Capítulo tres.

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En cuanto llegamos a la oficina de Endeavor, él nos puso unos papeles en la mesa donde habían fotos de una especie de pueblo en ruinas.

-¿Hanuda? -Hawks alzó una ceja.- ¿Están ahí?

-Me han confirmado que sí. -Tragué saliva, ese sitio era famoso por sus historias paranormales, se rumoreaba que cada noche sucedía algo, y yo era demasiado miedosa si se trataba de tema paranormal.- Ahí es donde se ha visto por última vez a esa furgoneta.

Era increíble lo que se podía hacer tan solo con una matrícula de un vehículo.

-¿Tenemos que ir ahí? -Pregunté un poco asustada, Endeavor asintió.- Bueno... Qué remedio.

Hanuda es un pueblo pequeño abandonado en la perfectura de Saitama, en una ciudad que se llama Chichibu. La historia completa no me la sé, ya que solamente se habla de los sucesos extraños que han ocurrido en ese lugar, esos delincuentes están locos si se han quedado allí para resguardarse...

-Shimura. -Miré a mi jefe.- ¿Estás preparada?

-Eso creo. -Apreté mis labios nerviosa.-

-Intenta relajarte hasta la noche, os pondréis en marcha a las doce en punto. -Encima por la noche, Endeavor me quería mandar al infierno directamente.-

Keigo y yo salimos del despacho y no pude evitar soltar un suspiro pesado, mi compañero me miró preocupado y me pasó un brazo por los hombros, era un poco más alto que yo.

-Sé que tienes miedo y es normal, pero tenemos que hacerlo, por la noche nos podremos esconder mejor. -Asentí dándole la razón.- Tranquila, no te va a pasar nada, estarás conmigo todo el rato.

-Gracias, Keigo. Pero no quiero que estés tan pendiente de mi que te acabes olvidando de protegerte a ti mismo. -Vi como sonreía.-

-No te preocupes por eso, antepongo antes tu vida que la mía. -Le tiré de la oreja enfadada.- ¡Ay! ¿Por qué?

-No digas eso, idiota. Tú también eres muy importante. Sólo te pido que no olvides que tienes que protegerte, me lo has prometido. -Rió y me acarició el pelo.-

-Es cierto, colibrí.

Endeavor nos dio el resto del día libre para poder prepararnos, Keigo me acompañó hasta el parking donde tenía aparcada mi moto y él su coche, nos despedimos en cuanto nos subimos a los vehículos y cada uno se fue por su lado.
Yo, por mi parte, iba a mi apartamento para relajarme y tomar una ducha.

No estaba preparada mentalmente para enfrentarme a esos asesinos, aunque aún no sabíamos si estaban ahí o simplemente habían abandonado la furgoneta para que no les siguiéramos el rastro tan de cerca.

Tenía muchas cosas en mente, pensaba que aquello solamente era una distracción para tenernos a solas y matarnos, o algo por el estilo.

-Cálmate _______, estás muy paranoica... -Murmuré quitándome la ropa mientras me dirigía al cuarto de baño.- 

Criminal. ||Dabi.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora