Jisung y Minho eran una pareja que consumó su desdichado amor en la época de los ochenta antes de que su amargo final llegase.
Jeongin y Hyunjin son dos chicos que acuden a la misma universidad, ya en el año 2020, y que sienten miles de sensaciones...
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Dos chicos se encuentran charlando en un apacible ambiente cuando otros dos se acercan a ellos. Uno de los recién llegados lleva unas hojas en su mano y comenta algo con el otro entre risas. Cuando sus amigos los ven llegar pasan a prestarles toda su atención, dejando de lado lo que estaban haciendo antes.
-El profesor me ha dicho que te de esto, Sunwoo.- dice el de los papeles, tendiéndole uno al nombrado.- Casi suspendes también. Y te reías de mi nota.
-Yo por lo menos lo entregué a tiempo. Tres días antes. Tú lo entregaste de casualidad.- responde el nombrado observando el gran número rojo en la parte alta de su hoja con consternación, algo arrepentido de las burlas hacia su compañero pero no queriendo admitirlo.
-El profesor también me dio esto.- comenta el chico alzando la hoja que le queda. En su expresión tensa Sunwoo puede adivinar que no es algo bueno.- Es el trabajo de Jisung. Fue la primera persona en presentarlo.
Sunwoo agarra la hoja que le tiende con una mano temblorosa. Siente un gran vacío en su estómago como cada vez que piensa en el que era su mejor amigo. Su ojos se llenan de lágrimas unos instantes, e intenta esconderlas lo mejor que puede. Ya ha llorado lo suficiente en las últimas semanas, no quiere preocupar a nadie por su estado de ánimo a pesar de que es obvio que no está bien.
El ambiente se torna silencioso unos instantes mientras Sunwoo observa la nota del trabajo con aire dolido. Los cuatro chicos reprimen la memoria del ausente con dolor. El hecho de que el profesor haya decidido entregarles el trabajo a ellos, a pesar de que seguramente lo haya hecho con buenas intenciones, ha sido una mala jugada del destino.
-Sung era muy inteligente. Obtuvo un sobresaliente.- comenta el que se encontraba con Sunwoo antes de que los otros dos llegasen.
Es obvio que él ha hablado con la intención de pasar a recordar cosas buenas y felices de Jisung, pero solo consigue que Sunwoo no sea capaz de contener más su llanto. Las lágrimas comienzan a resbalar por sus mejillas mientras él se muerde el labio para evitarlo. Su cuerpo se retuerce en espasmos involuntarios cuando el llanto aumenta de intensidad, aunque siempre llora en un silencio absoluto, creyendo que así podrá pasar desapercibido.
Los otros tres intentan contener las lágrimas también. Ellos también están tremendamente consternados por la falta de su amigo, pero deben mantenerse fuertes para Sunwoo. Es él el que tiene más posibilidades de hundirse en un pozo de tristeza por culpa de la falta del que era como un hermano para él. Les rompe el corazón verlo tan sumido en momentos que no van a volver.
-Ya no tengo oportunidad de verlo. Y duele, duele mucho.- consigue articular las palabras entre sollozos.- Él es mi mejor amigo. Ni siquiera sé cómo murió. Ni siquiera fui a su funeral. No pude despedirme como es debido.- escupe cada palabra con rabia, como reprochándose a si mismo todo lo que pudo haber hecho pero no hizo.- ¿Creéis que fue doloroso? No puedo sacarme de la cabeza el hecho de que él podía haber estado sufriendo.
