Jisung y Minho eran una pareja que consumó su desdichado amor en la época de los ochenta antes de que su amargo final llegase.
Jeongin y Hyunjin son dos chicos que acuden a la misma universidad, ya en el año 2020, y que sienten miles de sensaciones...
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Un rato después del desafortunado accidente que acabó con una jarra de agua rota y un Jeongin bastante agitado, ambos chicos se encuentran en el coche del mayor de camino a la universidad. El vehículo se encuentra sumido en un silencio cómodo solamente interrumpido por una canción cualquiera que suena por la radio a un volumen muy bajo que a ambos les da miedo romper temiendo que las cosas se tornen incómodas. No saben bien de qué es lo que deben hablar ahora.
-Lo siento por lo de antes. No deberías tener que aguantarme cuando mi ansiedad aparece.- suspira Yang cuando la necesidad de disculparse por sus acciones comienza a superarlo. Se siente mal porque el mayor lo haya visto en sus momentos más bajos y lo haya aguantado sin quejarse nada.- Simplemente estaba hablando de tonterías y de repente la jarra de agua se había roto y yo no me encontraba del todo bien.
-No tienes que disculparte por nada.- responde el que va al volante con seriedad sin separar la vista de la carretera.- No es algo que puedas controlar. Además, es mejor que pase cuando estás acompañado que cuando estás solo. Supongo que destapaste un recuerdo que no debería haber salido a la luz.
Jeongin medita ligeramente sobre esas palabras mientras observa la carretera ante ellos. ¿Es posible que haya recordado algo de su vida pasada? ¿Es siquiera posible recordar algo que se supone que ha hecho otra persona hace años? Porque, de lo que está totalmente seguro es de que él no ha vivido nunca algo así, o nunca habría llegado a olvidarlo. Lo que ha visto es algo que dejaría un profundo trauma en cualquiera con una mínima sensibilidad. Y ahora que ha vuelto a sentir todo no puede quitarse de la cabeza las imágenes, sobre todo la sangre que cubría todo y la desesperación que sintió, tan profunda y desgarradora.
Suspira, cansado de pensar en cosas tan pesimistas. Desvía ligeramente la mirada para centrarse en la concentración de Hyunjin mientras conduce, intentando deshacerse del mal cuerpo que le deja recordar todo. El chico se ve genial incluso haciendo algo tan simple como manejar el coche. No separa la vista de lo que tiene delante, de manera muy responsable, y frunce ligeramente el ceño por la concentración. El menor no puede evitar que su corazón se acelere ligeramente al pensar en todas las veces que él y el atractivo chico de cabellos largos han desayunado juntos y que después lo ha llevado a la universidad de la misma manera que hace ahora. Se siente demasiado afortunado por recibir su atención.
-¿Has aprovechado el tiempo con tus hermanos estos días que habéis desayunado juntos?- le pregunta, recordando la conversación que tuvo días atrás con la hermana del de cabellos azabaches.
-Es complicado. No es como si se me diese muy bien esto de hacer de hermano mayor.- el chico habla con pesadumbre, como si no supiese bien como sentirse sobre el tema. Y es que, la verdad es que no sabe muy bien qué es lo que debe hacer cuando está con sus dos menores.- A veces siento como si no los conociese en absoluto. Soy un mal hermano para ellos.
-No creo que seas un mal hermano. Por lo que me ha dicho Yeeun os criasteis por separado, así que es normal que no sepas muy bien qué es lo que debes hacer. Pero no te preocupes, yo tengo dieciséis años de experiencia como hermano mayor, puedo ayudarte.- anuncia con una sonrisa satisfecha.
