Lᴏᴠᴇ ɪs ɴᴏᴛ ᴏᴠᴇʀ // Kookmin

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Volver a estar en ese escenario era sentirse como en un sueño. Se sentía tan emocionado como la primera vez que estuvo allí y todos sus sueños se cumplieron.

Ese lugar era tan especial.

A Jungkook le encantaba ver ese brillo en los ojos de su esposo. Se acercó a él, ambos admiraban la vista desde el centro de ese gran escenario - Cuando te vi esa noche, tan apasionado con lo que hacías, entendí que mi vida había estado tan incompleta sin ti.

Sonrió levemente volteando a verlo. Su dulce Jungkook — Y yo creía que lo tenía todo en ese entonces, también entendí muchas cosas esa noche... — Se preguntaba como es que habían llegado siquiera a pensar en separarse. ¿Por qué? Fue una sola noche, podría perdonar aquello, pero habían más cosas que complicaban todo. Ese había sido el peor año de su matrimonio, pero no quería que fuera el último — Jungkook yo-...

— ¡Es tan genial! — Daba saltitos por todas partes, estar ahí lo emocionaba tanto como a sus padres. Ese nene que quería unirlos otra vez era mismo que los interrumpía inconscientemente — ¿En serio actuaste aquí papá?

— Claro que lo hizo — Jacob llegaba detrás de él, le había dado un tour por todo el lugar — ¿Ves las fotografías de allá atrás? Son las de aquella noche, tu papá Jimin realmente nos impresionó a todos.

— ¡Quiero ver! — Era lindo escuchar el dulce eco de su voz por todo el lugar vacío. Corrió tras las gigantes cortinas para ver aquellas fotos y más recuerdos.

— Jimin, deberías mostrarle cuál era tu camarino. Sigue igual que cuando te fuiste.

— ¿Sigue igual? — Enterarse de eso le había sorprendido, igual quería ver aquello y llenarse de recuerdos. No dudo mucho en ir tras su pequeño, no sin antes darle un pequeña mirada a su esposo. Era cierto que debían hablar.

Jacob sonrió, era lindo ver a esa pequeña familia de nuevo. Se acercó a Jungkook y le dio una palmada en el hombro.

— Se que las familias perfectas no existen, pero ustedes realmente parecen una — Sonrió viendo lo mismo que Jungkook, aquella gran cantidad de asientos vacíos — Sabes, ese día que los conocí a ambos no me esperaba que ustedes ya se hubieran conocido. Aquello que vi entre ustedes ese día me pareció... Especial.

Todos le habían dicho aquello algunas vez, ¿realmente se veían tan perfectos juntos? ¿Eso no sucede sólo en películas y cuentos de hadas?

Se sintió así por años, se sintió como en un cuento de hadas. Jimin parecía un cuento de hadas.

— Jungkook ¿Tu sabes bailar? — Bien, iba directo.

— ¿Bailar?... — Le confundió un poco su pregunta — Hmm, supongo. Se bailar la macarena.

Río levemente y negó igual — No, me refiero a que sí sabes danzar como Jimin. Si no mal recuerdo te les uniste en un ensayo alguna vez antes de esa gran noche, parecía que lo hacías bien.

Sonrió recordando aquello — Solo me dio curiosidad intentar, ver porqué a Jimin le gustaba tanto. Fue patético.

— ¡Claro que no! lo hiciste muy bien junto ellos.

— ¿Por qué me preguntas sobre eso?

— Oh, bueno es por algo simple. Quiero que partícipes tu también en el show — Sonrió como si nada, tan tranquilo y feliz porque sabía que, aunque Jungkook se estaba negando ahora mismo, al final diría que si.

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Se le fue el aliento al entrar a ese pequeño cuarto de nuevo, estaba todo igual — No puede ser...

— Woah... Realmente tiene tu toque papá — Su pequeño se impresionó. Río levemente y correteo dentro queriendo tocar todo.

Las luces en el espejo, las fotos, aquellos cuadros y toda esa ropa. Era tan nostálgico e increíble.

Su niñito estaba tan curioso, estaba igual fascinado con todos los trajes que estaban en un perchero móvil — ¿Usabas estos trajes? ¡Son geniales!

— Si, realmente lo son — Sonrió y se acercó a su niño viendo aquellos trajes que alguna vez ocupo. Quizás le daba un poquito de vergüenza que viera aquellos que tapaban poco.

— Oh, entiendo porque a papá le encanta verte bailar — La sonrisa de su niño logró hacerlo ruborizar un poco — ¡Son ustedes! — Se acerco al tocador viendo las fotografías que decoraban los bordes del espejo.

Había una foto de sus papis tras bastidores, parecía que había acabado de terminar una obra porque Jimin aún vestía su atuendo y Jungkook le traía algunas flores. El inocente Jimin de ese entonces se había sorprendido tanto por el beso que Jungkook le regalaba en su mejilla.

A Soobin le encantaba ver aquellas lindas fotografías, le encantaba el amor que había entre sus padres.

Ese amor que sabía que aún vivía en ellos y lo comprobará.

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