Lᴏᴠᴇ ɪs ɴᴏᴛ ᴏᴠᴇʀ // Kookmin

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En una primavera muy hermosa, Jeon Jungkook, mejor conocido como Nochu, decidió por fin pedirle matrimonio a su amado novio. Jimin, a quien desde que lo conoció supo que debía estar con él, se volvió la inspiración de sus obras, y la inspiración de su vida.

Paso un largo tiempo para que se dieran cuanta de lo que sentían. Entre discusiones y hermosos momentos llenos de risas fue que creció el amor, y celebrarían su boda en la hermosa ciudad de Calgary, Canadá. Donde se habían conocido muchos años atrás.

Se amaban, se amaban con tanta fuerza y eran muy felices juntos. Así que se dieron el "Si, acepto", volviéndose un matrimonio muy feliz.

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Un año después decidieron adoptar a un niño, de apenas unos meses, y volvieron a Corea, donde a pesar de los prejuicios, seguían siendo felices ahora como una pequeña pero hermosa familia.

— ¿Estas seguro qué llevamos todo? — Iban a una presentación del menor, se iba a presentar en el teatro nacional y querían llevar a su pequeño Jeon Soobin. Busco la lista que tenían sobre todas las cosas que necesitaba su bebé cuando salieran — ¿Pañales?

— Los tengo.

— ¿Crema para las rosaduras?

— Si.

— Su leche, biberones y agua de botella.

— Ya están aquí.

— Ropa extra.

— Acabo de meterla.

Toallas húmedas, talco, loción para bebé, zapatitos, pomada, juguetes, crema protectora para el sol, manta de algodón, bodies de algodón, gorrito o sombrero y muchas más cosas eran necesarias para su pequeño y todo lo tenían ya en la enorme pañalera.

Así que una vez listos, salieron de casa rumbo al teatro y el mayor tubo que hacerse carco de su pequeño.

— Te veras genial cariño. Déjanos boquiabiertos — Beso a su esposo castamente con una dulce sonrisa en sus labios — Pero baila especialmente para mi.

— Siempre lo hago — Le sonrío también, y se despidió de él y de su hermoso bebé.

Busco su asiento en uno de los valcones donde tenía mejor vista del escenario. Siempre le impresionaba la gran belleza de su esposo, era tan irreal verlo ahí, bailando al dulces ritmo de la música retratando una historia con cada movimiento. Era hermoso.

Esta de más decir que la obra fue asombrosa, y que Jungkook tenía al esposo más espectacular. Tanto él como su pequeño Soobin disfrutaron de la presentación.

— ¡Jiminie! — Fue a verlo con su bebé en brazos detrás del escenario cuando todo terminó — Te viste tan genial amor — Tomó a su bebé besando su mejilla, y beso los labios de su esposo. Sonrió tímido, aún no superaba los halagos que le hacía.

— ¿Les gustó?

— Nos encantó, realmente te viste increíble —Como era casi una tradición, le trajo flores al menor, sus flores favoritas y nada de rosas, es alérgico y lo sabía perfectamente.

— Eres tan lindo cariño — Agradeció por el hermoso detalle, pero se las dejo a él porque prefería abrazar a su pequeño Soobin — Después de cambiarme podremos irnos a casa.

— ¿No quieres ir la fiesta? Te dije que podría encargarme del pequeño para que te divirtieras.

— Prefiero estar en casa con ustedes. Ya he asistido a muchas de esas fiestas — Sonrió levemente y volvió a sentir los labios de su amado sobre los suyos.

— Te esperamos afuera entonces, no demores mucho.

— No lo haré.

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Nada era mejor que pasar una noche fría de atoño junto a tu familia. Sentir esa calidez imposible de describir en todo el ambiente, y sentirte pleno y completo, en paz.

Aunque cuando menos se dieron cuenta, todo aquello desapareció con los años.

¿Qué había sucedido?

Habian más discusiones, los trabajos de ambos los mantenían ocupados y aunque tenían tiempo para su pequeño, para ellos casi no había atención.

¿Cuando comenzaron las inseguridades?

¿Cuando comenzo la desconfianza?

¿Cuando pensaron si quiera en acostarse con alguien más?

Su niño apenas tenía los doce años y ya estaba viviendo problemas familiares dentro de su hogar. Y tristemente parecían empeorar.

Todo parecía ir bien, y no entendían que había ocurrido entre ellos.

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