Longfic Harco.

Quinta Historia.

Sectusempra.

Draco yacía en el suelo desangrado por la maldición que él mismo le había lanzado, Snape intentaba curarlo, recitando hechizos mientras que él miraba todo, aún en estado de shock.

Draco no se movía, llevaba mucho tiempo allí y el piso del baño estaba teñido de rojo, el rojo de su sangre.

Y él no podía dejar de ver el cuerpo de su enemigo, aquel chico que llevaba casi 6 años molestandolo, ese chico al que había rechazado más de una vez, ese chico del cual se había enamorado y que desde que se había enterado de ello, lo había mantenido oculto.

Allí estaba él cuerpo inerte de rubio, que ya no se movía.

Snape se levantó del suelo, se limpió la lágrima que se le había escapado y volteó a verlo, con una mirada que jamas le habia visto poner, sin embargo no dijo nada. Levitó al rubio hasta la enfermería y él se quedó allí, aún sorprendido, aún asustado.

Por la noche, decidió ir a la enfermería, quería saber que le había pasado a Draco. Quería asegurarse de que estuviera bien, de que respirara, quería pedirle perdón.

Con la capa de invisibilidad entro a la enfermería, y se sorprendió al encontrar allí a el director Dumbuldore, al profesor Snape, a la señora Malfoy y a los cinco Slytherins con la que Draco frecuentaba: Pansy, Blaise, Theo, Crabbe y Goyle.

La enfermera Pomfrey estaba allí también, parada junto a los dos profesores, mirando a la señora Malfoy, quien lloraba en el pecho de su hijo, los otros slytherins también lloraban, a un lado de la camilla, mostrándose tan vulnerables como jamás pensó verlos.

En la cama, estaba el cuerpo inmóvil del rubio vestido con su uniforme limpio, él ya no respiraba, ahora no era más que un simple cuerpo vacío.

La desesperación lo invadio, quería acercarse y zarandear al rubio para que despertará, él no podía haberlo matado, se suponía que Snape había llegado a tiempo... que lo había salvado.

Los primeros en irse, con la tristeza en los ojos fueron Dumbledore y la señora Promfey, seguido a ellos los slytherins, quien ahora lloraban más, en especial Crabbe y Goyle.

Unos minutos más, y el profesor Snape y la señora Malfoy habían abandonado la enfermería, esta última aún llorando en el hombro del profesor, que tenía una mirada de suma tristeza que nunca antes había visto.

La enfermería quedó vacía, sólo estaba él frente al cuerpo de quien antes había sido su compañero de clases, cayó de rodillas a su lado, la capa deslizándose al suelo mientras su cabeza se apoyaba en la cama, y lágrimas gruesas empezaron a deslizarse humedeciendo la cama.

Temblaba y lloraba, sintiendo asco por si mismo mientras un dolor agudo se instalaba en su pecho. Sentía culpa, desprecio, desesperación, tristeza, enojo.

Draco Malfoy había muerto, y él había sido el culpable.