Sentada, apoyada sobre una pared de una casa, miro preocupada todo el destrozo que ha habido hace solo unos minutos.
Las casas, el suelo... todo está destruido... Me van a echar de la ciudad como descubran que he tenido que ver con todo esto.
Mis lágrimas de nuevo vuelven a surgir, pero está vez de una forma mucho más ligera ya que no tenía ni fuerzas si quiera para lamentar mi suerte.
"Sayu-chi, el motivo por el que todavía sigues viva es porque te he dado acceso a mi poder, para ver si tu cuerpo lo rechazaría o si lo decidiría aceptar, por ese motivo te hice inmortal durante este corto tiempo, te pasará lo que te pasará nadie te podía matar, solo alguien más fuerte que yo sería capaz de hacerlo."
"¿He sido inmortal? Qué... ¿Qué estás diciendo? ¡Cómo voy a creerme eso...?" Con una voz delicada y si poder creérmelo le respondo.
"Es imposible que yo tenga algo de suerte... Estoy segura de que me has rescatado de esas personas para pedirme algo a cambio o aprovecharte de mí, ya estoy acostumbrada, dime que quieres hacer conmigo, así acabamos antes y puedo irme..."
Mostrando como el valor de mi vida había desaparecido por completo, añado sin sentir las verdaderas consecuencias de mis palabras por la poca importancia que le daba a mi ser.
"Sayu-chi" Acompañado de una fina sonrisa, mis ojos solo captaban esta, no puedo evitar agrandarlos tras sentir solo con esas palabras y la delicadeza con la que lo ha dicho como no estaba hablando ante cualquier persona.
Qué clase de tonterías estoy pensando... Es imposible que alguien venga a rescatarme por su propia voluntad... ¿Qué ganaría por ayudar a una chica que vive en la calle y no tiene ni la más mínima reputación...?
"¡Dime que es lo que quieres de mí! ¡Y déjame irme en paz, no quiero que sigas jugando con mis sentimientos!"
Molesta me enfado elevando la voz mientras esta vez si mis ojos se emborronan al completo tras sentir como un leve cosquilleo se desliza por mis mejillas tras darme cuenta como de nuevo estaba llorando, un dolor en mi pecho me hacia no poder revelarme ante todo lo que he estado pasando.
De nuevo con un tono que no hacia más que estremecerme tras ver la delicadeza y la amabilidad de sus palabras me extiende la mano tras agacharse ligeramente para ayudarme a levantar.
"¿Un semi dios? No digas tonterías, deja de intentar quedarte conmigo..."
Tras darle la mano, mi cuerpo empieza a ser rodeado por ciento de partículas similares a la del otro día cuando cante la canción por primera vez."Qué... ¿Qué está pasando?"
Sorprendida miro a mi alrededor y finalmente hacia arriba y pude ver como solo me estaba rodeando a mí, siento un leve cosquilleo en mi interior, pongo la mano en el pecho mientras la otra la tengo cerrada con fuerza sorprendida.
Alegrándose de mi recibimiento dice seguro de sus palabras, mostrando en si mismo como iba completamente en serio.
"¿Pero por qué irías a hacer algo así por mí?" Intentando entender lo que me está sucediendo digo sorprendida.
"Cuando una persona se vuelve irregular siempre ocurre cuando esta acaba de nacer, y a lo largo de su vida va desarrollando el poder que irá creciendo con más fuerza a lo largo de su aprendizaje."
Da unos pasos alejándose de mí mientras brevemente responde a mi esperada pregunta.
"Cuando un irregular muere el poder es transmitido a otra persona para que nunca lleguen a desaparecer este tipo de personas, los semi dioses lo hacemos con la intención de tener aliados más directos y con menos poder que nosotros en las poblaciones y así mantener una estabilidad en los reinos."
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EL REINO DEL OTRO MUNDO
FantasyMi nombres es Haruto, por sucesos que me han ocurrido en el pasado no me siento muy cómodo relacionándome con otras personas, por eso prefiero evitarlas y mantener mi buena imagen personal, pero por algún motivo a una chica en concreto, todo cambia...