V Estrella

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Quinta Estrella
Iridiscencia;
Después de algo doloroso
Cuando el caos se hizo hermoso

Y al igual que en un sueño maravilloso
El mundo cambió de blanco y negro a color 

No iba a mentir, el primer día Jay estuvo en cama todo el rato, a penas salía para atender sus necesidades y las de su cachorro que yacía preocupado por su estado. Razón por la que tanto como a Barry, como a todos los de su trabajo les dio la misma excusa, siendo que tenía una especie de intoxicación por culpa de la pasta de camarones que había ingerido en la cena de anoche. Vaya que ni el mismo se lo creía y ni hablar de Joan que aún luego de Dios sabía cuantos mensajes le seguía preguntando por lo que había pasado, pero simplemente no quería recordarlo. Hubo llamadas, pero no la que esperaba. También llegaron mensajes, pero ninguno del remitente que anhelaba. Esperó y esperó entre cada notificación, pero su desesperación solo lo llevo a una decepción más grande cuando en el transcurso de dos días no hubo si quiera una señal de Alan Scott para decirle algo.

A primera hora del lunes el castaño llevó una carta que le pedía a sus superiores un traslado a Central City, el cual le negaron de buenas a primeras, pero cuando Jay volvió a mentir diciendo que era por un asunto familiar, no les quedo mas remedio que dejarlo ir y aprobar todo el papeleo. Sin perder el tiempo el Omega se dispuso a contratar un servicio de mudanza y los dejó hacer su trabajo para empacar todo en cajas y trasladarlas a su antiguo hogar. Eran las 3:00PM cuando un letrero de "En venta" fue clavado en el patio de la casa junto a un teléfono que correspondía a Joan, ya que sabía que si dejaba el suyo cabía la posibilidad de que Alan lo buscara y no se hacía a esa idea, pues no sabía como enfrentarla.

La ultima maleta fue depositada en el maletero del auto, y la misma fue cerrada con algo de fuerza ya que iba cargada junto con algunas más en la parte de atrás. - Es hora Barry... - Expresó este viendo como su cachorro no dejaba de mirar en la dirección donde estaba la residencia Jordan. Lo que quería decir que no le había dado tiempo de despedirse de su mejor amigo, o simplemente no quería irse sin verlo. Jay vio la hora y esperó algunos minutos más, pero cuando la línea del atardecer se vio en el cielo les hizo saber que ya era hora. - Vamos Barry, por favor... - Suplicó al castaño tomando al pequeño de los hombros antes de ayudarlo a subir al auto y así mismo subir el para comenzar el camino de regreso.

En medio de eso se escucho un grito de una voz que conocían muy bien, y obligó a Jay a mantener el auto un momento en su lugar, en lo que se volvían para ver a un pequeño castaño que corría hacia ellos como si no hubiera un mañana. Barry se deshizo del cinturón de seguridad para poder abrir la puerta y correr por igual para abrazar a Hal como si su vida misma dependiera de ello antes de que los dos comenzaran a llorar a mares a causa de esa separación que les obligaban a vivir. El arrepentimiento comenzó a invadir al Omega, pero ya no podía hacer nada para remediarlo, así que los dejó tomar su tiempo para despedirse, con la razón de que nadie sabía cuando volverían a verse.

Ya de eso habían pasado más de cinco años en los que Barry y el fueron eternos nómadas, pues aún cuando había pedido un traslado a Central City, su investigación acerca del agua dura lo llevó de nuevo a las grandes ciudades y una larga temporada en Ciudad Gótica antes de volver para quedarse de forma definitiva. Su cachorro había logrado entrar a mitad de semestre en la extensión de la "Academia Gótica" en la ciudad con una beca. Lo cual fue realmente de mucha ayuda, aunque con todas sus notas perfectas no lo ponía tampoco en duda. Por su parte, Jay había logrado recuperar su trabajo, su puesto y como no, todo los males y bienes que venían con los gajes del oficio.

Finding Neverland ~ HalBarry OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora