POV Camila
Me levanto ya que una personita no deja de acariciar mi tripa, creo que esta personita y yo tendremos un problema.
-Amor se que tienes ganas de conocer al pequeño Izan pero no me dejas dormir. -Mati se acerca a mi y acaricia mi cara, yo ante su tacto cierro mis ojos y me dejo llevar.
Me besa con cuidado como si me fuese a romper, este chico tiene cada cosa...
-Cami te amo con locura, aguanta princesa que ya queda poco. -Me da un último beso y me ayuda a levantarme. Estoy embarazada de siete meses, cada día mi tripita crece más y me cuesta hacer las cosas.
Mati me coge de la mano y los dos vamos a darnos una ducha antes de comenzar a hacer cosas.
Acaricia mi piel y yo me estremezco ante su tacto. Le quiero muchísimo, estos años a su lado han sido los mejores.
He de decir que después del secuestro tuvo que tener mucha paciencia conmigo porque yo era más lejana, no aguantaba que estuviera tocándome pero con el tiempo todo cambio. Aquí estamos esperando a nuestro pequeño Izan. Tenemos todo preparado, tengo muchas ganas de que nazca, será un principito. Todo lo tenemos cuidado al detalle, no se nos puede escapar nada.
-Amor... me apetece una macedonia de frutas... -Mati se rie y me da un beso corto.
-Venga princesa cambiate que yo mismo te lo preparo. -Se va a ir pero le detengo del brazo. Se queda observandome y le abrazo muy fuerte, con mi tripa es algo incómodo pero lo necesito.
Alguna lagrimilla se me escapa y Mati la seca con su pulgar.
-Cariño, ¿Por qué lloras? -Suspiro y espero unos segundos para calmarme.
-Mati lo eres todo para mi y siento que estoy siendo muy pesada pero este niño me exige mucho eh. -Suelto una risilla nerviosa. -Te agradezco tanto que hayas tenido paciencia conmigo que hasta me cuesta creer que sigues a mi lado y que estamos esperando un niño. -Le abrazo más fuerte y ya no digo nada, se me corta la voz.
-Ey enana no llores y no me agradezcas nada, es lo que todo novio haría. Te quiero mucho y eso no lo olvides, eres mi princesita. -Los dos reímos ante su comentario. -Ahora vístete que te vas a quedar helada, en la calle va a hacer mucho frío. Le doy un último beso y busco que ponerme.
Después de un rato decido ponerme unos vaqueros y un jersey blanco. Esta mañana iremos al médico a ver como evoluciona nuestro bebé. Tengo tantas ganas de tenerle entre mis brazos que no aguanto más.
Antes de bajar al comedor decido pasarme por la habitación de mi bebé. No queríamos tener la típica habitación azul, con lo cual todo está blanco, gris y azul oscuro. Todo esta bien diseñado, creo que estoy enamorada de esta habitación. Le echo un último vistazo y bajo a desayunar tengo mucha hambre.
-Cariño espero que te guste tu gran plato. -Me río ante su comentario pero la verdad es que me hizo un gran platazo, está loco.
Cada bocado que doy me siento mucho mejor, este Izan tiene hambre a todas horas, es un poco glotón.
-Enana primero vamos al médico y después te traigo a casa que yo me voy a la oficina. -Hago pucheros para que se quede conmigo pero creo que no funciona...
En cuanto acabamos de desayunar Mati me agarra de la mano y vamos al coche. Ya estamos a finales de octubre y hace bastante frío.
Los dos vamos cantando las canciones de la radio, como antiguamente.
Algunos os preguntareis que hice en los últimos cuatro años, pues me ayudo mucho el psicólogo. Iba todos los días, me daba la vida.
A lo largo de este tiempo me he sacado la carrera de magisterio por educación primaria y ya tengo trabajo estable. Echo de menos a mis alumnos, eran mis niños.
Cada día antes de entrar hacía un saludo con cada niño, aunque no vaya a clase, el último día iré a darles un regalito de navidad.
-Enana, ¿En que piensas? -Le miro y sonrío.
-Estaba pensando en mis niños, he pensado en llevarles un regalito por navidad. Recuerdas que amo la navidad ¿no? ejem ejem... -Los dos nos reímos, claro que sabe que es mi época favortia. El año pasado tanto el 24 como el 31 nos juntamos toda la familia, al calor de la chimenea... Mati y yo nos vimos mil películas al calorcito, bebimos muchos chocolates calientes... Es la mejor época del año.
-Cariño ya sabes que yo estoy de acuerdo con todo. Ahora vamos a ver que tal esta tu pequeño number one. -Los dos reímos y entramos a la consulta.
-Buenos días señoritos, veamos a ver que tal va el pequeño Izan. -Mati me ayuda a tumbarme en la camilla. Me quita el jersey, cosa que puedo hacer yo pero él siempre lo hace cada vez que venimos.
Ante el contacto del gel frío toda mi piel se pone de gallina, Mati me mira y me sonríe. Me agarra la mano y mira ansioso la pantalla. Me alegra mucho que este muy pendiente de mi, de las decoraciones, de todo lo que necesitamos para cuando él este con nosotros.
-Mirarle aquí esta. -A los dos se nos escapa una lagrimilla, se le ve tan bonito y chiquito. -Se le ve muy bien, no creo que tengan complicaciones en los dos últimos meses. -Nos despedimos del doctor y los dos nos fuimos tan felices.
-Mi amor ves todo va genial, si es que eres una campeona. Venga vamos a por un chocolate con churros que Izan estará hambriento. -Acaricia mi tripa y besa mi mejilla. En nada y menos estamos en el centro comercial.
Mientras espero a Mati sentada y de repente el pequeño Izan me da una patada. Me agarro la tripa con ambas manos y cierro fuertemente los ojos. Creo que el pequeño esta muy feliz pero la mamá no tanto.
.Ey enana que sucede. -Mati se agacha y toca mi tripa. Cuando sienta la pata él sonríe pero a mi me duele. El pega su oreja a mi tripa y yo aprieto mi mandíbula. Así estamos unos cinco minutos hasta que se calma la cosa.
-Voy a tener un futbolista. -Me río y le tiro un cacho de churro a lo que él me hace un puchero.
Me doy cuenta de que una rubia no deja de mirar a mi chico y encima empieza a provocar. Me levanto y me toco la barriga antes de darle un beso.
-Me quiero ir. -No le espero ni nada, sigo caminando como puedo.
-Ay mi celosina, enana que esa chica podía hacer cualquier cosa que solo te amo a ti no seas tonta. -Me da un abrazo por detrás y mordisquea mi cuello.
-Che che no calientes que tu te vas a trabajar y a mi me abandonas. -Los dos reímos y Mati niega con la cabeza. En cuanto llegue a casa voy a dar un paseo a los perritos, que por cierto se dieron cuenta del embarazo, son muy listos.
En cuanto llegamos Mati se baja y me abre la puerta, que caballero tengo de verdad.
-Cariño ya puedes irte que se entrar solita en casa. -Se acerca a mi y me abraza para después ponerse al lado de mi oído.
-Es que mi niña estaba ansiosa y no me puedo ir así. -Me pongo roja e intento correr pero Marti no me deja. -No cariño no, ahora no huyas. -Hundo mi cara en su cuello y él se ríe. Amo tanto estos momentos a su lado, es un sol. Le amo con locura.
ESTÁS LEYENDO
Mi ángel salvador, Cami&Mati
RomanceSegunda parte del libro: Raptada y vendida al mayor mafioso