Jisung y Minho eran una pareja que consumó su desdichado amor en la época de los ochenta antes de que su amargo final llegase.
Jeongin y Hyunjin son dos chicos que acuden a la misma universidad, ya en el año 2020, y que sienten miles de sensaciones...
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-¡Minho hyung!
Jeongin se incorpora de golpe, sintiendo como un sudor frío baña su espalda y las lágrimas corren por su rostro. De nuevo ha tenido una pesadilla. Y de nuevo no puede recordar qué es lo que pasaba exactamente en dicha pesadilla. Es desesperante.
Pero, esta vez hay algo diferente. Sabe que ha gritado algo al despertarse, concretamente un nombre, pero no es capaz de recordarlo tampoco. Lo siente pesando en la punta de su lengua pero se niega a salir de ahí y formarse como un sonido a través de sus labios. Algo le dice que ese nombre es sumamente importante, pero tampoco es capaz de recordar a la persona a la que debe nombrar. Su tarea es complicada y eso solo hace que su desesperación aumente.
Suspira pesadamente mientras decide que ya no merece la pena volver a intentar dormir a pesar de que sea domingo. Se levanta con pocas ganas de hacer nada limpiándose los restos de lágrimas de las mejillas.
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Ese mismo día, cerca de la hora de comer, alguien llama a su puerta. Para lo que está haciendo extrañado ya que no esperaba visitas ese día. Ni Félix ni Jamie tenían el día libre hoy, y Hyunjin debía estudiar para un examen importante que tendrá en unos días, por lo que esperaba pasar una jornada solitaria en su propia compañía. Se pregunta si será el conserje del edificio o algún comercial al que algún vecino ha dejado pasar al interior del edificio.
Gran es su sorpresa cuando al abrir la puerta se encuentra con la agradable sonrisa de Chan. El chico parece algo tímido, por lo que el menor le sonríe esperando a que le explique el motivo de su inesperada visita.
-Buenos días, Jeongin. Perdón por molestar, pero venía a preguntarte si querrías comer conmigo y mis amigos.- le propone usando el mismo tono tímido que denota su actitud.- No es necesario que vengas si no quieres, pero me gustaría que nos conociésemos un poco más. Ya sabes, somos vecinos de edades parecidas y eso.
-Si, claro, iré encantado.- responde con emoción.
Se le hace extremadamente tierno el hecho de que Bang se haya acordado de él y haya decidido invitarlo a comer con él y sus amigos cuando apenas han entablado un par de conversaciones fugaces al encontrarse en el rellano o en el ascensor. El mayor es un chico encantador y, sin duda, la encantaría hacerse su amigo.
-De hecho, estaba preparando la comida y creo que me he pasado un poco con las cantidades teniendo en cuenta que iba a comer solo. Si quieres puedo llevar algo.- propone recordando la excesiva cantidad de sopa que ha hecho.
-Estaría genial. Nuestra idea era pedir comida a domicilio, pero comida casera suena mil veces mejor que eso.- Chan habla con la misma emoción que un niño pequeño, por lo que Jeongin se siente realmente emocionado también por el pequeño plan improvisado.
El rubio lo espera en la puerta mientras él vuelve a adentrarse en su casa para hacerse con la comida que estaba preparando. No sabe cuántas personas habrá esperándolos en el piso de Chan, por lo que le preocupa un poco que la gran cantidad de comida para una persona no sea suficiente para todos. Por si acaso, se lleva también un pequeño recipiente con sobras de la comida del día anterior que pueden recalentar si es necesario.
