Longfic Harco.

Vigésima octava Historia.

Morir de tristeza.

Harry tenía miedo de lastimar o que lastimaran a su novio, no sería la primera vez que a su novio lo hechizaban por que pensaban que le había dado amortencia. Y si, tal vez era raro para todos, incluso aveces para él, pero amaba a Draco Malfoy.

Su novio había cambiado, se habían perdonado, y estaban bien. Habían podido dejar atrás sus enfrentamientos y sus rivalidades para poder combatir juntos en la guerra.

Habían iniciado juntos la búsqueda de los horrocruxes y habían logrado hacerlo rápido y sin contratiempos, con Ronald y Hermione ayudando desde Hogwarts.

Pero los miedos de Harry se volvieron mayores cuando fueron capturados por los carroñeros en la mansión Malfoy, escuchar en vivo la tortura a la que sometieron a Draco para saber su ubicación cuando todavía no lo habían reconocido, con la risa histérica de Bellatrix Lestrange le hizo sentir un pánico extremo.

Cuando escaparon a la casa de playa de Bill y su esposa Fleur no pudo evitar querer proteger a Draco y la única solución que su torpe cabeza encontró fue alejarlo.

Y Draco lució herido, pero no actuó molesto, sólo triste.

Pero lo siguió ayudando con los horrocruxes, y cuando volvieron a Hogwarts, no pudo verlo más, y no supo de él hasta ese día, la voz de Voldemort sonaba por todo el castillo pidiendo a los estudiantes que lo entregarán.

Los gritos y el llanto no se hicieron esperar pero nadie quería entregarlo lo cual era un alivio.

Pero su esperanza de sobrevivir fueron pocas luego de ver los recuerdos de Snape en el pensadero.

Caminaba derrotado hacia el comedor y se sentó con el mismo ánimo en la banqueta en el comedor, no había visto a Hermione o Ronald por ningun lado, ni siquiera a Draco, estaba apunto de sumergirse en sus pensamientos tristes hasta que escucho su nombre en un grito.

ᅳeres un maldito estúpido, Harry James Potter ᅳel grito de Luna se escucho por todo el gran comedor, todos miraban atónitos a quien había lanzado aquel grito, nunca nadie habían visto a Luna Lovegood tan enojada, de hecho jamás le habían visto con otra expresión que no sea la amable.

Harry se encogió en su lugar mirando a la Ravenclaw acercarse amenazante, detrás de ella estaba su novia Pansy Parkinson intentando tomarla de la mano -supuso para calmarla- cuando la rubia llegó frente suyo le dio una sonora cachetada que se escucho en todo el comedor.

ᅳ¡imbécil!

ᅳ¿amor? ¿puedes escucharme? ᅳ Pansy por fin alcanzo, rodeo sus brazos alrededor de la Ravenclaw antes de mirar fijamente al moreno con el ceño fruncido ᅳél no lo sabía.

Ahora Harry estaba confundido.

ᅳDraco es un veela. Y tú eras su pareja ᅳaclaro Pansy, sin soltar a la rubia entre sus brazos que se retórica para salir del agarre de su novia ᅳpero lo rechazaste ¿sabes lo que pasa cuando un veela es rechazado por su pareja destinada?

Y Harry lo entendió.

Entendió por que Draco había lucido tan herido cuando rompió con él hace apenas una semana, como lo veía cada día más débil y en como...

ᅳellos mueren de tristeza, Potter.

Y Harry sintio el mundo detenerse, como si viera una bomba en sus manos y no sabía que hacer. La guerra estaba a sólo dos minutos de explotar y él no queria irse sin antes ver a Draco. Pansy le había dicho que Draco estaba en la enfermería, y eso sólo oprimio más su pecho.

Madam Pomfrey no estaba a la vista, por lo que asumió que se encontraba en el comedor curando a los heridos, se acerco a la única cama que tenía las cortinas corridas y las abrió ligeramente, y lo que vio lo dejo con la boca seca y un gran nudo en el estómago.

En medio de la cama estaba Draco quien lucía demacrado. Débil. Como si su fuerza vital hubiese sido arrancada de su ser y ahora sólo le quedará la muerte. Sus alas blancas estaban rodeando su cuerpo, pero sus plumas caían alrededor del rubio cubriendo casi toda la superficie de la cama.

Verlo de esa manera le hizo sentir culpable, enojado consigo mismo ya que había roto con Draco por que tenía miedo de herirlo, pero al alejarlo lo había herido incluso más. No, incluso lo lastimó de verdad.

Se arrodilló a un costado del rubio y lloró, por que necesitaba a Draco, se había enamorado de él de una manera tan intensa que sobrepasaba incluso sus propios sentimientos.

Sintió unos dedos acariciarle la cabeza suavemente, y ante el toque delicado del rubio se derrumbó, dejando escapar sus lágrimas humediendo así las sabanas blancas de la cama donde las plumas de las alas del veela habían caido.

ᅳno fue tu culpa, tonto ᅳ susurro el rubio, con la voz débil.

ᅳno quise hacerlo...Yo no sabía...

Draco siguió acariciando su cabello tarareando suavemente, sólo luego de un largo rato detuvo su caricia y calló su tarareo.

ᅳqueria que te enamoraras de mi siendo yo mismo, no usando mi allure para atraerte... te diría que mi veela te había elegido como pareja cuando te enamoraras de mi, pero mis planes no salieron bien, al parecer.

ᅳte estoy matando, Draco ᅳsollozo.

ᅳo eras tú rechazandome, o era el Lord lanzandome un avada, me alegro que hayas sido tu a quien le entregue mi vida ᅳy con sólo escuchar eso, Harry no pudo evitar que le doliera

ᅳdebo morir... para que Voldemort lo haga también... siempre lo supe pero...

ᅳviviras.

ᅳ no lo sabes ᅳsollozo amargamente, por que no queria tener esperanzas, mirándolo con los ojos llorosos.

ᅳlo sé, es por eso que lo digo ᅳDraco le sonrió antes de tocar su pecho ᅳlo siento aquí.

Draco le dedicó una sonrisa cálida, de esas reservadas para cuando él estaba mal y sólo quería acabar con su vida, de esas que lo refugiaban entre sus brazos y que le hacían sentir como si estuviese en un hogar en el había vivido pero ahora ya no recordaba.

ᅳestare aquí para ti siempre, Harry.

Eso fue lo último que escucho a Draco decir antes de partir a su inminente muerte, a cumplir su destino. Draco lo besó antes de que saliera por la puerta, y él no dudo en corresponder tal muestra de afecto.

La muerte de Draco ocurrió poco después de que él dejará la enfermería, antes de enterarse de que guerra habia finalizado, antes de que Harry Potter le anunciara su victoria. Pero el moreno no lo sintió como una victoria precisamente, se encontraba triste, solitario.

Su novio había muerto por haberlo rechazado creyendo que estaba haciendo lo correcto. Sentía que cada día le era cada vez más difícil levantarse y vivir una realidad donde Draco ya no estaba, se suponía que debía de estar celebrando la caída de Voldemort pero él no podía. Había perdido a alguien tan importante para él a los largos de los años... y se sentía fatal.

Y más sabiendo que Draco había dado su alma para que él volviera a la vida.