XIII Estrella

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Décimo Tercera Estrella
Efervescencia;
No podía creerlo para nada

Corríamos a 60 por las calles de la ciudad
Luces sobre nosotros, dulces y cigarrillos en el bolsillo
Quería enamorarme, pero mi corazón ya había sido robado antes

No sabía si aquello estaba bien o estaba mal, pero no podía negar que viajar a casi 120 por el carril rápido de la autopista le gustaba en demasía. Pasar todo de forma tan veloz, ver las luces de la ciudad quedándose a la distancia y solo permanecer con los faroles de la carretera iluminada que veía desde el auto apoyado en la ventana. Todo antes de fijarse en el reflejo de aquel castaño en el vidrio templado y la forma tan curiosa y profunda en que lo miraba. Como si lo conociera; como si pudiera ver todos y cada uno de los secretos que ocultaba al mundo y fuera imposible mentirle. Tenía que confesar que eso le ponía los nervios a flor de piel, pero solo era porque luego de algunas citas a escondidas (Todas y cada una fallidas) volvía a sentir esos sentimientos de felicidad y éxtasis que solo había podido sentir con una sola persona en la vida.

Si estaba bien quería disfrutar de la velocidad en que recorrían la autopista, los dulces y galletas de fresa, y la esencia de tabaco y cereza de los Black Stone que se combinaba perfectamente con un aroma a café y pino fresco en la piel de aquel Alpha con el que comenzaba familiarizarse al punto de disfrutarlo. Barry se permitía a si mismo acurrucarse en el asiento del copiloto al lado de su acompañante, mientras repetía algunos patrones como era el tomar dulces y encontrarse de vez en cuando con la mano ajena que rozaba la suya cuando buscaba aquel vaso de café cargado que tomaba con cierta necesidad. Creando así recuerdos de esos pequeños momentos tiernos y conversaciones triviales que los hacían reír.

No fue hasta llegar a la costa que el castaño por fin bajo la velocidad para acomodarse en un pequeño estacionamiento y caminar un corto trecho hasta toparse con una escalera de hierro y cemento que los llevaba directo a la playa. Cómo era de esperarse no habían muchas personas ya que la mayoría estaba en el área de restaurantes cerca del faro. De resto solo se escuchaba el viento salado que silbaba en el horizonte, las olas que rompían en las rocas antes de llegar en espuma a la orilla y algo de música de los locales en la distancia.

Fue así que Barry se quitó los zapatos que traía para luego remangar su pantalón y caminar por la orilla junto a Leonard quien por fin se tomaba un momento para encender uno de sus cigarrillos de los cuales se había abstenido en el auto. Hubo un silencio en lo que disfrutaban de la compañía del otro hasta que por fin la voz del Omega se hizo presente. - ¿Porqué las carreras? Me refiero. ¿Es solo rebeldía o hay una razón? - Preguntó este sin poder ocultar la curiosidad que en esos momentos sentía.

Aquello había tomado desprevenido al Alpha que dio una larga calada a su cigarrillo antes de dejar salir el humo de sus labios en lo que meditaba un poco la respuesta que daría. Mentiría si dijera que no quería impresionar al Omega, pero sabía que era mejor optar por la honestidad desde un principio. - Supongo que hay un poco de rebeldía y de dinero extra. Aunque se trata de algo más simple en realidad. - Expresaba el castaño en lo que se acercaba a su acompañante y tomaba con delicadeza su mano.

- Así que algo más simple, ¿Y eso que sería? O me dirás que no puedes decirme por tu mala reputación. - Preguntó el rubio en lo que bromeaba un poco y sentía esa cercanía y el roce que correspondió con suavidad entrelazando de a poco sus dedos al tomar sus manos en lo que seguían caminando por la orilla de la playa. - Algo de éxtasis, adrenalina, emoción y mucho orgullo; mi hobby y mi trabajo hecho una especie de droga personal. - Decía el castaño antes de una segunda calada al cigarrillo que se había desgastado mientras hablaban.

Finding Neverland ~ HalBarry OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora