Finding Neverland ~ HalBarry Omegaverse

XIX Estrella

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Décimo Novena Estrella
Eros;
Se quebranto el ultimo atisbo de cordura
Abriéndole paso a la preciosa locura
Ya no existía deseo más fuerte que las cadenas
Del amor que corría por nuestras venas

Una invitación a la gran boda de blanco de Harold Jordan y Caroline Ferris llegó en el correo esa mañana junto a algunas cartas más para su progenitor. Toda la información del evento a mitad del verano se encontraba grabada en cursivas letras multicolor que invitaban a familiares y amigos a la ceremonia que se llevaría a cabo el 17 de Julio en un salón de fiestas privado que se encontraba en uno de los hoteles más lujosos de Coast City. El tema del romanticismo y los cuentos de hadas se encontraba presente por completo en cada detalle. Lo que si bien no estaba mal y se hallaba cuidado hasta el milímetro, no podía ver a Hal en medio de todo eso.

Se trataba de un evento creado a completo deseo y capricho de la joven Beta azabache que no había pensado más que en su "Felices para siempre". Sin duda quería que su boda fuera recordada con todo el circo, maroma y teatro posible. Como si se tratara del escándalo más jugoso del año, por el que todos morían por ser parte. Las fiestas de champagne y limusinas en los Hamptons, los años 20's y fines de semana de locura y libertinaje de la mansión del Sr. Gatsby, incluso las grandes celebraciones del Super Bowl de ese año deberían de verse como algo soso e insípido en comparación con lo que quería lograr la princesa de los Ferris.

La cual al parecer con los años seguía siendo la misma egoísta, manipuladora y caprichosa chica de antes que se había negado a crecer y madurar como era debido. Si quiera por ser mejor para el castaño que de seguro estaba estresado con todo el barullo. Quizás por eso siempre se negaba a soltar prenda del evento en cuestión, era porque no estaba cómodo o feliz con el mismo. Aunque el colmo de todo fue la fecha elegida para la celebración, siendo esta curiosamente un día antes de las típicas visitas mensuales del piloto a Central City para ver a su familia y a él en el proceso. Era imposible no ver la mala intención en todo ese alboroto.

Sin embargo, lejos de dar todo por sentado, alzar la bandera blanca y tirar la toalla; Barry estaba más decido que nunca a luchar por aquel que amaba y su felicidad. Aún tenía tiempo y si bien no tenía nada que perder, si tenia todo por ganar y sabía exactamente cuál iba a ser su movimiento para ello. Por lo que subió a su habitación cerrando la puerta tras de si y de la pequeña mesa de noche que tenía tomo una caja rosa que yacía junto a un vaso y sin darle tiempo o lugar a las dudas la guardo en la ultima gaveta del mueble. No podía desperdiciar supresores y tampoco anticonceptivos, por lo que luego vería de cederlos a alguien más.

Desde que mantenía relaciones intimas con Hal, el Omega se alejó casi por completo de los anticonceptivos (De los que casi siempre se olvidaba Igual), y los supresores (Un mal al que aún tenía que someterse para regular sus celos). No obstante ahora la situación era otra muy diferente y por primera vez en la vida iba a ser egoísta y hacer todo por su felicidad y la de su amado. Le demostraría a su Alpha que solo por estar destinados no los hacía una pareja perfecta; sino el hecho de todo lo que habían vivido, pasado, superado y hecho en sus vidas juntos y a favor del futuro y plenitud del otro como amigos, familia y amantes que eran.

En esos momentos en su mente el Omega maquinaba planes desde la A a la Z con la esperanza de que algunos de los mismos funcionara. Aunque tampoco era como si las cosas fuera a cambiar. Al contrario, lo único que lo haría seria el hecho de que iba a dejar a luchar en contra de sus deseos y anhelos, y esta vez los iba a exponer abiertamente y sin miedo alguno. Sin embargo, eso sería solo hasta la fecha de la boda, ya que si no lo lograba y esta se llevaba a cambo, no iba a estar en medio de un matrimonio y mucho menos una futura familia. Podría jugar sucio, pero jamas hacer algo así de cruel y vago.