Han pasado cuatro días desde que hemos llegado a este nuevo reino, la vida aquí es más pacifica de lo que me esperaba, si conoces bien los lugares por los que debes de moverte podrás sentirte como un habitante más.
Nos tuvimos que cambiar de gremio al de la parte opuesta de la ciudad, ahora estamos en la zona de detrás del castillo.
Finalmente decidieron avisar a los guardias y nos estaban buscando por todas partes, pero en ningún momento se esperarán de que estemos en la otra mitad de la zona en el gremio de aventureros.
Cualquier persona con una lógica común pensaría que no tiene sentido cambiarse de habitación si sabe que sigue estando en una similar a la anterior en la cual pueden caer los guardias en revisar.
Pero estos días en Azudian he aprendido nuevos conocimientos que nunca hubiera imaginado de no haber investigado más a fondo sobre este.
Resulta que está separado en dos bloques la seguridad de esta, denominadas, reino sur y reino norte, los guardias de una y otra parte no pueden intervenir en la contraria, por lo que la comunicación suele ser menor a la hora de buscar a delincuentes, a no ser que sea una situación en contra del reino, si no te localizan en el lado del conflicto es como si no hubiera ocurrido nada.
Al ser aventureros también habrán podido pensar que a la mañana siguiente habremos abandonado la ciudad, por lo que también ayuda a aminorar el peligro de ser detenidos.
Por lo visto han dividido la ciudad de esta forma, no por rangos, ni estilos de vida, sino por la gran sobrepoblación que hay, al ser un lugar limitado por los grandes muros de piedra, han aprovechado todo el espacio posible y esto implica que tengan que organizar de una forma más simple la vigilancia para no complicarse el trabajo.
Es muy difícil encontrar a un delincuente entre tanta población, por ese motivo si no dan con él en un plazo de tiempo le quitan importancia y lo toman en cuenta para archivarlo a no ser que vaya en contra de la corona.
"¿Estás lista Erina-chan? Hemos quedado con Fiora-san en cinco minutos, tenemos que ir hacia el otro reino, me han dicho que la gema tan peculiar que conseguimos yendo hacia el reino de Celinta podremos venderla a un mejor precio."
Sujetando el pomo de la puerta para abrirla, pregunto antes de salir de la habitación para saber que Erina seguiría mis pasos y no la dejaría atrás.
"¡Un momento! Ya casi estoy lista, haciendo de nuevo la mochila más pequeña tras guardar unas últimas cosas dice con un tono con prisa por la presión que sentía.
"¡Ya he terminado! Podemos irnos Haruto-sama." Corriendo ligeramente para alcanzarme antes de que abra la puerta dice felizmente tras ver que después de unos días al fin vamos a continuar con nuestro viaje.
"Buenos días Fiora-san." Caminando lentamente por el pasillo, pude fijarme como ella ya estaba esperándonos frente a la escalera para salir del gremio y poder irnos.
"¡Buenos días, Haruto-sama, Eri-chi!" Con una sonrisa, alegre nos saluda tras darse cuenta de que al fin habíamos salido de la habitación.
"No me llames Eri, es Erina... y tampoco uses el chi" Molesta dice Erina tras ver como de nuevo la termina llamado de esa forma, si poder evitarlo, muestra un rostro serio mientras infla ligeramente sus mofletes aguantándose la frustración.
¿Otra vez de buena mañana van a empezar a discutir?
"Entonces no me llames Fiora, llámame Fiora-senpai."
"¡Nunca serás mi senpai!" Molesta le replica a Fiora.
Sintiendo que tenía que actuar para evitar que esto fuera a más intento pensar lo más deprisa posible para cortar el problema.
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EL REINO DEL OTRO MUNDO
FantasíaMi nombres es Haruto, por sucesos que me han ocurrido en el pasado no me siento muy cómodo relacionándome con otras personas, por eso prefiero evitarlas y mantener mi buena imagen personal, pero por algún motivo a una chica en concreto, todo cambia...