─¡Mis hijos no vivirán con el perro faldero de Hiram Lodge!─solté sacando mi ropa del armario mientras que Reggie me observaba cruzado de brazos.
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─No puedes irte amor, los niños no pueden crecer sin su padre─dijo el moreno y yo bufé ante sus palabras ─ ¿Qué?
─Reggie, ¿cuál fue la primera palabra de Louis? ─ pregunté dando media vuelta cruzadonme de brazos─ ¿Cuál fue la primera palabra de Louis Reginald?
─¿Pan? ─ preguntó y seguí guardando mi ropa en la maleta─ ¿No te vayas si?
─Me iré, no pienso dejar que mis hijos vivan aquí ─ salí de la habitación con mi maleta y me dirigí a la de los trillizos, ellos se encontraban jugando con sus juguetes.
Me paré en la entrada de la habitación a observarlos: eran pequeños, el cabello negro de Luke se veía por todos lados cuando corría por la habitación.
─Mami, mami─ Luke al notar mi presencia corrió hacia mi─ ¿Vamos a jugar?
─Aún mejor cariño, iremos de paseo donde la abuela ─ dije y el pequeño en frente de mí comenzó a saltar de la emoción.
─No hagas algo de lo que te arrepentirás ________ ─ la voz de Reggie inundó la habitación.
Louis y Leo miraron a su padre asombrados, la última vez que lo habían visto fue hace meses antes de que se acercará más a Hiram y llegará a las 3 de la mañana y se fuera demasiado temprano a "trabajar" según él.
─Frente a los niños no ─ dije seria y caminé hasta el armario de los trillizos.
Comencé a sacar la ropa necesaria y la metí en una pequeña maleta.
─Mami, ¿papi va a ir? ─ la voz de Louis, hizo que volteara sonriente y bajara hasta su altura.
─Papi no irá mi amor, él debe trabajar ─ dije con mi mano en su pequeño y suave rostro.
Terminé de guardar todo y lleve a los niños al auto.
─Cuando cambies y estes decidido a dejar de ser lo que eres en estos momentos, nos buscas mientras tantos olvidate de que tienes hijos o esposa Reginald.
