Muevo mi cabello con delicadeza pasando las manos por detrás de mi cuello y poder levantar este al quedarse atrapada debajo de mi ropa por vestirme para mi gran día.
Peinándome una última vez antes de salir de casa intento que quede lo más arreglado posible, termino por pasar mi otra mano por encima de mi cabeza intentando tocar lo menos posible este para comprobar de que todo estaba correctamente liso.
Abro un pequeño bote donde había una suave crema que tras ponerla en los labios hacia que estos destacaran por su brillo, al igual que hay otros para ponerse en la cara, incluso ciertos polvos para colorear el tono del rostro.
Me levanto de la silla tras terminar de prepararme y verme lista para salir de mi casa, pero antes empiezo a caminar hacia la ventana.
Cuando eres una flor caída, sin que nadie se dé cuenta de tu existencia, mientras brillas por tu ausencia entre cientos de otras parecidas a ti, nunca serán relevante para las demás personas, e incluso esa triste flor, nunca pueda brillar por si misma incluso pudiendo llegar a ser aplastada por el paso de las personas que nunca la tomaron en cuenta.
Estoy a un paso de abrir esta, muevo las cortinas, y me asomo por la ventana, el sol entrando de lleno en mi habitación.
Cierro los ojos intentando sentir el buen día que hacía, este me llenaba de energía en mi interior.
Ya han pasado 5 años desde que conseguí tener esta nueva vida, todo gracias a mi sensei, un semi dios que nunca más volví a saber nada más de él, pero que por algún motivo decidido confiar en mi y darle parte del nivel de su mana para que yo pudiera utilizar el mío incluso con más eficacia que el resto de las personas.
Esa persona que se hace llamar semi dios... ¿Me habrá ayudado a despertar mi mana por simple destino o por qué debía de otorgarme ese privilegio?
Me alejo de la ventana y empiezo a caminar hacia la puerta de salida tras coger una bolsa de tela muy grande donde dentro de se encontraba mi vestido.
¡Está noche hará un clima muy bueno! Será mejor que vaya saliendo, no quiero llegar tarde a mi primer gran concierto.
A lo largo de todos estos años he estado cantando en diferentes zonas de la ciudad para un publico muy reducido, ya sea en tabernas, en calles, lugares que solo puedes actuar para un público determinado.
Por lo visto cuando conseguí expulsar a los monstruos de la ciudad aquél día de hace 5 años tras ver como todos me animaban mientras cantaba para recargar mi mana, pude fijarme en que ese apoyo era algo mucho más grande, era el potenciador de todo mi mana.
Al año siguiente decidí ser la defensora principal de toda la ciudad, expulsando a todos los enemigos que pudieran aproximarse a esta para intentar molestarnos.
A cambio conseguí una de las mejores casas de toda la ciudad gracias a todo el dinero que me pagaban, no solo por el trabajo que hago como defensora, sino a partir de hoy como una verdadera Idol.
"Bien, creo que ya tengo todo lo que necesito, tras comprobarlo, finalmente esta vez de verdad me dirijo hacia la puerta tras comprobar de que estoy preparada."
Cuando una flor en un campo lleno de estas apagadas, decaídas, brilla por si sola floreciendo como ninguna otra, todos quieres verla de cerca y prestarle toda la atención mientras pisan todas las demás para verla más de cerca.
Lo que nadie toma en cuenta, es que esa flor antes era como las demás, pero un día el destino quiso que floreciera como ninguna otra convirtiéndose en el centro de atención de todo el mundo.
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EL REINO DEL OTRO MUNDO
FantasyMi nombres es Haruto, por sucesos que me han ocurrido en el pasado no me siento muy cómodo relacionándome con otras personas, por eso prefiero evitarlas y mantener mi buena imagen personal, pero por algún motivo a una chica en concreto, todo cambia...