienes se encuentran en esta casa.
Pero definitivamente decido cerrar los ojos coger aire y sin pensármelo abro la puerta.
Sin más impresión tan solo encuentro unos pasillos a los lados y enfrente una puerta la cual apunta a ser la de entrada a la casa. Me acerco al centro del lugar y miro por los dos caminos que tengo a los lados con curiosidad.
"Al fin has despertado por lo visto." Una voz muy varonil e imponente, proveniente de una persona la cual ha experimentado muchos sucesos a lo largo de su vida.
Dirijo la mirada hacía este. A simple vista pude sentirme directamente calmado, era un señor con una camiseta muy simple de color marrón acompañado de unos pantalones que parecen ser de una tela muy fina azulado con un tono más oscuro.
Observo su rostro y podía ver como los años iban atrapándole poco a poco, pero este no conseguía quitar la sonrisa que muestra a simple vista tras cruzarse nuestras miradas.
"¡Vamos no te quedes ahí parado, joven! ¿Quieres tomar algo con el desayuno?" Sorprendido por el buen trato que estaba teniendo sin apenas haberlo conocido, hace sentirme más seguro.
Todavía continúo preguntándome como he llegado hasta esta casa y quien es este señor el cual está cuidándome en estos momentos, tan amablemente.
Son dudas que ahora mismo no puedo resolver por lo menos por mí mismo.
"Muchas gracias..." Tímidamente termino agradeciéndole por haberme dejado comer algo al fin después de tanto tiempo.
El hambre finalmente me hizo una mala pasada junto con el cansancio, no haber comido algo ahora mismo podría haber sido incluso sentencial para mi cuerpo en estos momentos.
Una vez dado el primer mordisco a la comida pude sentir una sensación muy distinta a la que de normal estaba acostumbrado. Observo con atención los alimentos que me a proporcionado.
Un vaso de leche acompañado con 2 panes y un bote que tiene un sabor parecido a la mermelada. Estos panes no son recién hechos, para ser exactos no son de hoy, están duros.
"Seguramente te estés preguntando como has llegado hasta aquí "El hombre que permanecía callado frente a mí con las manos cruzadas observando como comía, al fin hace un comentario el cual iba con intenciones de resolver una de mis principales dudas.
"Estaba yendo a por leña como suelo hacer todas las semanas por esa zona, debido a que no suele ser muy visitada por la temible cueva que había justo a tu lado."
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EL REINO DEL OTRO MUNDO
FantasíaMi nombres es Haruto, por sucesos que me han ocurrido en el pasado no me siento muy cómodo relacionándome con otras personas, por eso prefiero evitarlas y mantener mi buena imagen personal, pero por algún motivo a una chica en concreto, todo cambia...