Mascota

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Los gemelos estaban encargados con sus tíos en la tribu agua del norte, a sus ocho años era la primera vez que estaban ahí y ya estaban aburridos. Su tía Katara fue con sus primos con los sanadores y sus tíos se fueron a ver algo con los guerreros de la tribu. Lo que dejaba a los niños entumidos (aunque tuvieran varias capas de abrigos)sentados en la sala de una casa. Ese día en particular Sokka era el encargado de cuidar a sus sobrinos y corría por todos lados para no descuidar sus obligaciones.

Hasta que tuvo la no tan brillante idea de llevarlos al oasis de los espíritus, se suponía que era porque al no estar acostumbrados al frio podrían estar mucho mas cómodos ahí, si bien fue cierto porque al legar se sacaron algunas capas de los pesados abrigos de algodón también al estar menos entumidos empezaron a corretear por todo el lugar sin entender la importancia que el lugar tenia para la tribu. Izumi empezó a cortar algunas de las florecitas silvestres que crecían entre la hierva mientras, Tenzin miraba a los peces koi nadando en círculos y empezaba a tener la tentación de meter la mano para tocarlos. Se suponía que Sokka cuidaría a los niños mas atentamente ahí pero alguien llego corriendo para que fuera, murmuro algo hacia los pequeños quienes no le prestaron atención y salió corriendo. Izumi al ver que los habían vuelto a dejar solos sonrió ampliamente y camino hacia su hermano. 

—Vamos a tener una aventura.

—No podemos, no nos dejan salir — dijo con simpleza metiendo la mano en el estanque.

—No iremos a la ciudad, el polo norte es muy grande.

— Estará bien si es rápido— dijo Tenzin parándose cada vez mas convencido.

— Nadie se enterara — los niños asintieron y volvieron a enfundarse  en sus muchos abrigos, se tomaron de las manos y buscaron una manera de salir a la nieve.

Se movieron entre el hielo hasta que el aire frio volvió a golpearlos de lleno, tenían la suerte de que era "primavera" y en esa época del año  no había tormentas de nieve que los hicieran perderse. Emocionados casi corrieron  en medio de la nieve hasta que llegaron a una pequeña  cueva y decidieron entrar a explorarla.

Aunque no encontraron mucho dentro, solo lo que parecían ser indicios de una vieja fogata que Izumi con su fuego control pudo volver a encender, al menos por un rato. Pero antes que pudieran explorar el fondo de la cueva escucharon un sonido detrás de ellos, como si fuera un pequeño ladrido, se voltearon y vieron una bolita blanca que saltaba y se movía inquieta entre la nieve, parecía sufrir un poco con el frio. Los gemelos se acercaron un poco hasta que distinguieron a u cachorro de perro oso polar, parecía haberse perdido. Tenzin cargo al pequeño animal hasta llevarlo dentro de la cueva donde se acurruco junto al débil fuego, Izumi se quito un abrigo y tapo al cachorro.

—Te vas a congelar —casi grito Tenzin alarmado.

—Los maestros fuego no nos congelamos —dijo la niña llena de orgullo mientras su hermano la miraba mal —oye... técnicamente tu tampoco, los maestros aire se calientan con la respiración.

—Es cierto, pero tu hace rato estabas quejándote del frio — Izumi se quedo callado un momento y luego grito.

—¡Creo que tiene hambre! —señalo al cachorro que volteo a verlo —Tenzin, dale algo — el la miro confundido y ella se exaspero un poco — siempre escondes comida en tus bolsillos.

—¿Qué concepto tienes de mi?

—Solo dale la comida.

Tenzin saco un pedazo de pan de su ropa y lo puso frente al cachorro quien lo olisqueo un poco antes de empezar a comer, le dio algunas mordidas y ladro contento. Los niños sonreían contentos viéndolo.

—Creo que deberíamos regresar, tío Sokka debe estar buscándonos creo que ya tardamos —los niños reflexionaron un momento en silencio, si su tío no los veía se asustaría y le mandaría una carta muy asustado a sus padres, organizarían una búsqueda inmensa y cuando su mamá llegara al polo norte... los mataría. Los niños se miraron y sabiendo lo que el otro pensaba asintieron y se levantaron sacudiéndose la ropa.

Entre los dos cargaron al cachorro que no dejaba de moverse incomodo, salieron de la cueva y el aire frio volvió a golpearlos haciendo sentir particularmente mal a Izumi, quien se tuvo que sacar un guante para producir una pequeña flama que los calentaba un poco.  Caminaron lo mas rápido que pudieron hasta llegar al oasis donde dejaron sobre la hierva al cachorro, también Tenzin se quito el abrigo haciendo una especie de camita para el animal que se notaba mucho mas a gusto pero ya no parecía tener ganas de saltar por todos lados.

Los niños se dedicaron a mirarlo hasta que un ruido en la puerta los alerto.

—Les dije que estaban aquí, están bien — decía entre nervioso y aliviado su tío Sokka que llego acompañado de sus padres.

Aang miro con desconfianza a los niños quienes habían dado un pequeño salto del susto, sin decirle nada mas a Sokka  camino hasta los niños.

—Es un lindo cachorro, pero deberian devolverlo.

—¿Devolverlo?— preguntaron confundido los gemelos.

—Si, devolverlo a los criaderos, solo de ahí pudo haber salido.

—No lo robamos, lo encontramos...los encontramos

—Aqui —grito Tenzin para ayudar a su hermana quien asintió energéticamente con la cabeza — llego aquí solito.

—¿en serio? —los niños volvieron a asentir —los perro oso polares salvajes no suelen acercarse a la ciudad, no les gusta estar cerca de humanos.

—Si, si fue muy raro — Tenzin desvio la mirada.

—¿Podemos quedarnoslo?

—No lo se Izumi, lo hablare con su padre. Mientras vayan por sus cosas con papá porque yo debo hablar algo con su tio Sokka —los niños asintieron y salieron corriendo dejando al cachorro sin camita algo extrañado.

—Te dije que estaban bien — Aang no contesto y siguio viendolo acusadoramente.

—¿Por que los dejaste solos aqui?

—Solo fue un segundo, no les paso nada — Sokka dio un par de pasos hacia atras, Aang no se veia realmente enojado pero su expresion empezaba a inquietarlo.

—Ellos salieron maldita sea!!, los dejaste salir solos al polo norte y trajeron un animal salvaje.

—Es solo un bebé — dijo señalándolo ya asustado, pensaba que Aang podría matarlo ahi y no podria detenerlo.

— Y pudieron encontrar a la madre, no sabemos si solo lo encontraron abandonado o lo robaron. No tienes idea de lo que pude hacer una madre si siente que sus cachorros estan en peligro.

Zuko no se alejo mucho y cuando empezó a escuchar gritos supo que fue la mejor idea, entro tan rápido como pudo al oasis. Dejo a los pequeños con Katara un segundo aunque ellos salieron detrás de su padre para ver que ocasionaba tanto alboroto. La escena fue casi cómica para los gemelos.

Vieron como su padre sostenía a Aang por la cintura y trataba de sujetar sus brazos evitando que se lanzara sobre su tío Sokka, aunque eso no evito que Sokka ya estuviera cubierto de agua y tal vez tuviera algunas quemaduras menores en la ropa.

Aunque los niños no se salvaron, después de calmarse un poco y alejarse de Sokka, Aang también regañó a sus hijos por lo sucedido pero Zuko les dejó quedarse con el cachorro, aunque Aang no dijo nada más porque le recordaban cuando el era pequeño y de no ser por Katara habrían terminado viajando con un montón de animales que Aang encontraba en el camino.



Una familia peculiarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora