VII Estrella

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Séptima Estrella
Compasión;
Ese fervor tan apasionadamente dulce y triste,
El cual anhelo que pueda durar para siempre
Y así poder darle una forma y hacerlo mío
No me importa ser egoísta una vez

Había muchas formas de despertar en la mañana luego de una pequeña fiesta en casa, pero el hacerlo con la voz molesta de la tía Joan dando el sermón de la vida a su tío Jay no era precisamente la mejor de todas. Barry se removió en su lugar para notar que no se encontraba en su cama, sino que estaba en el sofá de la sala cubierto por una sábana y abrazado a la cadera de Hal mientras reposaba en su pecho y este lo abrazaba por igual. No hacía falta decir que un rubor carmín tiñó por completo sus mejillas en lo que se escucho otro reclamo que hizo que el castaño a su lado se sobresaltara y abriera los ojos dándose cuenta en la posición en la que aún se encontraban. - Honestamente, no me importaría despertar así más seguido. - Confesó antes de abrazar al rubio junto a el y así levantarse para ver de que se trataba todo el alboroto.

No solo fue Jay, sino Alan quienes se entraron junto a Joan como un par de adolescentes que habían llegado de su primera fiesta pasadas las horas del toque de queda y completamente ebrios. Cuando aquel par de hombres vieron a sus sobrinos se sorprendieron pues no imaginaban que el tiempo que ellos habían estado afuera estos se encontrarían y ya estarían de ese modo. Eso no quería decir que no estuvieran felices, porque realmente lo estaban. Aunque ahora tenían muchos problemas al tener a aquella rubia molesta y cantándoles sus cuarenta por la forma en que se habían perdido sin dar aviso o dejar un mensaje para saber que estaban bien y no había pasado nada.

Jay iba a comenzar con las explicaciones en lo que Alan lo detuvo y observó a Barry y Hal que miraban la escena muy incómodos y sin saber que hacer en medio de todo aquello. - Joan, te pido una sincera disculpa, por ello pero también vine aquí por otra razón y quiero aprovechar que este par esta aquí. - Dijo aquello en lo que se acercaba a la dama que había dejado el arreglo de flores del castaño en un jarrón en la mesa, antes de prestarle su completa atención. - Se que tu y Barry son la única familia de Jay, así como mis engendros son la mía. - Expresaba este escuchando un reclamo del Alpha castaño por haberlo llamado así. - Y aunque sea un poco tarde quiero tu bendición y seas la dama de honor de nuestra boda. - Joan no podía creer lo que estaba escuchando, y fue cuando miró a su hermano y pudo comprender mejor todo.

Al estar molesta por la forma en que habían actuado, no se había percatado de la venda en el cuello de Jay y así mismo el anillo que ahora decoraba su mano. - ¡Oh. Dios mío! - Esta vez no fue solo la rubia, sino también el pequeño Omega los que estaban completamente anonadados y felices por lo que acaban de saber, la verdad oculta detrás de esa escapada. - Ustedes son un caso, y de verdad a veces actúan como un par de mocosos irresponsables, pero... Mentiría si dijera que no aceptaré, menos cuando estoy tan feliz... ¡Vengan acá par de idiotas! - Pidió la dama antes de abrazar a su hermano y futuro cuñado, dejando que por igual sus cachorros los felicitaran. Todos sabían que las cosas no iban a terminar allí, ya que había un pequeño detalle que no podían dejar pasar y eso era el periodo de acoplación.

- Por ley podemos pedir un par de semanas en nuestros trabajos, pero... ¿Qué pasara con los chicos en ese tiempo? - Preguntaba Jay en lo que Hal y Barry se preparaban para ir a la universidad, ya les habían quitado mucho tiempo con el asunto de la propuesta y aunque ninguno quería irse luego de eso, era algo por completo necesario. - Puedo hablar con Jazmine, así Hal y Jim estarán bien vigilados, además sera bueno para ella. Tendrá compañía en lo que Jack regresa del servicio. - Proponía Alan mientras tomaba un poco de café junto con su prometido y cuñada que parecía algo molesta aún, pero eso no quitaba la felicidad en su mirada.

Finding Neverland ~ HalBarry OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora