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Calgary, Alberta Canadá
muchos años atrás

Se sentía emocionado, desde que sus padres le dieron la noticia que irían a Canadá de nuevo no pudo calmar su emoción.

Jungkook era un joven adolescente, casi adulto, de diecisiete años, le encantaba ir a Canadá con sus padres porque el lugar simplemente era hermoso.

Ese año habían decidido ir a Calgary, Alberta, era un viaje largo de Corea hasta allí. Su paisaje posee montañas, praderas, baldías desérticas y amplios bosques de coníferas.

Estaban haciendo un viaje por carretera hacia las afueras de las ciudad, pasarían la mitad de su tiempo ahí en un bosque con árboles tan verdes y de hasta treinta metros de alto.

Llegaron a la entrada de ese hermoso parque nacional, habían algunas otras familias en el estacionamiento, unas que igual recién llegaban y otras que ya incluso se iban.

Todos los miembros de la familia Jeon bajaron con una sonrisa en sus rostros, amaban la naturaleza, escapar de la ciudad para poder convivir en ella.

— Bien Jungkook, ayúdame a bajar las cosas.

— Claro papá —Siguió al hombre mayor hasta la parte trasera de la camioneta, bajaron las tiendas de campaña, algunos muebles como sillas o alguna mesita, comida y algunas cañas de pesca.

— Papá ¿donde metiste mi mochila?

Una familia que recién había llegado se encontraba justo a su lado, igual bajando todo del auto. Esa voz pertenecia al hijo que se encontraba medio metido en el auto buscando al parecer su mochila.

A Jungkook le hubiera dado igual si no hubiera sido que hablaban en coreano.

— Quizás esta en la cajuela, revisa ahí atrás.

El joven suspiro y cerró la puerta del auto para ir hasta atrás a la cajuela.

Y entonces sus ojos lo vieron, al ser más hermoso que nunca jamás imagino que existiera. De piel pálida seguramente suave cual porcelana, mejillas tiernamente rosadas por el frío, de delicados labios rosados y cabellera rubia.

Se sintió fuera de ese mundo al ver esos ojos hermosos que te hacían perder en ellos. Era irreal su belleza, era irreal esa carita que lo miraba quizás igualmente hipnotizado.

Sus corazones latieron con fuerza.

— ¿Encontraste tu mochila? Estoy seguro que la metí al auto, solo que no recuerdo donde —El padre del chico se había acercado a él, llamando su atención y rompiendo ese intenso encuentro.

— ¿A-ah? Oh, no aún no la encuentro pero seguro esta aquí — Sintio el intenso calor en sus mejillas, sentía aún la mirada del otro chico sobre el e intento ignorarlo buscando lo que tanto pedía encontrar. Y justo estaba ahí — La tengo.

Abrió su mochila revisando que nada faltara en ella, pero al hacerlo su libreta callo de ella.

Jungkook lo vio y no dudo ni dos veces en acercarse para recogerla antes de que el contrario.

— Oh, gracias.

Su linda voz, incluso agradeciendo en otro idioma se oía hermosa.

Le entregó su libreta con una sonrisa. Ver las mejillas del otro chico teñirse aún más casi lo hace desfallecer ahí mismo — No fue nada.

Habló con su perfecto coreano, y el otro chico se asombro.

— Entonces me entendías — El contrario rio levemente y asintio. Jimin podía jurar que esa risa era la más hermosa, y su sonrisa aún más— En ese caso, gracias de nuevo — Hablando su idioma natal, volvió a agradecerle.

— Jungkook ¿has bajado todo?... —Su padre quien lo esperaba junto a su madre desde hace un rato, decidió ir a verlo, y se quedó callado al verlo con compañía. También fue su sorpresa al ver que el joven lo saluda en su mismo idioma.

Era una gran casualidad que dos familias coreanas se encontrarán en el mismo destino.

.─❝ 🌻 ❞─.

Después de que ambas familias se presentaron, decidieron que sería genial pasar su tiempo de estadía juntos. Los Park eran nuevos en eso de acampar en bosques, y los Jeon eran personas muy agradables.

Ambos padres parecieron llevarse muy bien, al igual que sus hijos.

— Entonces Jungkook, tu eres mi hyung.

— Por favor, no me digas así, solo soy tu mayor por un año. Llámame por mi nombre.

Sonrió con diversión y negó — Te llamaré hyung, apenas te he conocido.

Era adorable, el menor era demasiado adorable y hermoso — De acuerdo ¿pero me dejaras llamarte Jimin? ¿O tengo qué decirte dong-saeng?

— Puedes llamarme como gustes hyung — Río levemente al ver que a su mayor le fastidiaba un poco que le llamara así.

Claro que era un fastidio en el buen sentido.

— Te llamare por tu nombre, Jimin.

— De acuerdo.

— Eres muy lindo, Jimin.

Aquella sonrisa divertida en sus labios se borro y sus mejillas volvían a enrojecer con dulzura, ahora una tímida y dulce sonrisa adornaba su bello rostro — Tu también eres muy lindo, Jungkook.

.─❝ 🌻 ❞─.

Lᴏᴠᴇ ɪs ɴᴏᴛ ᴏᴠᴇʀ  // KookminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora