15) Mentiras

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Al llegar unos médicos se interponen en mi camino.

-Que me dejen pasar, quiero ver si eso es cierto. -Estuvimos peleando hasta que llegó el doctor de Matías para poner orden.

-Señorita, le tenemos que hacer unos últimos estudios, por favor espere ahí sentada. -primero le grite unos cuantos insultos hasta que Enzo me cogió en brazos y me llevó a los asientos.

-Camila por favor tienes que tranquilizarte un poco. Ven aquí. -Me acerco y me acurruco sobre su pecho. Me es imposible dejar de llorar, ahora mismo siento como si algo de mi se rompe para siempre.

De tantas lágrimas, ya no percibía lo que pasaba a nuestro alrededor.

Enzo me removía entonces me separé de él. Delante estaba el doctor.

-Señorita ya pueden pasar a verlo. -Antes de que volviese a abrir la boca yo ya estaba abriendo la puerta.

Al verle tumbado en la cama sin ningún tubo ni nada, mi corazón se encoge... No puedo aceptar esta realidad.

Me acerco y enseguida le abrazo mientras lloro. Miles de lágrimas recorren su pecho desnudo. Mi amor te echo de menos, vuelve aquí por favor.

-Ca-Camila. -No pienso hacerle caso a Enzo estoy despidiéndome. El muy pesado no deja de removerme Hasta que me giré de mala gana.

-Enzo sal y déjame despedirme, que me tienes harta con tanta bobada. -Se le queda una carilla que me da pena por haberle gritado. Me hace caso omiso y me hace girar.

-Cami, este no es Matías. -Como tengo los ojos llorosos no puedo apreciar bien. Seco mis lágrimas y al mirarle la cara casi me caigo al suelo.

Enzo tiene razón, este hombre no es Matías.

Salgo como un rayo en busca del doctor. Me cruzo con mis padres y Ana con Abraham. Después de estar buscándole como media hora me dicen que no está. Nadie sabe donde está.

Mi rabia cada vez va aumentando más y más. Enseguida cojo el móvil y llamo a la policía esto no puede ser verdad.

-Cariño ven aquí. -Corro a los brazos de mi madre, la necesito más que nunca. Este dolor no se como se va a curar... Ahora no se en donde puede estar o mejor dicho, no se si está vivo...

-Cuñada entiendo este dolor que sientes. -Ana y yo nos abrazamos y lloramos juntas. Abraham al rato viene y nos abraza a las dos, es un amor de persona.

En menos de lo esperado llega la policía. Junto con Ana vamos a contarles todo lo sucedido. Ellos no dan crédito.

Al cabo de dos horas ya hemos declarado lo que sabemos y se van a llevar el cuerpo para poder identificarlo.

-Enzo por favor llévate a la niña a casa, Izan la estará esperando. -Me despido de todos y cogida del brazo a Enzo nos vamos a casa.

En el trayecto poco a poco mis ojos se van cerrando, pero intento no dormirme, tengo que dar de comer a mi bebé.

Nada más llegar a casa, corro en busca de mi niño. Le encuentro en brazos de Ane llorando.

Enseguida le cojo y me le llevo a la habitación para darle de comer. En cuanto le doy el pecho deja de llorar. Estamos así hasta que por fin se queda dormido.

No puedo dejar de pensar en donde se encontrará Matías... Me duele mucho el corazón, no se describir este sentimiento.

Cojo a Izan y decido dejarlo en la cuna por que estoy muy cansada. Antes de irme a dormir me voy a dar una ducha porque me doy asco.

Este sentimiento de llorar bajo la ducha sin que nadie te vea ni nadie te oiga es el mejor.

Me miro al espejo y veo mi pálido rostro, sin duda no son mis mejores días. Primero me querían quitar a mi bebé y ahora desaparece Matías, es que yo no entiendo nada. ¡No puede ser!

Mi ángel salvador, Cami&MatiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora