Cuando la última persona salió de la Bonne Nuit cerré la puerta y me apoyé en ella. Había sido una noche muy larga y llena de trabajo.
Me dirigí hacia la barra para ayudar a Reggie a limpiar los vasos y reorganizar las botellas pero ya lo había hecho.
- Perfecto, nos podemos ir.
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- Todavía no - dijo él cuando cogía mi chaqueta.
- ¿Cómo que no?
- Hemos estado tan liados que no hemos podido bailar ni una canción.
Pulsó la pantalla de su móvil y empezó a sonar una canción lenta. No pude evitar sonreír, sabía que esa era mi favorita. Se aclaró la garganta antes de preguntar:
- ____________, ¿me concederías este baile?
- Por supuesto.
Dejé la chaqueta en el taburete más próximo y cogí la mano que me tendía. Cuando estuve delante de él coloqué mis brazos detrás de su cuello y él puso sus manos en mi cadera acercándonos. Nos movíamos al mismo paso sin decir una sola palabra, sin apartar la vista de los ojos del otro.
Al terminar la canción se acercó a mí y me besó cálidamente los labios.
Cuando nos separamos fue a coger su teléfono y las llaves del coche.
- ¿Y si ponemos otra? - le pregunté.
Sonrió y puso una lista de canciones antes de volver a dónde yo estaba y rodearme con sus brazos.
- Podría pasarme así toda la noche - me confesó - Te quiero.
