7) Paso del tiempo

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Después de un mes

-Empuja, venga Camila con más fuerza. -Miles de lágrimas salen de mis ojos, ya no veo claramente, me duele todo. Izan no quiere salir.

-Ya casi esta venga Camila un último empujón. -Cojo todas las fuerzas que me quedan y me preparo para dar un último empujón. Un fuerte grito sale de mi boca y al rato... al rato llora mi bebé.

-Muy bien mi amor, lo has logrado. -El médico coge a Izan y se lo da a Matías pero, en ese momento Matías se desvanece y mi bebé se cae al suelo.


Me levanto de un grito y observo mi habitación mientras no dejo de llorar. Era un maldito sueño, no puede ser.


-Señorita ya estoy aquí, ¿Qué ocurre? -Enzo viene agitado y me mira esperando una respuesta. No puedo dejar de llorar, no me salen las palabras, ahora mismo estoy destrozada.

Noto como un lado de la cama se hunde, Enzo se ha sentado. Me da un abrazo y después espera a que yo me relaje.

-E-enzo, mi bebé, mi bebé se caía al suelo y Matías se desvanecía. Todo era muy raro. No tenía casi fuerzas para empujar... No entiendo nada. -Él suspira y me obliga a mirarle. En verdad tiene que estar harto con mis bobadas, todos los días tengo pesadillas.

Ay mi Mati lo que te hecho de menos, lo que necesito tus abrazos y tus besos... Odio mi vida, me quiere quitar a mi amor pero no lo conseguirá.

-Cami... Ya dijimos que son solo pesadillas, que en realidad no van a pasar. En esta semana el pequeño Izan tiene que nacer, este o no Matías. Por favor darte una pequeña ducha y ve a desayunar por tu bien. -Besa mi frente y se va. Enzo ha sido para mi un pilar fundamental, siempre esta para cualquier cosa que necesite. Tiene demasiada paciencia.

-Hola mi amor, vamos a ducharnos, no des mucha guerra que ya se que te encanta el agua. -Me rio en mis adentros y me dirijo a darme una corta ducha para relajarme.

Al acabar, me pongo un vestido de punto con unos leggins negros. Me maquillo suavemente y me dirijo al comedor.

-Enzo, al acabar de desayunar vamos a ver a Matías. -Él asiente y yo me siento a comer mis tortitas con mi zumo de naranja.

Izan empieza a moverse muy rápido y eso hace que mi respiración se agite.

-Bebé tranquilízate un poco, ya mismo vamos a ver a papá. -Sus patadas son muy fuertes, me impiden ponerme mis deportivas.

-Tranquila yo te las pongo. -Enzo de nuevo al rescate, que mono es. Le observo con cuiado, miro cada una de sus fracciones. Ay Enzo...

Coge mis pies con cuidado y me coloca mis deportivas. Me las ata y listo.

Me tiende la mano para levantarme, menos mal porque últimamente me cuesta muchísimo.

El camino hacia el hospital es igual de entretenido que siempre, con canciones de por medio.

No se que le pasa a Izan pero esta muy inquieto, es como si me dijese que ocurre algo, que sensación más extraña.

Nada más llegar a su habitación observo como no dejan de entrar y salir médicos. Su enfermera esta fuera.

-¡Señorita! Le he marcado diez veces ya. El señor Matías a movido un brazo. -¡Que! Me abrazo a Enzo de la emoción. Esto es lo que me quería decir mi pequeño.

Le abrazo a ella también. Se me olvidó el móvil en casa, que torpeza la mía.

-Señorita, se que esta muy emocionada, pero Matías está muy débil. Puede pasar a verlo sin alterarlo, es posible que él despierte en un par de días o en un par de horas, no se sabe exactamente. Tenga cuidado. -Yo asiento y entro corriendo a verlo.

-Mi amor, amor, estoy aquí. -Le doy un fuerte abrazo. Me doy cuenta de que tal ve le este haciendo daño así que me relajo un poco.

Me quedo observándolo y al cabo de un buen rato mueve el brazo derecho. Grito de la emoción, hacía meses que espero esto de él.

Cojo con cuidado ese brazo y le apoyo en mi barriga. Izan ante el tacto empieza a moverse como un loco, está sintiendo a su padre.

-Si corazón, es papá. -Lloro de la emoción, este instante es precioso. No me puede creer que Mati al fin despierte después de tanto tiempo. Me apoyo en el y trazo pequeños círculos con mis yemas sobre su abdomen.

Mati esta mucho más delgado, antes estaba algo marcado del gimnasio, pero ahora está casi en los huesos. Estoy segura de que cuando se vea así se pondrá muy mal.

Poco a poco sin darme cuenta voy cerrando los ojos, estoy muy agusto.

Después de una hora...

-Señorita despierte, vamos a comer. -Escucho algo y noto como me mueven suavemente. Al abrir los ojos me encuentro con Enzo.

Sin darme cuenta me dormí encima de Matías, ya me vale.

-Cariño, voy a comer, después vuelvo a verte. -Le doy un beso y un abrazo. Enzo me agarra y los dos salimos de la habitación.

Siempre que me voy mi corazón se encoge, quiero ser yo la primera persona que vea nada más despertar...

-Cami se que estás pensado, tranquila que primero te verá a ti. -Le sonrio y nos metemos en el coche.

Llevamos tan solo cinco minutos de camino y noto como Enzo está muy incómodo.

-Enzo, ¿Qué ocurre? -Él enseguida llama a todos los demás guardaespaldas, me estoy agobiando no entiendo nada.

-Camila agáchate, nos están siguiendo. -Me pongo a llorar y a gritar desesperada sin entender nada. Al cabo de unos segundos se escucha un disparo, casi nos dan. Me agacho y agarro mi tripa con fuerza.

No puedo perder a mi bebé, me le quieren robar.

Se vuelve a escuchar un disparo demasiado cerca, levanto la cabeza y observo que han dado a Enzo. Me levanto para tomar el control del coche pero Enzo me aparta y hace que me vuelva a agachar.

-Camila por cualquier cosa que pase, coge esta pistola y no dudes en disparar. -Lloro de la impotencia, estoy pasando mucho miedo, esto no es normal.

Enzo sigue manejando a pesar de que esta perdiendo mucha sangre.

-Al fin están aquí. -Con eso entiendo que los demás chicos ya han llegado. Enzo enseguida a aparca el coche. Baja corriendo y viene a por mi. En un visto y no visto me mete en otro coche, al manejo de Luis.

Enzo se pone a mi lado y yo me quito la bufanda para amarrársela a su brazo.

-Luis maneja más deprisa hasta casa, esta perdiendo mucha sangre. -Él asiente. Unos pinchazos en el vientre hacen que vaya perdiendo visión pero no quiero que se den cuenta. Intento disimularlo.

-Camila, ¿Qué ocurre? -Le miro antes de que todo se me nuble, todo se pone negro y ya dejo de escuchar a Enzo. ¿Qué ocurre?


NOTA DE LA AUTORA:

Lo siento por la tardanza, me he visto muy desmotivada en seguir esta historia... No se si os va gustando, si ya nadie lo lee... No se si debo seguir escribiéndola, estoy algo confusa. Espero que me digáis en los comentarios que os parece esta historia y si tenéis ganas de seguir leyéndola. Muchas gracias a todos

Mi ángel salvador, Cami&MatiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora