Se levantó con el corazón acelerado, al escuchar la alarma de su teléfono, la apagó rápidamente, para después bostezar aún cansado, eran recién las seis de la mañana y realmente no había dormido lo suficiente, puesto que no pudo dormir bien por lo ansioso que estaba.
No perdió más tiempo y se levantó, estirando sus brazos, sintió unos crujidos en su espalda, dormir en el suelo no fue una buena idea después de todo, pero eso no arruinaría su día.
Dejó su saco ordenado, tomó su mochila y se dirigió lo más rápido hacia la mansión que se encontraba a unos metros cerca del almacén. Entró a la gran residencia y sin esperar más buscó el baño mientras caminaba de puntillas por el primer piso, en cuanto encontró lo que buscaba entró y cerró con seguro, de su mochila sacó su toalla y la ropa que usaría.
Sin más preámbulo comenzó a desvestirse rápidamente.
[...]
Despertó con pesadez, acostumbrándose a la luz de la habitación, bostezó mientras se tallaba el ojo y se estiró sintiéndo la agradable sensación mañanera, sin previo aviso la imagen de un chico particularmente "imperfecto" apareció entre sus pensamientos, su rostro reflejó molestia.
-Espero que ese idiota tenga todo listo. -Murmuró frunciendo el ceño mientras caminaba a pasos firmes hacia su baño personal.
Colgó su toalla y comenzó a desvestirse con algo de sueño, claro que esto no le impidió hacer unas poses coquetas frente a su gran espejo, tirando besos al aire o simplemente sonriendo con superioridad.
[...]
-Siento que algo quiere separar tu risa de mí. -Cantaba mientras ponía las rosas en el florero.
Revisó la hora en su teléfono ya eran casi las siete y media, por lo que antes de subir las escaleras miró todo a su alrededor, la mansión lucía impecable, las estadísticas he informes sobre el instituto que habían llegado hoy a su morada los cuales eran miles de papeles amontonados ahora estaban ordenados por categorías, el desayuno estaba hecho y ya hasta había organizado la agenda del rubio, y vaya que es un muñeco atareado.
Había hecho muchas cosas más, pero de seguro les robaría medio capitulo hablando de esto, aún así sorprendentemente recién iba por la mitad con respecto a sus deberes.
Subió las escaleras hasta el segundo piso y caminó por los pasillos de la mansión, se detuvo al ver un gran espejo en una de las paredes, se arregló un poco el cabello, y sonrió poniendo su mejor cara, quería verse presentable ante aquel muñeco de tez blanca, retomó su camino hacia la habitación de su superior, estuvo por abrir la puerta pero se detuvo en seco al recordar sus palabras.
"-Regla número uno; no entres a mi habitación sin permiso."
Sacudió su cabeza, respiró hondo tratando de calmarse. Nuevamente se arregló su cabello y parte de su ropa y con algo de nervios tocó aquella puerta blanca.
Esperó unos segundos, pero al no oír respuesta decidió tocar otra vez, pero en ese instante escuchó la perfecta voz del muñeco de ojos cianita.
-Adelante. -Nolan sonrió inconscientemente y abrió la puerta algo tímido.
-Buenos días. -Saludó amable, observando al chico rubio frente a él, como siempre perfecto, con ese traje de etiqueta que resaltaba su personalidad.
-Buenos días. -Respondió sonriendo mientras miraba al de ojos desiguales con su típica mirada que derretía a la mayoría del instituto, y Nolan no era la excepción. -¿Mañana ocupada?
-Muy ocupada, pero logré hacer unos sesenta y dos deberes. -Dijo orgulloso, Lou lo miró abriendo sus ojos a más no poder, pero carraspeó levemente y continuó con la conversación.
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『 R E G L A S 』// Nolou [+18]
Random💎;; "Si llegas a romper alguna de estas reglas ten por seguro que te castigaré." -Louis Belle.