Con el pasivo encima

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No lo leas Jilian AMSJAKSJQLS
Tu tampoco pau AJDHAJDHAT

Por fin era viernes, el mejor día de la semana. Cuando todos podían relajarse debido a que era el último jodido dia de la semana. El último día de las pesadas y aburridas clases, que, para todos, eran extremadamente largas.

Izuku iba saliendo de los dormitorios, cambiado, arreglado y con su mochila en ambos hombros. Caminaba hacia la academia, estando contento por que esta vez no iba tarde, así que podía tomarse su tiempo para observar el hermoso amanecer que se formaba en el cielo. Aún era temprano, por lo que el cielo solo estaba siendo iluminado por los pequeños rayos de sol que se asomaban por el borde de lo que parecía ser una montaña, iluminando su rostro en cuanto esté salió de su escondite, dando la maravillosa vista del sol saliendo entre las montañas.

Respiro profundo, escuchando unos tranquilos pasos detrás de él. Sintió como alguien le había tomado de la mano, entrelazando los dedos con los suyos. Luego sintió una ligera presión en su mejilla, haciéndole sonrojar. Otra mano sostenía la otra mejilla, sosteniéndola y acariciándola con cariño.

Era su novio, bakugo.

Estaba tan feliz de verle. Las mejillas de este también estaban coloradas, resaltando las hermosas facciones de su rostro contra la luz del sol que estaba asomándose por las montañas. Veía sus ojos carmín tomar un brillo especial, cosa que hacia tiempo no miraba.

—buenos días, kacchan.

—buenos días, deku.

Bakugo apretó su mano aún más fuerte, y siguieron caminando hacia la academia, bajo la tenue luz del sol.

Unos pasos antes de entrar, soltaron sus manos, acercándose izuku al rubio, plantándole un beso corto en los labios, obviamente no podían darse pruebas de afecto adentro, así que lo hizo antes de entrar.

—el último antes de clase—comentó izuku, colorándose un poco ante lo antes sucedido.

—como sea—bakugo desvío la mirada, acomodando el cuello de su camisa, aunque ambos sabían que no estaba desarreglada.

Entraron a la academia, viendo cómo algunos de sus compañeros, como iida, que se levantan temprano, ya estaban ahí.

Abrieron cada uno el casillero donde ponían sus zapatos, quitándose los propios y poniéndose los otros zapatos.

Izuku, que terminó primero, camino hacia el aula, deslizando la puerta para entrar, y solo ver a su mejor amiga, sentada en su pupitre, dormida.

Camino hacía ella, picándole con delicadeza el hombro para despertarla. Esta solo estiró los brazos, bostezando. Levantó la mirada, apoyando ambos brazos en el pupitre.

—buenos días, deku-Kun.

—buenos días, uraraka-san.

—quería preguntar... ¿qué tal vas con bakugo-san?, te he visto algo decaído...

—estoy bien uraraka-san. Gracias por ayudarnos a... tú sabes, ser...

—pareja... —sonrió la castaña— no tienes de que preocuparte. Se lo mucho que te gusta, y solo quería ayudar, sin mencionar que no fui la única que ayudó, también ayudó ashido -san.

katsudeku one-shotsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora