Capítulo 54: Licencia de aventurero

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Las multitudes cada vez iban haciéndose notar conforme las horas avanzaban de la que hace unos instantes era una mañana tranquila.

Cuando Erina-chan y yo habíamos ido a presenciar los ataques del nuevo monarca, pudimos movernos con plena tranquilidad, sin obstaculizar el paso de nadie, si quiera dicha persona temía ser rodeada por personas ya que solo nos encontrábamos ella y yo.

Mirando a mi alrededor, por cada calle que avanzábamos podía ver como se iba incorporando más y más personas, ya sean porque acaban de abrir los puestos de ventas, por tener que dirigirse hacia sus destinos u otros diversos motivos.

Por lo visto el horario en Ocealen está muy marcado, de no haber nadie, a pasado en pocos minutos a empezar a hacerse notar la cantidad de personas que caminan por los alrededores.

"Dentro de unos pocos minutos llegaremos a la plaza donde se encuentra el ayuntamiento, está un poco alejado de nuestras habitaciones, ya que prefería para nuestra comodidad elegir una zona más próxima al castillo ya que sabes va a ser tranquila, segura y de una mejor calidad."

Sincerándose Fiora-san dice excusándose tras darse cuenta que se hacia el camino un tanto largo y de estar cansado pudiendo hacerse pesado.

"No te preocupes, estamos agradecidos por todo el esfuerzo que estas haciendo para que podamos avanzar lo antes posible hacia el siguiente reino y movernos con más tranquilidad por el continente."

Haciéndola entender que no tenía que dar ningún motivo por las decisiones pasadas que había tomado, respondo ante sus palabras.

"¡Descansar en un lugar cómodo y seguro, aunque sea un poco más caro no debe de hacernos pensar una mala idea, descansar bien es muy importante, y siempre es preferible la calidad!"

Como si estuviera defendiéndose de nuevo, hace parecer que nos estaba refutando unas palabras que en ningún momento habíamos mencionado.

"Me ha quedado claro..." Diciendo incómodamente para que supiera que entendemos lo que dice, añado con un tono diferente para que mantuviera la calma.

¡¿Por qué sigue excusándose?!

"¡Ah! ¡Mira! Esa es la calle principal, cuando nos incorporemos, podremos ver al final el inicio de la plaza. ¡Allí estará el ayuntamiento!"

Señalando la calle que mencionaba a la cual nos teníamos que incorporar tras darse cuenta de que casi la sobrepasamos, dice emocionada por verle fin a esta caminata continua.

"¡Tengo ganas de llegar y poder sentarme, me dueles las piernas!"

Erina-chan, sin poder evitarlo, tras estar un buen rato callada intentando aguantar todo lo posible, por antes haber querido ir tan rápido, dice corriendo con los brazos abiertos de lo feliz que le hacia saber que estaban a punto de llegar.

"¡Erina, no te fuerces tanto!" Estirando el brazo por intuición tras ver como se alejaba de nosotros para poder comprobar si lo que decía Fiora-san es cierto, digo desesperado.

Cómo se canse de verdad y se indigne a caminar o se haga daño por tener las piernas tensas por haberse forzado tanto antes, me va a tocar llevarla en brazos.

Si eso ocurriera sería mortal para mí, no quiero forzarme estando en un reino, tengo que estar preparado físicamente para cuando abandónenos Ocealen...

Finalmente, tras unos cortos minutos, era cierto, al fin habíamos llegado a la plaza central, está no era muy diferente a las que ya había visto anteriormente.

Estaba rodeada de casas con varios pisos, donde se podía ver con claridad las anchas calles que daban acceso al lugar donde nos encontramos, el suelo estaba repleto de patrones de piedra.

EL REINO DEL OTRO MUNDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora